Capítulo 20: Dos vencedores.

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Había solo una cosa de la cual si estaba consciente de las ganas que tenia de besarla...

Jane se movía rítmicamente, con mucha gracia e ímpetu. Para Tom era demasiada la sensualidad que sus movimientos le daban, y esto lograba hipnotizarlo aún más, se sentía transportaba a otra dimensión.

La canción terminó llevando consigo el valor que había conseguido tener por un instante. Jane se separó él sonriendo alegremente, se le veía bastante entusiasmada. Una nueva canción resonó alborotando a todos los que estaban a su alrededor, inmediatamente inició un baile alocado donde las miradas y las sonrisas era lo único que se podía compartir. La gente comenzó a amontonarse, unos pegados con otros intentando mantener el ritmo, casi ni se podía respirar por tanto empujón y tanta locura.

-¡Hay que salir de aquí!-Le dijo Jane apuntando hacia la barra, Tom asintió mientras le tomaba la mano para ir detrás de ella - Es una verdadera locura -Dijo Jane cuando lograron llegar a la barra, estaba sofocada y acalorada.

-Empezaba a divertirme -Dijo Tom -Te mueves cada vez mejor -Jane sonrió mínimamente apenada.

-¿Me has visto?

-Alguna vez, en alguna fiesta... -Dijo él simplemente.

-Pues gracias -Respondió ella, sin querer indagar en el hecho de que él se fijaba demasiado en ella. Tom se quedó mirándola fijamente, de esa manera que a Jane le costaba definir; ella apartó la mirada de sus ojos bonitos fijándola las botellas de vino que estaban en la barra, pensando en que si continuaba mirándole así después se iba hacer adicta a esa peculiar forma de mirar.

-¡Ey, quiero una copa! -Le gritó al muchacho cantinero de antes, este estaba del otro lado de la barra atendiendo a unos chicos y cuando se desocupó se aproximó hacia donde Jane estaba.

-Te dejaron esto -Le dijo el muchacho pasándole una bebida. Jane sonrió ampliamente a ver la copa de vodka, con arándanos y limón, la cual era su favorita. Ese regalo solamente podía venir de una sola persona.

Jane giró de un solo movimiento buscándole con desesperación, buscó entre toda la gente pero no se veía por ahí cerca.

Tom se dio cuenta de la expresión de jane, su rostro se había iluminado, nunca antes le había visto así, de esa manera como si esa persona fuera alguien realmente especial para ella. Por un momento, sintió envidia de no poder ser él quien provocara esas reacciones. Sintió también deseos de conocer esa persona, de saber cómo era, saber quién era capaz de hacerla sonreír de esa manera.

-Oye... -Dijo Jane fijando finalmente la mirada en su amigo después de haber recorrido todo el sitio con la misma - Te importa si te dejo un rato, es que necesito encontrar a alguien... -Tom asintió sonriendo costosamente. Jane sin decir nada más salió disparada adentrándose entre la gente, dejando claro que realmente quería ver a aquella persona.

Tom suspiró atosigado cuando Jane se le perdió de vista, regresó la vista a la barra y le pidió una copa al mismo chico que había atendido a Jane.

-Ella siempre esa así... -Dijo el muchacho dirigiéndose a Tom. Este alzó la mirada para comprobar si realmente se dirigía a él. -Siempre está con gente gorda, ya sabes... mafiosos y esas cosas -Le explicó al ver el rostro confundido de Kaulitz.

-Y él que le dio esto -Señaló la copa - ¿es uno de ellos?

-No, él es otra cosa, es un niño rico que viene muy a menudo por aquí con la esperanza de volver a ver a la rubia... -Tom frunció el ceño aun sin comprender.

-Ya te digo, es mejor que te busques a otra, créeme esa chica ya la tienen vista y no querrás tener problemas... -Le aconsejó el muchacho de todo corazón. Tom sonrió agradecido y luego se marchó en busca de algo que pudiera despejarle la mente, principalmente para no pensar más en ella.

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