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Muy en el fondo sabía que yo estaba equivocada.

Nadie merecía ser llamado marica porque le gusta su mismo sexo, y me equivoqué cuando se lo dije a mi hermano, me dejé llevar por la rabia y la furia de sus palabras contra mi.

Sabía que era una puta.

Pero que Dexter me lo dijera me enojó a niveles inimaginables.

Yo quería ofrecerle una disculpa.

Me acerqué a su habitación y abrí la puerta, no me miraba, todo seguía siendo un desastre y no me miró, siguió leyendo el libro que tenía entre las manos.

-¿50 sombras de grey?- Le pregunté al leer el título.

No respondió. Sabía que no lo haría.

Suspiré y me senté en la cama.

-Quería pedirte una disculpa por llamarte gay, no está bien y perdona por enojarme y criticarte, no soy quien como para hacerlo.

Escuché su respiración más lenta y pesada.

-Okey.- Musitó.

-Pero respóndeme la duda...

-No te voy a responder una mierda, así que lárgate.

-No seas así, vine a pedirte una disculpa.

-Y la acepto. -me interrumpió y me miró a los ojos- Pero ya vete, por favor.

Sus ojos estaban ligeramente rojos, seguramente por el enojo, así que decidí que irme era lo mejor, me levanté sin decirle nada más y antes de salir escuché que habló:

-Al rato iré contigo.

Asentí y salí de ahí para después meterme en mi habitación.

No pasaron ni 5 minutos cuando tocaron mi puerta, sabía que era Dexter.

Me estaba empezando a quitar la bata y dije un "pasa" ya dentro del baño.

La puerta se abrió y se cerró, me miré al espejo y la puerta de abrió, dejándome verlo.

-¿Qué haces aquí?- Inquirí molesta.

Él esbozó una sonrisa burlona.

-¿Que qué hago aquí?- Repitió.

Esos ojos azules que me parecían tan bonitos y conocidos me miraron con lujuria al mirarme desnuda.

El descaro invadió mi cuerpo y pasé mis manos por mis pechos, masajeando los pezones ya erectos.
Caminé directo a la ducha y me coloqué de espaldas a él antes de abrir el agua caliente y que cayera en mi cuerpo.

-Eres una provocadora, una muñeca italiana, una delicia que soy el único de probar, ¿y sabes por qué?- Me miró a los ojos.

Aparté la mirada por primera vez en mi vida, sentía que vería hasta mi alma.

-¿Porque soy tuya?

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