Capitulo 39 | Final

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Noah

Me pregunto, ¿hay más reporteros y paparazzis aquí o en las elecciones presidenciales?

En serio, hay una alfombra en dónde los graduados se detienen y posan para las cámaras, incluso hay algunos a los que les piden entrevistas.

—Dayana está en el aula 22—dice Daniel, apareciendo a mi lado—. Se encuentra en la tercera planta del primer edificio.

—¿No debería estar aquí junto a los demás?—pregunto señalando con la cabeza a los que pasan por la alfombra.

—Sabes que ella odia este tipo de cosas. Prefiere repasar su discurso.

Asiento en total acuerdo. Mi chica detesta ser fotografiada por la farándula.

—Ire a verla—aviso al de ojos azules.

—Yo iré con mamá, dile a Dayana que en quince minutos inicia la ceremonia.

—Alli estará—digo antes de dirigirme al primer edificio.

En el camino observo a los distintos tipos de graduados que hay. Nada comparado con el de mi universidad. Aquí todos están más preocupados por su apariencia que por la entrega de diplomas. Sus togas perfectamente colocadas, junto a su estola color dorado con un bordado de calidad con el escudo de la universidad. Claro que por debajo de ellos se lucen los distintos vestidos de alta costura que portan las mujeres, o las camisas y los pantalones de vestir por parte de los hombres.

La curiosidad por ver a Dayana me invade así que apresuro el paso. No pude pasar a recogerla en la mañana por una reunión que tuve en el trabajo, y aunque la acompañe a probarselo cuando su tía Indah lo tuvo listo , quiero ver lo hermosa que ha de estar el día de hoy en su graduación.

Cuando estoy frente al salón le doy un vistazo al ramo de rosas que traje, y un recuerdo de ella regalandome uno en mi graduación me hace sonreír.

Ya han pasado más de dos años de eso, ahora me toca a mí ser quien le dé uno a ella.

—Señorita Vega—digo entrando al salón, ella da un pequeño brinco en su lugar del susto. Estaba demasiado inmersa en repasar su discurso.

—Noah—dice con alivio al verme.

Le sonrió y ella en respuesta hace un puchero, corriendo a abrazarme. La estrujo con delicadeza entre mis brazos, sintiendo sus manos aferrarse a mi saco.

—Lo harás bien, chica fresa—susurro en su oído.

—Siento que todo se me va a olvidar una vez que este frente al micrófono—se separa de mi pecho para verme a los ojos—. Es aquí cuando me arrepiento de haber tenido buenas calificaciones. Debí haber reprobado aunque sea una vez para pasar desapercibida en estos momentos—dice con un lloriqueo—. Siento que no merezco hacer esto, es demasiado.

Su expresión me hace dudar si es broma o lo dice en verdad.

—Nada de eso— digo acariciando su mejilla con mi mano desocupada—. Mi novia es la mejor de su generación, claro que merece dar el discurso de graduación.

—¿Nunca te cansas de recalcar que soy tu novia?—pregunta con una pequeña sonrisa.

—Nunca—afirmo—. Que Dayana Vega sea mi novia es algo que pasará a historia.

Ríe ante mi tono dramático y se para de puntillas para darme un beso en los labios. Uno tan casto que ni tiempo de reaccionar me da.

—Han pasado dos años y sigues fanfarronenado con eso.

Casualidad con sabor a FresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora