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Fui corriendo al lugar donde se encontraba mi pareja con Jayce pisándome los talones, abrí la puerta de la habitación con fuerza, causando un estruendoso ruido, levantando a Viktor que está en la cama descansando.
—¿Por qué no tocan la puerta? — no le respondí nada, solo camine a él y lo abrace por el abdomen sollozando, su repentino desfallecimiento me había dejado muy asustada y después de saber su diagnóstico quedé muerta del miedo.
—Le dije que esperara un poco más pero estaba muy alterada, ¡hasta me golpeó!— escuché al moreno quejarse, y en mi defensa se lo merecía por no decirme a tiempo. Sentí los largos dedos de Viktor en mi cabello acariciándolo, en respuesta me apegue más a él.
—Te lo mereces, imbécil. —______, esa boca. — me regañó el mayor. —Perdón, cariño. —no podía ver al moreno, pero sabía que estaba con su cara de mierda, indignado por cómo lo llame.
—Ya me voy, aquí no me tratan bien. —se fue cerrando la puerta a su paso, quedando sola con el castaño. Mi cara seguía pegada a su abdomen, solté un sollozó cuando un pensamiento de lo qué pasó vino a mi mente.
—Ya, ya, estoy bien, no llores. —levanté mi cabeza para verlo, se veía tan pálido, sus ojeras estaban mucho más marcadas y oscuras, se veía tan demacrado que me dieron más ganas de llorar. Se dió cuenta y negó con la cabeza, me hizo una señal para que me levantara y así lo hice, me apoye en el cabezal de la cama y apoyé a Viktor en mi pecho, ahora yo acariciaba sus cabellos castaños y él me abrazaba por el abdomen. Suspiré, se sentía bien tenerlo en mis brazos, yo podía enfrentarme a todo lo malo del mundo por él.
—Perdón por no llegar a tiempo. — rompí el silencio, intentando justificar mi retraso— El maldito consejo quería que hiciera su mierda funcionar, sino fuera por el tonto de Jayce ahí seguiría sin saber qué mi novio había tenido un accidente. Los tontos sabían y me dejaron trabajando, ¿puedes creerlo? y su excusa fue "Te necesitamos, eres la única capacitada para este trabajo", una buena demanda les voy a meter a los hijos de pu... — me interrumpí a mi misma con un quejido de dolor, Viktor me había dado un golpecito en el estómago, no dolió pero tenía que reprochárselo.
—Esa boca. — rodé los ojos a su segundo regaño. —Y no te preocupes, linda, ya estás aquí. Te amo.
Podía jurar que mis ojos brillaron como dos faroles, el sentimiento de calidez en mi pecho y mis mejillas sonrojadas. Me acerqué a su rostro, dándole un beso esquimal.
—¡Yo te amo más! — lo abracé dejando besos por todo su rostro, escuchando una risilla proveniente de él. Siempre cuidaré de ti, Viktor, no voy a decepcionarte.
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Si tienes dudas o algún consejo para que pueda mejorar, tengan toda la confianza para decirlo. Muchas gracias d verdad<3