Capítulo 33

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La apelación

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Dayana

Noah luce realmente apuesto el día de hoy, pero eso es lo de menos.

La sala en dónde se está llevando la apelación está relativamente saturada, muy a pesar de que debería ser a puerta cerrada hay un montón de reporteros a las afueras del juzgado. Para que Daniel y yo pudiéramos entrar fue todo un caos.

Aquí adentro hay una cantidad limitada de reporteros y algunas otras personas, entre las cuales se encuentra Simón junto a su suegro, quién es Co-CEO de Narcissus. Noah y yo estamos en los asientos de al frente, su padre y el otro acusado ya están dentro de la habitación a lado de la tía Rachel. Solo estamos esperando la llegada de los jueces. Daniel igual está aquí, pero decidió sentarse en los asientos del fondo.

Noah está nervioso, puedo notarlo con facilidad aun cuando lo disimula muy bien. Sujeto su mano, llevándola a mi regazo y apretándola entre mis dos manos. Sus ojos me enfocan y no puedo hacer más que sonreírle, tratando de demostrarle todo mi apoyo.

—Gracias por estar aquí, chica fresa—me dice en casi un susurro.

—No hay nada que agradecer—le digo dando un apretón a su mano, en respuesta me sonríe con más tranquilidad.

En ese preciso momento ingresa el juez, sentándose enfrente de todos. Noah y yo suspiramos simultáneamente, a la par que todos en la sala guardan silencio.

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El juez mira los papeles en su mano con el ceño fruncido, sus ojos se mueven con rapidez por el documento que le pasó la tía Rachel.

—De acuerdo—dice al terminar de leer—. Abogada Vega, puede llamar a su último testigo.

Mi tía asiente y se pone de pie.

—Invito a pasar al estrado a Ed Rogers—solicita mi tía y pronto un hombre se pone de pie para caminar hacia el frente.

Él es el exsecretario del CEO de Narcissus, luce nervioso, en ningún momento voltea a ver a nadie, más que a la tía Rachel y al juez.

Noah afianza su agarre a mi mano cuando empiezan a hacer las preguntas al testigo.

La tía Rachel lleva mucha ventaja en este caso, el CEO está en la balanza de perder, sus dos guardaespaldas declararon en su contra, más la declaración del exsecretario solo le quedará declararse como culpable para que pueda obtener una condena menor.

Pero esa sensación de seguridad es imposible de tenerla, al contrario, el miedo de que las cosas puedan voltearse en nuestra contra es demasiado palpable, nunca se sabe que es lo que pueda tener bajo la manga el CEO, Caleb Smith.

Durante todo el proceso de juicio ha estado inexpresivo, no puedo decir que es lo que pasa por su cabeza. Tengo entendido que pagó una cuota alta para poder pasar el proceso de juicio en libertad bajo supervisión, por eso no es como en las películas en donde el acusado esta todo cansado y desaliñado con un uniforme naranja que lo enmarque cómo criminal. Él aún sigue viéndose imponente. Al lado de su abogado, junto a uno de sus trajes de diseñador como aquella vez que lo vi durante el secuestro y su cabello perfectamente peinado.

Por el otro lado, está el padre de Noah.

Cuando lo vi entrar esposado, portando ese traje naranja junto al otro acusado y dos policías que velaban por ellos, cómo si fueran las personas más peligrosas del mundo me sentí tan conmovida. Él y Noah se miraron y como si nada estuviera pasando, le sonrió y entre labios le preguntó si había comido. Es sin duda un buen padre, que entregó su libertad por el bien de su hijo.

Casualidad con sabor a FresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora