-Valla, hasta que llegas —Simone, la madre de Tom, estaba sentada en el sillón pequeño, el cual lo había puesto a un lado de la puerta para que su hijo no se le escapara al llegar. En ese lugar lo iba a ver a la hora que llegara y así fue. Tom alzó la mirada y vio en los ojos de su madre la furia, cerró la puerta despacio y dejó las llaves encajadas en el llavero de madera colgado en la pared. —¿Dónde estabas? —Preguntó ella. Era claro por el tono de voz que estaba muy enojada, Simone era una mujer tranquila pero había cosas que no podía dejar pasar y esta era una de ellas.
-Con Faber… —Respondió sin mencionar a Jane.
-¿Y bien? ¿Qué pasó con mi auto, Thomas? —Tom tomó aire antes de hablar.
-Le rompieron las ventanas y las llantas —Dijo casi en un murmullo.
-¡Pero cómo! —Se puso de pie y se acercó un poco a su hijo.
-No lo sé mamá —Respondió Tom encogiéndose de hombros.
-¿En que estas metido?
-¡En nada mamá! —Exclamó Tom con cierta indignación. Era indignante que ella desconfiara de él.
-¿Estas en drogas? —Tom frunció el ceño — ¿Te estás juntado con los mafiosos? —Movió la cabeza negando — ¿Entonces qué pasa? —Preguntó angustiada. Él no respondió. — No sé qué estás haciendo Tom pero no me gusta, se te pierden tus cosas, te roban en la escuela, te a saltan, llegas con golpes y ahora mi auto está destruido. ¿Sabes lo que me costó comprar ese auto?
-¡Si lo sé! —Respondió furioso. Apretó los dientes y los puños.
-¿Entonces? —Tom bajó la mirada con la mandíbula tensa y el ceño fruncido. Pasó por el lado de su madre sin responder y entró a la cocina, se sirvió un vaso de agua y lo bebió lentamente. — Tu eres bueno, hijo —Le dijo su madre entrado a la cocina. Tom dejó el vaso a un lado, sobre un mueble. — Por favor dime que no estás en esas porquerías que hacen la mayoría de los jóvenes que viven aquí.
-No lo estoy, te lo juro —Se acercó a su madre la abrazó.
-O quizás…estés en líos de faldas… —Se separó de su hijo bruscamente — ¿¡Estas es líos de faldas Thomas!?
-¡Claro que no! —Exclamó reprimiendo una sonrisa. Su madre entrecerró los ojos. — ¿Seguro que no hay ninguna chica por ahí?
-Eh... bueno… —Tartamudeó y a su mente llegó la imagen de Jane. —Voy a recostarme un rato…
-¡No te vayas! ¡Aun no termino de hablar contigo! —Gritó al ver como su hijo caminaba a paso rápido para escaparse de ella — ¿Cuándo estará listo el auto? —Tom se detuvo y la miró con seriedad.
-Dentro de una semana
-¿Tanto? —Kaulitz asintió con un gesto en el rostro.
-Pero no te preocupes, cuando salgas tarde de trabajar yo iré por ti —Su madre sonrió. Su hijo era tan noble, no podía estar metido es cosas malas. Por más que las cosas lo pusieran como culpable, en el fondo escuchaba aquella vocecilla que le decía que su hijo no mentía, que su hijo iba por el buen camino.
Los días pasaron rápidamente, para todos y principalmente para Tom, entre las clases matutinas de la preparatoria y el trabajo vespertino en el restaurante del papá de Faber, eso ultimo lo había conseguido gracias a su amigo para así poder pagar la reparación del auto de su madre. No había tiempo de ver a Jane siquiera a Lina, en cuanto salía de clases se iba con Faber al restaurant y en la noche pasaba a recoger a su mama al trabajo.
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Mi Mejor Amigo
RomanceJane es una joven que siempre está metida en problemas. No le gusta seguir el orden, es rebelde, alocada, sensual. Tiene un novio mafioso que es agresivo y controla al mayoría de los jóvenes del pueblo donde viven. Van a fiestas muy seguido y conviv...