Capítulo 22: Daría cualquier cosa por ti.

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Tom no podía dejar de pensar en ella, en que se la había llevado Shane a la fuerza y en que le podía llegar a suceder alguna cosa mala si no hacía algo por ella.

-¿Ey Tom, estas escuchándome? —Cuestionó Lina.

Tom parpadeó varias veces y fijó la mirada en su amiga, quien estaba sentada a un lado de él contándole lo que le había sucedido esta mañana.

-Creo que no —Se burló Faber. Él se encontraba sentado después de Lina. Kaulitz no respondió nada, su mirada pérdida intrigó a sus amigos quienes lo observaron con preocupación, especialmente Lina.

Tom se puso de pie y comenzó a caminar en dirección al portón de salida.

-¿¡A dónde vas!? —Gritó Lina pero él no volvió atrás, muy apenas podía escuchar los chillones reclamos de su amiga. Kaulitz salió de la escuela, se encaminó hasta la calle y ahí se quedó parado sin saber qué hacer o a dónde ir.

-¡Ey! —El grito de Faber le sacó de sus profundos pensamientos, entonces vio que su amigo se subía en una moto que estaba estacionada a frente a la escuela. — Súbete —Le dijo Faber. Tom corrió hacia donde su amigo lo esperaba y subió a la moto.

Pasaron varias horas investigando dónde podría estar Jane pero era como si se la hubiera tragado la tierra, Tom estaba ansioso y Faber ya estaba cansado de andar de aquí para allá.

-Le voy a marcar a mi hermano a ver si sabe algo —Dijo Faber de repente como si se le hubiera prendido un foco en la cabeza. Tom asintió rápidamente y miró con impaciencia como su amigo se llevaba el aparato a la oreja.

-Mi hermano me ha dicho que tendrán una fiesta esta noche y que lo más seguro es que Jane esté ahí —Dijo Faber después de colgar el teléfono. Tom se llevó la mano detrás de la nuca y se masajeó pensando en que podría hacer.

Shane y sus amigos estaban reunidos en el antro del pueblo. Los chicos bebían y bailaban e incluso uno que otro hacia alguna locura o idiotez.

Jane estaba sentada sobre las piernas de Shane y este la tenía rodeada de la cintura con los brazos. Jane estaba tensa y nerviosa sabía que algo estaba mal y que, aunque Shane aún no le había dicho nada, no tardaría en ponerse en mal plan.

-¿Shane qué pasa? —Volvió el rostro hacia él. Shane sonrió de medio lado y continuó contemplando a sus locos amigos que hacían estupideces.

Jane suspiró frustrada, esa sonrisa le decía que nada estaba bien.

-¿Sabes qué pasa? —Susurró Shane cerca de su oído con voz seductora, Jane se estremeció de miedo. —Pasa que quiero saber con cuantos más me has engañado —Jane tragó en seco. Sabía que detrás de esa “amabilidad” y “seducción” se escondía un monstruo enfurecido.

-¿De-e qué habla-as? —Tartamudeó. Shane le sostuvo unos minutos la mirada para luego sacar el móvil de la bolsa de camisa y marcar un número.

Un “ok” fue lo único que Jane alcanzó a captar de la veloz conversación. Shane la apartó de sus piernas con un movimiento brusco y se puso de pie tomándola del brazo. Jane se quejó mientras era arrastrada por Shane otra vez. A pesar de que intercambio miradas suplicantes con algunos de los que se hacían llamar sus amigos nadie hizo nada por ella, a pesar de que todos o la mayoría podían ver la furia en los ojos de Shane.

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