Shimai no kizuna

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La apariencia de la joven albina de cabello corto había cambiado. Mostrando sus alas de demonio, sus orejas puntiagudas y un vestido negro que la cubrí. Además de lo que parecían grietas en sus piernas y brazos.

Lissana tenía una mirada fría, y estaba sentada en una especie de trono improvisado que hizo para alimentar su propio ego.

Strauss. ¿Cuando habríras el portal?

Una inquietante y profunda voz resonó en la cabeza de la albina la cual comenzó a sudar de puro temor. Ella tragó duro y asintió. Esa voz llevaba con ella desde hace años, y era algo que por mucho quisiera no podría librarse.

Ese era el precio por salir de el reino de los demonios por mandado de el rey de los demonios. Un soberano tiránico que lo único que ansiaba era conseguir la libertad.

Pero ¿a que precio?

— El paradero del corazón de bruja sigue siendo desconocido. Mi rey — se lamentó la albina bajando su cabeza mostrándose claramente apenada.

Inmediatamente de las pulseras de las muñecas de la chica comenzaron a salir unas venas negras por todo el cuerpo de la chica, creciendo más y más hasta llegar al cuello de la chica.

¡AAAH! — Gritó de dolor la albina arqueando su espalda por dolor y comenzando a gemir y quejarse de dolor.

La chica se sentía tan dolorida por ello que estuvo a punto de soltar un grito de dolor a causa de aquella tortuosa tortura. Una lágrimas estuvo a punto de salir de sus ojos por puro dolor mientras clavaba sus uñas en aquella especie de trono.

Lo que la albina de cabello corto no se percataba era que alguien la estaba observando sufrir por aquellas pulseras. Ella estaba allí, mirando lo que sucedía, con cuidado de no hacer ruido.

No quería ser descubierta. No por ahora.

Llegaste a tu tiempo límite, si no lo consigues en una semana

Moriré — dijo la albina tragando duro mientras que sus alas bajaban cómo muestra de sumisión.

Conoces las consecuencias

Y tras decir eso la voz en la cabeza de Lissana desapareció. Pero la tensión que sentía no, sus días estaban contados. Tenía que encontrarlo ¡Tenía que encontrarlo!

El corazón de bruja sería lo único que podría abrir un portal desde el mundo de los demonios hasta la tierra. Era lo que su rey quería para poder volver a andar libremente en el exterior.
Y a pesar de haber llegado a ese lugar hace más de diez años, no consiguió nada, las leyendas del corazón de bruja era casi olvidada. Siendo el cuento infantil lo único que encontró.

Ni siquiera en el infierno había información, si el rey demonio lo conocía y se lo había dicho a ella, fue por unos antiguos manuscritos que su bibliotecario encontró al buscar una manera de escapar del infierno.

Con que es por eso que estás aquí

La voz de una mujer interrumpió los pensamientos de la demonio la cual alzó la cabeza, de donde venía la voz, pero ya no había nadie allí. Escuchó el sonido de algo caerse en frente suyo.

Rápidamente se levantó y se puso en pose de defensa, pensaba que la venían a atacar e ignoraba totalmente cómo demonios habría superado a los condenados, pero algo estaba claro.

Sea quien sea no podría acabar con él. Al fin ya al cabo ella era una demonio, y en esa situación ella estaba en control.

Escuchó pasos detrás de ella, de tacones. Rápida dedujo que era una mujer.
Giró sobre sus talones para enfrentar a la mujer que venía a atacarla.

Corazón de brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora