Corazón de bruja

Ningen no kōgeki

— ¡¿Que demonios ha sido eso?! — gritó exaltada la blonda.

Tanto la bruja cómo la albina callaron al suelo al sentir cómo el suelo temblaba. Algo parecía haber impactado contra el bar, hasta tal punto que hizo temblar el suelo.

La bruja trató de levantarse y cuando ya estaba arrodillada sintió cómo alguien le agarraba de el brazo para ayudar a levantarla.

— ¿eh?

La albina ayudo a levantar a la rubia pero cuando ya estuvieron de pie la maga rápidamente hizo un movimiento rápido haciendo que Mirajane le soltara el brazo.

La bruja retomó su mirada fría y con un toque de odio en su mirar. Su ceño fruncido con ira y una expresión de pocos amigos su rostro.

Un desliz

Eso fue lo que la blonda pensó al darse cuenta de que había roto en llanto delante de una desconocida que decía see su madrina. Sonaba cómo una mala broma.

— Escuchame, me da igual que seas mi madrina, no te conozco, y eso sólo significa que no puedo confiar en ti — aclaró Lucy.

Mirajane miró con algo de sorpresa a la rubia. En verdad esa chica era diferente a su madre y su abuela. Quizás algo malo le abría pasado para tener una actitud tan antipática. O simplemente siempre había sido así.

La albina sonrió levemente y miró con melancolía a la chica, abrió su boca con intención de hablar, pero la puerta de el despacho se abrió en un gran portazo así llamando la atención de ambas chicas.

Michelle entró con su forma de ataque, portando en una de sus manos la espada y en la otra el escudo con forma de rosa.

La rubia de ojos azul tenía una expresión seria en su rostro, ignoró totalmente a Mirajane y se acercó directamente a la blonda con una mirada de preocupación en sus ojos.

— ¿Una guardiana? — preguntó Mirajane.

Gracias a haber estado junto a Layla y Anna ella podía reconocer a los guardianes, ya que su magia y la de la bruja que creó al guardián eran idénticas.

— ¡Hermanita! — la rubia de cabello ondulado cogió de las manos a la blonda — los humanos han atacado Hargeon ¡Debemos ir a un lugar seguro!

Tras decir eso la rubia se deshizo del agarre de su guardiana, giró hacia la estantería y caminó hacia ella ante la atenta mirada de ambas chicas.

¿Que demonios estaba sucediendo? ¿Por qué la rubia corría hacia la estantería de los libros a coger un libro?

La bruja después de coger el libro lo dejó sobre la mesa y salió corriendo del bar, seguida por ambas chicas las cuales no acababan de entender lo que sucedía.

Salieron del bar, una de sus paredes estaba destruida por una bola de cañón que había sido lanzada por contra el bar. Por suerte nadie parecía haber sido dañado por esta.

Al salir del bar las chicas pudieron ver perfectamente cómo algunos pocos elfos y algún que otro ser mágico diferente luchaban contra algunos humanos.

Lo malo es que los refuerzos elficos no parecían llegar, mientras que los refuerzos humanos parecían más numerosos a cada segundo que pasaba.

— ¿Lucy? — preguntó una voz conocida para ambas rubias.

Las tres chicas giraron su cabeza para ver a la persona que llamó a la bruja. Una peli roja vestida con una armadura y armada con una espada miraba con sorpresa a la bruja creando un silencio incómodo. Ella sostenía en su mano una de sus características espadas.