45. JINX

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[LOVE CHAINED; CANNONS]
"se la verdad, cariño, nada se queda igual"

Rostros alineados, pechos pegados con piernas entrelazadas, la respiración de la otra se escuchaba tan clara como la propia de lo pegadas que estaban

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Rostros alineados, pechos pegados con piernas entrelazadas, la respiración de la otra se escuchaba tan clara como la propia de lo pegadas que estaban. Para ti era casi un abrazo al alma, un momento tan íntimo y personal que hacía sentirte comoda, tanto como para desahogarte.

—¿Crees que algún día... las cosas cambien?— murmuraste tan bajo como podías, Jinx arrugó las cejas confundida. — como... a lo que me refiero es, ya sabes. Tú y yo, nosotras siendo nosotras.

—Y la cuerda eres tu...— sus ojos viajaron por tú rostro — ¿Porqué piensas que cambiaríamos? Amo ser quién soy, contigo. Amo lo que tenemos.

Cerraste los ojos, creyendo en las palabras que dijo, porque entre ustedes todo estaba bien.

Pero apesar de los intentos y plegarias que habían jurado, las cosas cambiaron, para mal.

El aprecio que Jinx le tenia a Silco era único, de manera especial; dónde ella se sentía segura de si misma. Tú nunca estuviste de acuerdo en la manera que él hombre aprovechaba los momentos vulnerables de tú novia para su benefició, pero no había mucho que pudieras hacer.

Con las diferencias y dificultades, aceptaste su relación y él, la tuya. Sus ideales eran diferentes, Silco solo quería tener el control de los carriles; mientras tú querías mantener a Jinx segura. Y de alguna forma extraña lo hicieron funcionar.

Todo hasta que falleció, o bueno. Todo hasta que Jinx se deshizo de él.

Sabías que no lo había hecho a propósito, sabías del estado mental de ella. Pero Jinx cambió, no era la misma desdé lo ocurrido con Silco, se convirtió en algo que apenas reconocías. No entendías idea de como había pasado esto, bueno, si lo hacías.

Pero la manera tan drástica de como había dejado de ser ella misma te tenia muy preocupada.

Cada que veías sus ojos, estaban vacíos; apesar del shimmer que inundaba su cuerpo, sus ojos no brillaban. Ni siquiera cuando te veía, a ti, su persona favorita.

—Jinx... Jinx...—llamaste por segunda vez, volteó a verte; tenía la mirada perdida, ojos vacíos y opacos que te causaron escalofríos.

No dijo ninguna palabra, solo te observó esperando que dijeras lo que tuvieras que decir.

—¿No vas a comer? —preguntaste, preocupada. Sus labios se separaron, como si fuera a decir algo, pero al final no salió nada de ellos.

Se levanto en silencio, dejandote la comida, y el corazón, en las manos. Sabías que no te necesitaba. No como tú la necesitas a ella.

La inestabilidad en la que se encontraba tu vida te tenia abajo, depresiva. La manera en la que Jinx se escondia de ti, dejo de llamarte cada que tenia ganas de llorar, dejo de buscar tu calor y lo poco que tenias te lo negaba. Tantas cosas que comúnmente hacia dejaron de suceder de un día para otro, estabas confundida, ¿no eras suficiente?

Pensaste que en cualquier comento te dejaría varada en la calle, como un gatito abandonado. Tenias miedo, por que ella podía dejarte tan fácil, tan sencillo como cerrar la puerta y no volver jamas. Pero aún así, la querías y anhelabas que ella volviera a ser la msima de antes. En el fondo sabías que ella también te quería, que te amaba igual.

Escuchaste un "puf" detrás de ti, acompañado de unos quejidos que no supiste identificar. Al girarte, te encontraste con tres hombres corpulentos que te observaban con sonrisas macabras. Antes de que pudieras reaccionar, unos brazos fuertes te tomaron por los hombros, inmovilizándote con fuerza.

—¡Jinx! —lograste quejarte antes de que una mano cubriera tu boca.

Con rapidez, Jinx apuntó al hombre que te retenía, pero antes de poder ayudarte, giró su atención hacia los otros hombres detrás de ella. En un parpadeo, ya se había deshecho de ellos.

El que te tenía prisionera sacó un arma y la apuntó directamente a tu cabeza.

—¡Atrás! O la mato —advirtió con voz temblorosa, aunque su mano seguía firme, presionando con fuerza el cañón del arma contra tu sien.

—No te conviene hacerlo —respondió Jinx con calma, era la primera vez en semanas que la escuchabas y su voz sonaba ronca.

Antes de que el hombre pudiera replicar, un disparo resonó. Una bala atravesó su cabeza, y tú caíste de rodillas, aterrada por el sonido, pensando por un momento que el disparo había sido para ti.

Jinx se acercó rápidamente, ayudándote a levantarte. Te abrazó en cuanto te tuvo frente a ella, como si quisiera asegurarse de que estabas a salvo. Sus manos recorrieron tu rostro, sus cejas estaban arrugadas, no dijo nada otra vez solo te observó, asegurandose que no tuvieras ningun rasguño.

Tu mirada se dirigió a la pequeña que las observaba con curiosidad. Asentiste en su dirección dándole una señal a tu novia para que volteé.

—¿Quieres adoptar a una huérfana? —murmuraste a Jinx, quien sonrió levemente y asintió.


De verdad pensaste que la habías perdido... hasta que ella llegó, literalmente, del cielo.

Isha era una niña tranquila, pero se dejaba llevar por sus emociones. Si algo no le gustaba, renegaba y lo cambiaba sin dudar. Aun así, era dulce y juguetona. De un momento a otro, comenzó a caminar entre ustedes, tomada de sus manos, como si siempre hubiera estado allí.

Todo había sido tan espontáneo y errático que no podías entender cómo tu novia, generalmente callada y reservada, había logrado desenvolverse tan fácilmente con una niña completamente opuesta a ella.

Hablaba más, incluso comenzó a comer mejor, todo con el propósito de ser un buen ejemplo para la pequeña. Fue tan natural cómo ambas empezaron a construir un vínculo, uno tan puro como travieso. Había una delicadeza en su conexión que te hacía lagrimear.

Gracias a Isha, habías recuperado a tu Jinx.

Volvió a ser esa romántica y cariñosa de antes. Ahora no podía dormir si no estaba abrazada a ti, y su día no podía continuar sin recibir un beso tuyo.

—Debemos irnos lejos.— murmuró Jinx para ustedes, estaban abrazadas como aquella vez en la que juraron que nada cambiaría.

—¿A qué te refieres?

La observaste cerrar sus ojos al sentir tus caricias por su mejilla, suspiros pesados salieron de ella antes de responder.

—Si quiero mantenerlas a salvo, debo dejar atrás esta vida.

No entendiste sus palabras a la primera, pero ahora sí, porque al final no importa que tanto jures siempre todo va a cambiar.

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les publico esto con la triste noticia
de que ya voy a entrar a clases,
asi que no podré publicar nada aqui...:((

PEROO voy a estar 100% activa
en mi fanfic timebomb x oc!!!
que esta en mi perfil
plis pasen a verlo

los amo chauu

¹・ARCANE; osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora