Erī u~ōru

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Se podía ver al grupo conformado por los seres mágicos caminar por entre los árboles y la maleza. La rubia mantenía un paso firme, fija hacia el lugar al cual se encaminaban. Además, ella no estaba sola, detrás de ella siguiendo su ritmo de encontraban el dragon de fuego Natsu Dragneel, la dragón del cielo Wendy Marvell, el dragón de hierro Gajeel Redfox, la guardiana Michelle Y por último la bibliotecaria Levy MCgarden.

Hemos llegado — afirmó la bruja.

Lucy con su mano derecha apartó unos arbustos los cuales estaban en el camino. En frente de el grupo de criaturas mágicas se podía ver una gran muralla de varios metros de altura. Aproximadamente 75 metros de altura. Eran muros hechos con cemento encantado con magia de protección. La anchura de el muro era de aproximadamente 10 metros de grosor.

En la parte superior de de el muro había varias lanzas y también soldados patrullando y evitando que nadie no autorizado pasara.

¿Qu-ue es ese muro? — dijo alterada Levy.

La pequeña humana abrió sus ojos de par en par con horror. Sus pupilas se movían de un lado a otro mirando todo el lugar. Su respiración se volvió irregular y su mandíbula inferior comenzó a temblar. Dio unos pasos hacia atrás para poder admirar la gran estructura en frente de ella. De la nada, la rana de un árbol se interpuso en su marcha.

Ella tropezó y cayó de culo con sus manos apoyadas sobre el suelo colocando las manos a los dos lados de su cadera. Su respiración era agitada y sus manos comenzaron a temblar.

¡Levy-san! — gritó Wendy corriendo hacia Levy.

La menor se arrodilló al lado de la bibliotecaria colocando su mano en el hombro de la MCgarden tratando de funcionar cómo apoyo. Aunque eso solo estreso un poco más a la peli azul cuyos músculos se tensaron. Sabía que Wendy no le haría daño, pero aún así estaba rodeada de dragones y comenzaba a marearse cosa cararteristica de la maldición. Pero por suerte no estaba lo suficientemente nerviosa cómo para poder sufrir de aquel desmayo.

¿Enana? — cuestionó el hombre de cabellera negra.

Gajeel alzó una de sus cejas con duda preocupado por que ella pudiera sucumbir ante la maldición demoníaca. Michelle también se acercó a Levy y se acuclilló al lado de la humana y colocó su otra mano sobre el hombro de ella a manera de apoyo.

Levy ¿Te encuentras bien? — cuestionó la rubia de ojos azules.

La voz de ella era extraña, no parecía sentir tanta preocupación por la peli azul. Era algo extraño, algo que tan solo comprendía la guardia y la dueña de esta. El peli rosa miró con un poco de preocupación a su amiga y a la que él consideraba la amour "verus amor", definitivamente, esa era la única razón lógica por la cual alguien cómo Gajeel trataría tan bien a una mujer.

Sí... pero esa muralla — ella tartamudeo.

Lentamente ella alzó su cabeza para poder ver mejor aquel magnífico y gran edificio que se levantaba en frente de ella. Ella se sentía inquieta, y su cuerpo comenzó a temblar levemente.

Es la muralla Ellie — contestó con simpleza Natsu — es la muralla que protege al reino humano ¿Nunca la habías visto? — cuestionó.

Natsu ni comprendía muy bien el por qué de la desinformación de la MCgarden. La muralla no estaba precisamente cerca de Magnolia, pero la muralla era parte de la historia humana y de los mundo mágico ¿Cómo era posible que ellos no supieran de la existencia de la muralla Ellie?

Yo... no.....

— Los humanos quieren dividir lo más posible a los humanos y a los seres mágicos, por lo tanto construyeron ésta gran muralla, encantada con un hechizo de protección y resistencia para que seres mágicos con gran poder no puedan derribarlo con facilidad — comenzó a explicar la bruja aún mirando a la gran muralla — pero para que no cundiera el pánico solo personas importantes de la política y las personas que tomen parte de la milicia y que se vean obligados a salir del mundo humano para luchar o negociar con otros seres mágicos lo saben.

Corazón de brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora