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Estaba acostada con la pelirosa en mi cama acariciaba su corto cabello, mientras tarareaba una melodía tranquila, adormeciéndola, cosa que no me permitió por que se levantó de golpe.
—Se lo qué estás haciendo, no funcionará esta vez. —me incorpore en la cama, quedando sentada frente a ella, la observé con una sonrisa burlona.
—¿Segura? mi método jamás falla, cariño. —Hoy si. —hizo que cayera en la cama, se posicionó encima de mi con sus piernas a mis costados, acercó su rostro al mío, empezando a dar besos de mis mejillas a mi cuello. Intente apartarla con mis manos, Vi en respuesta me agarro de las muñecas y las posicionó sobre mi cabeza, patalee intentando liberarme.
—¡No, quítate! —los besos en mi cuello me causaban cosquillas, de risillas pase a carcajadas, la femenina sobre mi se separó de mi para verme fijamente.
Soltó mis manos y rápidamente las posiciones sobre sus mejillas, acariciandolas mientas la traía hacia mi, hice el indicio de besarla pero en vez de eso dirigí mis labios a su mejilla. Me levanté de golpe riéndome de su rostro, estaba sonrojado y colérico.
—Eres una... ¡Ven aquí!
Comencé a escapar cuando mi compañera empezó a corretearme, salí de la habitación corriendo entre risas. Observé a Caitlyn en la cocina tranquila, apure mi paso para esconderme atrás de ella, la chica se asustó derramando su taza de té.
—¡______! —Upsi...Perdóname, Cait, yo te quiero mucho.
Sentí las manos de Violet sobre mis cintura, elevándome en el aire, comencé a patalear cuando la vi dirigirse hacia la habitación. Estando cerca de la puerta me agarre con fuerza del marco de esta, Vi me jalaba de mis piernas para que me soltera, hasta qué cedí.
—De mí no te escapas, dulzura. — trague duro, adiós a mi privilegio de caminar.
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