[REAL MEN; MITSKI]
❛𝗵𝗮𝘇𝗺𝗲 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿 𝗮𝗺𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝘂𝗻 𝗽𝗲𝗾𝘂𝗲𝗻̃𝗼 𝗿𝗮𝘁𝗼❜
Su corazón y mente eran acaparados por una femenina irrelevante, con la cual se había revolcando un par de veces y había echado a la calle después, o eso es lo qué hacía creer a todos.Los hombres de verdad no necesitan a otras personas y Silco estaba seguro que era uno de ellos, entones ¿porqué dependía de una mujer?
No salían de sus pensamientos tus labios abiertos mientras gemías por más, sus manos rasposas pasando por tú suave piel o los espasmos de tú cuerpo cuando terminabas junto a él. Codiciaba alabarte, abrazarte y amarte; a su vez degradarte, lastimarte y odiarte.
Quería tomar todo de ti, destruirte de todas las maneras posibles y después decirte que te quiere para que jamás te escaparás de él.
¿Por qué se sentía necesitado de tu presencia, pero a la vez te quería lejos?
Si eras honesta, diría que lo único que pasaba por tú cabeza era sentir la aceptación del mayor, desnudarse frente a él para que te mire de arriba a abajo y te susurré "muy bien, niña, luces perfecta."
Su aprobación era importante para tú persona, con cualquier asentimiento de él sentías que podías respirar correctamente, por más mal que te tratara; ahí estabas anhelando sentir su piel junto la tuya.
Era todo lo que necesitabas, te aferrabas a él como si fuera el único hombre en el mundo, bueno, lo era en tú mundo. Tu mente retorcida te daba malas jugadas, no podías dormir por que no podías estar sin él, en tu imaginación estaban destinados. ¿Por qué no había alguien más para ti?
Intentabas mantenerlo porqué lo encontraste, podrías llevarlo con tus padres o hasta planificar una boda, es del tipo con el que quieres casarte y mantenerlo feliz, no importaba si eso costaba tu propia felicidad.
Tomaste medidas desesperadas después de no verlo por dos semana, te estaba evitando y lo sabías. Solo tenias que decir que tu cargamento de brillo estaba mal y te llevaban directo con el jefe, Silco.
El mayor te observo molesto cuando atravesaste la puerta, tenia suficiente el que estuvieras a todas horas en sus pensamientos como para aguantarte en persona.
—Largo.
—¿Porqué me evitas?— te acercabas lentamente a su escritorio, inspeccionando su comportamiento.
—Fuera, ahora— volvió a repetir que salieras, te negabas a marcharte; venías por respuestas y no te ibas a ir sin ellas.
—¿No me vas a responder?— soltaste indignada, estabas a unos pasos de él— Lo único que te pid-
—¡Que te largues, carajo!— se levantó furioso golpeando su escritorio, su gritó te hizo sobresaltar, ver al mayor exasperado era extraño.
—No tienes que gritarme...— te acercaste un poco más, insegura. Silco no te miraba, tenía su vista clavada en el suelo intentando aguantar las ganas de golpearte o follarte, tal vez hasta las dos. —¿Por qué no quieres verme?— tú voz era solo audible entre ustedes dos. Aquella pregunta hizo que algo se encendiera en él, con rapidez te tomó del mentón acercándote a su rostro.
—¿No querer verte?— soltó una risa cínica— si es lo único que quiero, niña... Debería matarte para que desaparezcas de mi vida, ¿no lo crees?—moviste tu cabeza desesperada, tus ojos mostraban miedo con un ligero toque de lujuria; su mirada te daba escalofríos.
—Inténtalo, sabes que no puedes vivir sin mi—hablaste con certeza, confianza que se fue tan pronto lo viste poner una navaja en tu cuello, tus ojos comenzaron a lagrimear por el miedo que sentías. Silco era un hombre de verdad que cumplía con su palabra.
—¿Estás segura, niña?—apretó más contra tu piel la cuchilla, un hilo imperceptible de sangre comenzó a salir; no sentías el dolor debido a la adrenalina de tenerlo tan cerca de tú rostro.
—Solo hazme sentir amada por un rato, por favor— suplicaste rendida, la sonrisa y el como alejaba la navaja fue su respuesta, había aceptado.
Solo te quedaba despojarte de tus prendas y que el te "amara" por ser tan buena.
Los hombres de verdad apestan.
algo escrito con el culo,,,