Capítulo 43: No te disculpes por amar a alguien

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Logró respirar con alivio cuando la camioneta negra y lujosa se marchó rechinando las llantas enrabiada en dirección al norte. Cuando pudo reaccionar corrió hacia la puerta por donde había salido Lamb y la abrió de golpe. Sintió como su cuerpo perdía un gran peso de encima al visualizar a Faber y a Jane sentados en el piso. Ambos estaban atados de manos y piernas, pero en mejor estado del que hubiese imaginado. Faber tenía el ojo derecho morado y la nariz no le paraba de sangrar, mientras que a Jane le resaltaban los ojos rojos con maquillaje corrido por las lágrimas, además de que sus mejillas estaban encendidas; Tom supuso que la habían golpeado pues no era el clásico matiz rojo que estas adquirían en una situación vergonzosa.

-¡Tom! —Exclamó Faber al verlo — ¿Y Shane y Lamb?

-Ya se fueron

-¿Pero cómo…?

-¿Se encuentran bien? —Cuestionó agitado e ignorando la pregunta de su amigo.

Ambos asintieron.

-¿Qué fue lo que sucedió? —Miró a Jane. Esta le dedicaba una miraba seria, esos ojos fijos y afilados permanecían casi congelados. No vio en sus pupilas la alegría y el alivio que vio en Faber, ella simplemente permaneció con su mirada inexpresiva. Tom supuso en que probablemente sabía algo de la propuesta de Shane, o al menos ella se imaginaba que algo iba peor de lo que parecía.

-Joder —Habló Faber mientras Tom desataba los nudos de las muñecas y de las piernas de Jane —Se me antojó tomarme un cerveza y como nunca había entrado al bar de Jane simplemente ocurrió venir, cuando entré estaban Shane y Lamb. El primero tenía sujetada a Jane del cuello —Faber calló de repente su relato.

-Faber trató de ayudarme pero como veras le fue peor —A completó Jane.

Tom le dedicó una mirada antes de ir con su amigo y comenzar a desatarlo.

-Sí, me golpearon y la golpearon a ella también —Tom sintió la rabia roerle dentro — Después me obligaron a llamarte, me obligaron a decirte que Jane estaba muy mal, no sé por qué querían hacer eso. —Tom se tensó — ¿Por qué lo hicieron?

-Querían…

-¿Qué querían? —Insistió Jane con voz seca.

-¿No creen que necesitan ir a clínica para que los revisen?

-Yo me encuentro bien, aunque Faber si lo necesita. Pero no has contestado a nuestra pregunta.

-Cierto —Dijo Faber.

Tom se levantó y contempló a sus amigos mientras se ponían en pie.

-Shane quiere que trabaje para él.

-¿¡Cómo dices!?  —Exclamó Faber.

Jane bajó la mirada sin echar ver asombro, Tom comprobó que ella sabía algo.

-¿¡Está loco!? ¡Joder! —Continuó exclamando Faber — ¿Pero por qué quieren que trabajes para él? No entiendo.

Tom no respondió.

-Porque Tom está en boca de todos y además, que yo ya no le sirvo —Respondió Jane secamente. Avanzó hacia la puerta y salió caminado a paso rápido.

Tom se acercó a Faber y lo ayudó a mantener el equilibrio.

-¿¡Jane!? ¡Jane! —Tom escuchó la voz alterada y angustiada de Elena a lo lejos.

-¿Qué les respondiste? —Cuestionó Faber ignorando el alboroto que se escuchaba fuera.

-Me dijeron que si no aceptaba no los iban  a dejar libre —Hizo una pausa para tratar de hablar con normalidad pero la verdad era que su voz se escuchaba rota — Sé que Shane es capaz de todo y tuve que decirle que aceptaba.

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