Capítulo 27: Traicionado

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Luego de haber terminado de fumar un cigarrillo se dirigió al bar, llevaba la imagen de Any en la mente; sus ojos tristes y su sonrisa desvanecida le golpeaban el corazón. Ella era una chica perfecta y estaba convencido que si la hubiera conocido primero las cosas serian diferentes, todo sería más sencillo.

-¡Kaulitz! —Le gritaron. Era Jaime, estaba con Lamb y los demás amigos se Shane. Sintió un escalofrío al tiempo de encontrase con la mirada de cada uno de ellos.

Jaime alzó la mano y lo saludó a lo lejos. Era extraño que Jaime hiciera eso cuando estaba con ellos.

-¡Que hay! —Respondió Tom devolviendo el saludo con la mano y se acercó a la puerta.

Desde que había llegado donde estaban los chicos Any no le había dirigido ni siquiera una mirada de odio y eso no lo hacía sentir mejor. Se aproximó a ella, sin que se diera cuenta y susurró en su oído.

-¿Quieres bailar? —Any giró al momento y bajó la mirada al instante de encontrarse con sus ojos.

-Emm—Dijo — No, es que… estoy platicando… —Se excusó estúpidamente. Tom vio su nerviosismo. No era buena mintiendo, ella quería bailar con él.

-Sólo… sólo una canción si quieres —Insistió sonriendo de medio lado y poniendo ojitos tiernos, lo cual obviamente la conmovió y convenció.

-Bueno está bien, sólo una y ya ¿Vale? —Dijo resignada. Tom asintió entusiasmado.

Tom sujetó su cintura de la manera más cuidadosa y delicada que pudo y comenzaron a bailar.

-Si no seré tu novia…¿Qué seré para ti? —Tom se alejó unos cuantos centímetros para ver su rostro, sin dejar de bailar. — ¡Ni se te ocurra decir que tu amiga porque bien sabes que no somos amigos! —Dijo cuando él estaba a punto de hablar.

-No lo sé Any… sólo sé que lo último que quiero es dejar verte… —La pelirroja sonrió de medio lado y continuó bailando.

Carcajadas estrepitosas y gritos ensordecedores comenzaron a arreciar capturando la atención de todos incluso de Tom y Any. Ambos voltearon en busca de la causa del alboroto pero luego de algunos minutos esté disminuyó y los jóvenes comenzaron a esparcirse continuando con la fiesta.

Any volvió la vista a Kaulitz, pero él no volteó a verla, seguía con la mirada fija en aquella dirección.

A lo lejos, más allá de la pista, muy cerca de las escaleras que conducían a la segunda y privada planta estaba una chica de cabellera rubia.

Tom dejó de moverse, hasta dejó de sujetar el cuerpo de Ann.

-¿Qué sucede? —Le preguntó ella sin comprender y sin haber identificado la presencia de su prima.

Él, sin responderle, sin siquiera escucharla, comenzó andar hacia allá. Conforme avanzaba entre los jóvenes podía apreciar con mayor claridad la escena y cuando estuvo lo suficientemente cerca abrió los ojos descolocado. No pudo moverse ni un centímetro más al ver como un tipo con pinta de maleante le estrujaba vulgarmente el cuerpo metiendo sus asquerosas manos por debajo de su vestido, y como se comían la boca con pasión desmedida el uno al otro. Sintió inmensas ganas de vomitar pero sintió más cómo la sangre le hervía y se le subía a la cabeza. El impulso de golpear a alguien apareció.

-¿Qué pas…  —Escuchó detrás de él, era la voz de Any. Sintió como ella lo sujetaba del brazo al darse cuenta de lo que sucedía. Que se diera cuenta ella, lo hacía sentir más humillado de lo que ya estaba. Se soltó de su agarré de un tirón agresivo y se aproximó a ellos. — ¡Tom detente! —Gritó Any y entonces sus labios se separaron. Jane volteó a verlo y fue fulminada por aquella mirada de dolor. Henry, el amigo de Jane, se sobre saltó al encontrarse de frente con Kaulitz. Este sin perder más tiempo lo sujetó de la camisa.

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