Capítulo 34: Kaulitz, has hecho un trato.

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La vista por la ventana era maravillosa. Las nubes se estaban amontonando poco a poco en lo alto del cielo formando una sola, su color se iba convirtiendo en azul intenso casi negro. Iba llover muy pronto, eso era seguro.

El ruido del viento sacudiendo los arboles llamó la atención de algunos pero Kaulitz continuó mirando como las nubes crecían y crecían anunciando una fuerte tormenta.

Al terminar las clases fue el primero en marcharse, ya que Faber y Lina tenían planes de ir al cine. Tom les inventó que había quedado con Bill, pero lo cierto era que se iba a ver con Sam. Atravesó el portón buscando con la mirada a Jane, pero no estaba, así que dedujo que su mamá había pasado por ella.

Unas cuantas gotitas comenzaron a pintar el suelo y sintió varias tocarle el cuerpo por encima de la ropa.

-¡Kauuulitz! —Canturrió una voz cerca de él. Tom se detuvo y miró hacia el frente. — ¿Cuánto tiempo sin vernos? —Dijo Lamb con diversión. Tom no respondió, no tenía nada que decirle; si acaso que estaba bastante feliz hasta el preciso momento en que apareció.

Sintió los acelerados latidos de su corazón, pero no se permitió llegar al pánico.

Continuó caminando como si Lamb no existiera, desafortunadamente no funcionó pues Lamb comenzó a ir detrás de él.

-Ey, ey… ¿Por qué te vas tan rápido? —Se adelantó y le impidió avanzar. Kaulitz frunció el ceño desesperado. Por un momento las imágenes de aquellos días volvieron a su cabeza.

-Déjame en paz —Murmuró Tom pareciendo tranquilo.

-Bien, bien Kaulitz, no te enojes —Río haciéndose a un lado. Tom comenzó a andar de nuevo hacia el estacionamiento donde estaba su moto — Lastima, le diré que no quisiste ayudarle… —Dijo Lamb creando intriga en el chico. Volvió la cara hacia él y vio la socarrona sonrisa formada en sus labios y esos ojos con matiz malévolo le alertaron.

Jane, fue lo primero que vino a su mente.

-¿De qué hablas?

-Uh, creí que no te importaba.

-¡Dime de qué estás hablando! —Masculló a punto de perder los estribos, sólo de imaginarse que le estaban haciendo algo a su Jane.

-Umm… de nada, ya sabes… —Sonrió muy divertido y eso sólo intensificaba la desesperación en Kaulitz. Una luz centellante iluminó el cielo nublado seguido de un  fuerte rugido. —Teníamos mucho sin ver a tu hermanito, mira que si ha cambiado.

-¡Que le han hecho a Bill! —Exclamó tirándose encima de él y sujetándolo del cuello de la camisa, pero eso sólo logró ensanchar aún más la sonrisa de aquel desalmado tipo.

La lluvia comenzó a caer en aguacero de pronto empapando todo, en un segundo sus rostros estaban escurriendo agua.

-Tranquilo Tom, o no te digo donde está —Tom comenzó a jadear contendiendo su furia.

-Donde lo tienen —Masculló intensificando el agarre.

-Suéltame o no te digo.

-¡Que le han hecho! —Gritó antes de intentar correr hacia él. Lamb, quien estaba detrás de él, lo sostuvo de un brazo impidiéndole que avanzar un paso más. Shane alzó el puño y amenazó con golpearlo una vez más — ¡No te metas con él! —Gritó furioso, casi endemoniado, al ver como Bill colgaba de dos tipos, quienes lo sujetaban de los brazos y le impedían moverse.

La sangre brotaba de su boca combinada con el agua de lluvia, tenía los ojos cerrados, parecía casi inconsciente, y a penas se movía débilmente. Su cabello empapado le cubría el rostro y sus ropas maltratadas estaban llenas de lodo.

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