Capítulo 36: sólo quería escuchar tu voz.

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Any se marchó luego de media hora de estar conversando con Tom. Le prometió que regresaría más tarde y que le ayudaría a cuidar a Bill si era necesario. Estar cerca de ella le hacía sentir un poco culpable, pues Jane seguía ocupando cada rincón de su corazón. Aunque sabía que había un espacio pequeño para Any, aun así no quería hacerla sufrir, no quería que se ilusionara como él se ilusionó con Jane.

Luego de algunos minutos de estarse replanteando lo sucedido recordó que aún estaba el problema de Stefan.  Miró el celular y buscó entre ellos alguien que pudiera informarle de la situación, luego de recorrer dos veces la agenda se detuvo en el nombre de Jaime. Era la única persona que conocía que podía estar al tanto de algo, ya que Jane recurría a él constantemente, además que había amigos de él que le informaban esa clase de cosas.

Escuchó como el celular de su amigo sonaba insistentemente, hasta que finalmente respondió su llamado.

-Ey Tom ¿Qué pasó? —Preguntó con voz alegre.

-Nada… sólo… es que hoy no podré ir a trabajar…

-¡Ni que lo digas! ¡No te preocupes! Tomate el tiempo que sea necesario, ya sabes.

-Gracias… —Agregó. —Oye Jaime —Pronunció con voz distinta.

-Sí, dime. ¿Qué pasó?

-Has sabido algo del padre de Jane…

-En realidad no mucho… —Respondió pero guardó silencio como si estuviera recordando algo nuevo… —La verdad es que ayer en la noche me enteré que dejaron la fianza a la mitad, pero aun así las Drake’s no cuentan con el dinero, ya sabes que Jennifer no quiere vender la casa, como intentó hacerlo Jane. —Tom tomó aire ante la nueva información.

-Joder —Murmuró.

-¿Qué sucede? —Indagó notando algo en el joven que le había llamado.

-Quiero ayudarla, pero no tengo el dinero.

-Tom, no puedes hacer nada… yo te lo prestaría si lo tuviera pero ya sabes con lo que saco en el taller apenas consigo para sostenerme a mí mismo y un poco más….

-Lo sé, lo sé Jaime, no estaba pensando en eso —Respondió al recordar a Sam, en que había quedado mal a la cita y en que probablemente ya no iban a querer que se les uniera en el próximo atraco.

-¿Qué estas planeando Tom?

-Nada Jaime, gracias por la información —Le dijo lo más rápido que pudo y colgó para evitar más cuestionamientos.

Antes de que fuera a cambiar de idea o de replantearse con sensatez la situación marcó el número de su buen amigo Sam.

-Kaulitz… —Saludó con voz un tanto irónica —Tanto sin saber de ti.

-Ey Sam, no pude llegar, tuve algunos problemas con Shane…

-Sí, estoy enterado de algo.

-Bueno pues… quería saber si aún sigue en pie… —Inquirió dejando la duda en el aire. Sam rio del otro lado de la línea con una risa estrepitosa.

-¿Lo ven? Les dije que nuestro buen amigo Kaulitz no se echaría para atrás tan fácilmente —Dijo a lo lejos, seguramente dirigiéndose a sus compañeros de robo. —Bien Kaulitz, me alegra escuchar eso porque precisamente Valente se ha roto una pierna y bueno, él era quien me hacia la guardia,

-Yo podría hacerlo, incluso sacar algunas cosas… —Dijo sumamente seguro. Sam volvió a sonreír, sólo que ahora con mucha más satisfacción.

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