¹･ARCANE; os

37. VI 「50kˢᵖᵉᶜⁱᵃˡ」

part. 3
[LOVE SHOT; EXO]
❛ 𝘀𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮́𝗻 𝗺𝗲𝘇𝗰𝗹𝗮𝗻𝗱𝗼, 𝗲𝗹 𝗮𝗺𝗼𝗿 𝘆 𝗼𝗱𝗶𝗼 ❜

"mafia.au!"

Suspiraste mientras acariciabas tú entrecejo, el crimen organizado por Silco siempre sabía cómo salirse con la suya; tenían a todo tu escuadrón buscándolos por cielo, mar y tierra, estabas agotada y el trabajó seguía viniendo.

—¿Quieres ir a comer? —escuchaste la voz de tu pareja de policía, le sonreíste al verla apoyada en el marco de la puerta.

—¿Serás tú el postre? —la majestuosa risa de la Kiramman te dejo encantada, estabas enganchada por ella.

—Puede ser— mordió la uña de su pulgar mientras te dedicaba una mirada seductora; no tardaste en levantarte de tu escritorio saliendo y tomando su mano.

—¿Qué estamos esperando? quiero postre.

Entre risas se dirigieron al primer local de comida que encontraron teniendo una merienda llena de coqueteos y roces entre ustedes, la comida había estado deliciosa y el postre también.

Tomaste tus pertenencias antes de dejar el departamento de Caitlyn.

—¡Nos vemos, dulzura! —gritaste despidiéndote antes de cerrar la puerta.

Eran aproximadamente las 8 de la noche, te dirigías a casa agotada por el inmenso trabajo que hiciste y por gastar tus últimas energías en darle placer a Caitlyn.

El ruido de una motocicleta te saco de tus pensamientos, aprovechaste el camino de ida y ahora estabas en una gasolinera cargando el auto. Volteas discretamente hacia atrás para ver al dueño de la moto; una chica alta y de pelo rosa fue lo que viste cuando se quitó el casco.

Apartaste la mirada cuando sus ojos hicieron contacto. Sacaste un cigarro de la cajetilla poniéndolo en tu boca mientras buscabas el encendedor por tu chamarra.

—Me cago en la puta— suspiraste decepcionada al no encontrarlo. Un chiflido te hizo voltear de nuevo con la chica motociclista, te lanzo un objeto que atrapaste con dificultad.

—Devuélvelo.

Observaste con extrañes a la chica antes de ver lo que te había lanzado; era su encendedor.   El tabaco comenzó a arder en tus labios, calando y sacando el blanco humo por tú boca. La manguera de gasolina ya estaba fuera de tu auto y acomodada en donde pertenece.

Te encaminaste hacia la pelirosa para devolverle su mechero, se lo tendiste al estar cerca de ella. La observaste sin pena alguna, había un tatuaje en su mejilla y tenía un piercing en su nariz, mencionando también sus dos cicatrices que la hacían ver más atractiva.