Capítulo 33: Inseguro de su amor.

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Una caricia, dos caricias, tres. Ese perrito callejero de color negro, con manchas blancas por todo el cuerpo que Jaime le había regalado, merecía eso y más.

Estaba sentado en el borde de la banqueta con el cachorrito sobre el regazo, era el único que le hacía compañía en estos momentos ya que Bill y su madre habían salido a cenar.

Miró el móvil que tenía en la otra mano, la que no acariciaba a Manchas, y su corazón recibió una punzada. En momentos así se sentía tan lejos de ella; apartado, rechazado y olvidado. Ella podía resolver todo sin ayuda, sin él. El pensar eso lo ponía mal, el saber que ella no lo necesitaba de igual manera. ¿Es que a ella no le faltaba el aliento cuando no lo veía? ¿A ella no se le aceleraba el corazón al mirarlo a los ojos? ¿Ella se olvidaba de él cuando no estaban cerca?

Estúpidamente y sin fundamentos, Tom se convencía de las respuestas de esas preguntas. Jane no sentía nada por él. Y aunque desde un principio supo que Jane no era como todas las chicas y que de ella no podía esperar un amor incondicional, con cada día que pasaba preguntas como esas venían con más constancia a su cabeza, taladrando sus sentidos, su corazón.

-Venga Manchas ¿Quieres ir adentro? —Preguntó mirando al perrito, quien movió la cola como respuesta. Al parecer el cariño del perro era lo único que podía recibir.

Se levantó con el cachorro en brazos y entró a casa. Luego de dejar a manchas en el piso y fue a la cocina a coger un vaso de agua.

-¡Tom! —Escuchó a los lejos. Alguien lo llamada de afuera. Dejó el vaso de agua sobre la barra y se encaminó a la puerta — ¡Tom! —Volvió a escuchar su nombre seguido de dos golpes a la puerta, entonces reconoció la voz. Era Any.

Cuando abrió la puerta se encontró con ella acompañada de una espléndida y enorme sonrisa.

-¡Hola! —Exclamó al verlo y lo abrazó efusivamente. Tom sonrió en el abrazo. Era reconfortarte sentirla cerca de nuevo — ¿Cómo estás? —Cuestionó al separarse.

-Bien y ¿Tu?

-Estupenda, aunque un poco cansada porque he andado de aquí para allá con Charles —Sonrió.

-¿Quieres pasar? —Any asintió y ambos comenzaron a andar hacia adentro. — ¿Cuándo llegaste al pueblo? —Cuestionó después de que Any se sentara en la sala.

-Llegué ayer, viene a visitarte pero Bill me dijo que no estabas.

-Sí, eso me comentó cuando volví.

Hubo unos cuantos minutos de silencio, tortuosos para Tom y desesperantes para Any. Para él era una tortura tenerla cerca y saber que debía hablar con ella sobre lo que sucedía con Jane, más específicamente, tenía que decirle que estaba de vuelta con ella intentando algo importante. Mientras que Any, quería regresar el tiempo al momento en que se besaron en su habitación. La ansiedad le recorría el cuerpo entero sabiendo que algo no iba completamente bien, estaba segura ya que Tom no la había buscado después de eso.

-Any…

-Tom… —Dijeron al mismo tiempo.

-Dime —Pidió él rápidamente. Any sacudió la cabeza riendo nerviosa.

-No, está bien, dime tú.

-No mejor tú. —Any suspiró decidiendo que era mejor comenzar hablar.

-Es sin importancia… —Murmuró — Bueno no… es que he estado pensado en nosotros —Hizo una pausa y contempló a Kaulitz —Y no sé, quería saber si tú lo has hecho también; el pensar en lo que sucedió el otro día.

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