Akumu (3/4)

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La joven rubia miraba como Lucy dormía en su cama, bajo las sabanas, con su mano izquierda apretaba la tela de la almohada de manera casi desesperada. Parecía estar teniendo una pesadilla, cerrando sus ojos con fuerza moviéndose de vez en cuando en la cama.

Michelle sabía bien lo que pasaba, cómo casi todas las noches su "hermanita" estaba teniendo una pesadilla la cual la atormentaba, cómo todas las noche. Suspiró. Da igual cuanto ella lo intentara, ers incapaz de ayudarla a superar lo que ambas habían visto, aunque, era normal que a Lucy le afectara más que a ella.

Lentamente se acercó a la cama y arqueó su espalda hacia delante para después colocar su mano en la mejilla de ella acariciando con cariño. No le gustaba verla sufrir.

Lo siento hermanita, si al menos fuera cómo tú podría entender por qué tratas de salvar a esos ... seres. Ni los humanos ni los seres mágicos te merecen — afirmó la mayor con tristeza.

Sus ojos están entre cerrados con pena al mismo tiempo que el recuerdos fugas de una niña rubia asustada llegaba a su mente, era su "hermanita" de pequeña, momentos antes de perder totalmente su felicidad y su esperanza. Ojalá alguien pudiera ayudarla, pero ella lo había intentado por años y no había conseguido nada. Además que todos los demás no podían saber la razón del repentino cambio de la rubia.

Solo ella podía saberlo.

— ¿Que quieres Salamander? — preguntó molesto Gajeel

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¿Que quieres Salamander? — preguntó molesto Gajeel.

Efectivamente, la persona que entró por la puerta era el dragon de fuego Natsu Dragneel el cual para extrañeza de Gajeel portaba un semblante serio el cual no pegaba nada con su personalidad feliz que casi siempre tenía.

¡Iik! — Rápidamente la peli azul se escondió debajo de las sabanas de la cama.

Levy seguía temiendo a los seres mágicos, y no podía evitar actuar cómo una niña asustada la cual se esconde debajo de la sábana cual niña pequeña la cual teme al coco. Su pequeño cuerpo temblaba debajo de la manta.

Oye, que no soy un monstruo, solo un dragón — se quejó el Dragneel.

Natsu se cruzó de brazos haciendo una mueca con su boca al mismo tiempo que entre cerraba sus ojos. Frunció algo su ceño pensando en la extraña actitud de la peli azul. No le gustaba que actuaran así delante suyo, pero lo que más le molestaba es que con Gajeel ella se llevaba genial, de hecho, parecía que estuvieran enamorados.

ahora ¿Que cojones quieres Salamander? — preguntó molesto el dragón de hierro.

El peli negro suspiró con agotamiento para después soltar un gruñido. Empujó a Natsu fuera de la habitación para que su presencia no molestar a Levy y volviera a caer presa de la maldición.

Oye Gajeel tranquilo, no voy a matar a tu novia — dijo de manera burlona el Dragneel — Vengo a hablar de Lucy, y esto es es serio.

Corazón de brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora