Majo to doragon

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Pov ¿¿??

Maldita

Maldita

Maldita

Maldita

Ella ... ella me ha traicionado.

Tenía mi mano sobre mi ante brazo en el cual había una gran herida que no paraba de sangrar. Mis heridas, son demasiado profundas las mayorías.

A pesar de lo resistente que es mi piel y mi cuerpo fueron demasiados, demasiados ataques. La odio, la Odio con toda mi alma.

Mis piernas duelen, creo que llevo horas caminando horas y mis piernas ya empiezo a no sentirlas. Caí de rodillas al suelo escuchando el sonido de la hierva siento aplastada por unos pies.

- Valla, valla, aquí tenemos el mismísimo dragón de fuego Natsu Dragneel - Escuché la voz de una mujer.

Alce mi rostro con las pocas fuerzas que me quedaban. Y allí la observé, parece humana, pero desprende un gran poder mágico extraño en humanos, pero no puedo confirmar que ese ser sea humano, ya que mi vista esta borrosa

- ¿Que te ha pasado para acabar así? - preguntó la chica acercándose mas a mí.

Con que así acabaré, acaso ¿Ella será mi asesina?

Mi vista se aclaró. Y pude observar a la persona la cual estaba en frente de mí. Es una chica bastante bonita y no muy alta, aproximadamente medida 1,65. Tiene su pelo rubio cómo el oro el cual tenía sujeto en una coleta lateral. Dos mechones de su pelo caían sobre sus pecho.

Sus facciones son muy finas, su nariz es pequeñita y algo puntiaguda, sus labios son de un color rosado natura. Sus ojos son de un hermoso color chocolate con unos pequeños destellos dorados.

La chica lleva una especie de camisa blanca de manga larga pero que la parte que debería tapar su estomago tan solo llegaba hasta debajo de sus pechos. Un listón amarillo pálido estaba anudado en el cuello.

En sus antebrazos se apreciaban unas especies de barazaletes de metal que mantenían la camisa ajustada a su cuerpo. Debajo de sus pechos aferrando la camisa a su cuerpo para que no se viera de mas una especie de cinturón de metal se podía ver, saliendo de aquel trozo de metal colgaba un reloj de bolsillo el cual sostenía con su mano derecha demás de varias cintas amarillo pálido caían hasta la mitad de sus pantorrillas.

Pude percatarme que debajo de esas cintas había algo que podía ser unos pantalones grises muy cortos o unas bragas.

Y cómo calzado llevaba una botas plateadas hasta sus muslos.

- ¿Has visto la hora que es? No debería haber tanto escándalo en la aldea de Magnolia - preguntó ella con cierto tono de molestia

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- ¿Has visto la hora que es? No debería haber tanto escándalo en la aldea de Magnolia - preguntó ella con cierto tono de molestia.

La rubia observaba su reloj. Con mi gran oido pude escuchar el tic tac de las agujas moviéndose indicando el tiempo que me quedaba para desmayarme.

Corazón de brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora