Capítulo 11

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–El evento de la discordia pt.2

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Dayana

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Noah me mira expectante, esperando a que hable, pero solo le sostengo la mirada sin decir absolutamente nada.

—¡Vamos, Dalia!—reprocha.

—¡Es Dayana!—golpeo su brazo—¡Dayana, Dayana, Dayana!—repito con desespero.

¿En serio hay alguien capaz de olvidar los nombres con facilidad? Al parecer si.

—Si, eso—bufa—. No vas a hablar, entonces.

—No somos tan cercanos como para que te cuente cosas personales y delicadas.

—¿No has escuchado eso de que es mejor contarle tus problemas a los extraños?

—babosadas—giro los ojos con fastidio—. Y tampoco somos tan desconocidos.

—Bien—se desploma con pereza en la banca—. ¿Entonces eres hermana de Katia?

—No, ella no es mi hermana—suelto con brusquedad. Pensar eso es estúpido, totalmente estúpido.

—Hermanastras—se corrige. No contesto. Me cruzo de brazos y lo miro sin ningún apice—. Veamos, si analizo bien las cosas puedo llegar a esta conclusión: —se sienta de lado para verme mejor—. Simón Russell y tú madre estaban casados, pero él tenía una aventura con Mayra Rogers con quién tuvo una hija, probablemente solo salió con Mayra porque es la hija de un gran productor de cine y él era un fracasado en ese entonces. Aunque tú madre era su esposa legalmente, la mantuvo oculta, lo más probable es que igual se haya casado con ella por interés, pues para ese entonces la familia Vega ya era reconocida por tus tías, pero Eleanor Vega era la única sin reconocimiento.

Mueve sus manos mientras habla y su explicación es como si de una conferencia se tratase. Habla con seguridad y eso me sorprende. Solo puedo mirarlo con asombro.

—Al ver qué no obtuvo nada de Eleanor, se fué tras Mayra—continua explicando—. Cómo tú madre no era reconocida no hubo problemas para ganarse a Mayra y a su familia. Anduvo con las dos al mismo tiempo. Tuvo hijos con ambas y espero por cuál lo beneficiaba más y ¡Bingo! El padre de Mayra le consiguió un gran trabajo con la película “amor incondicional” que fue un gran éxito y eso fue suficiente para dejar a tu madre y así poder casarse con la que fue su boleto ganador.

Termina con una asentimiento de cabeza. Me mira y ante mi silencio deduce que dió en el clavo.

—Eso si es ser un bastardo en todo su esplendor—escupe con indignación.

—¿C-Como supiste eso?

—Fue cuestión de atar cabos—se encoge de hombros—. Conozco a Katia desde los 13 años, decía que su padre no pasaba mucho tiempo con ella por cuestiones de trabajo y tomando en cuenta lo que dijiste es obvio que fue por el engaño. Nunca fue secreto para mí que el primer trabajo de Simón fue por parte de su “querido suegro”—hace comillas con los dedos—. Y es obvio que solo estaba con ellas por interés. Nadie sabe que él estaba casado con tu madre, ni yo lo sabía hasta que me lo dijistes, fue fácil deducir que lo mantuvo oculto, es seguro, porque de ser público no se hubiera podido acercar a Mayra pues su familia es muy religiosa y sería algo horrible si su hija se involucrara con un hombre casado.

Casualidad con sabor a FresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora