Al día siguiente se despertó algo cansada, su padre no había vuelto en toda la noche. Seguramente se habría quedado dormido mientras bebía en algún bar.
Miró la ventana, estaba abierta, no recordaba haberla dejado así. Desde hacía años tenía la costumbre de cerrar las ventanas ya que su hermano, de pequeña, siempre le decía que un dragón iba a venir a comersela.
No le dió mucha más importancia, llevaba dos días enteros faltando a clase así que hoy tendría que ir y no tenía tiempo de pensar en otras cosas. Se dió una ducha rápida y se vistió. Desayunó una manzana, puesto que no había mucha más comida. Chasqueó la lengua, tendría que usar sus ahorros para comprar algo después de clase.
Recapacitó sobre lo que le dijo Takemichi el día anterior, si era cierto al menos no era pobre. Rió con ironía como si estuviese loca y salió de casa.
Pensó en Baji, una parte de ella hubiese deseado que estuviese allí esperándola para decirla que no fuese a clase y montarla en su moto. El daría pequeños acelerones y ella lo abrazaría por la espalda.
Se sonrojó, acostumbrarse a alguien podía ser peligroso. Pensó de nuevo en la foto, aquella en la que sonreía con Mikey, un escalofrío recorrió su espina dorsal. ¿Y Baji?
Se mordió la lengua y siguió andando sumida en sus teorías hasta llegar a clase.
Había un gran revuelo, todos sus compañeros se miraban entre sí y la abrían paso al entrar, esto había pasado antes, cuando su hermano estaba vivo. Nadie se atrevía a hablar con ella por el miedo. El era muy respetado y conocido, tenía fama de ser temible.
Todos salían de sus salones y miraban hacia el pasillo como si hubiese pasado por allí un fantasma.
De pronto una chica compañera de clase se acercó a la ojiazul, temblaba y parecía muy asustada:
- Se-Seira - su voz se entrecortaba por los nervios - te buscan, un chico con un tatuaje en la cabeza preguntó por ti unos minutos, he escuchado que pertenecen a un banda.
La chica perdió todos sus colores y salió en busca de Draken y Mikey recorriendo pasillo por pasillo. No la costó mucho, unos pasillos más adelante había un grupo de gente que formaba un círculo. Entre ellos pudo distinguir a Takemichi. Consiguió escabullirse hacia la fila de en frente y justo en ese momento vio como una chica de cabello rosáceo y actitud decidida se acercaba al rubio con paso decidido, parecía estar a punto de golpearle.
Rápidamente corrió hacia ellos y cuando la chica alzó su mano Seira la detuvo agarrándola por la muñeca. Todos miraban la escena con la boca abierta:
- ¿Qué está pasando aquí? - preguntó en alto
Esta pregunta iba dirigida a Mikey en específico, pero no obtuvo respuesta:
- Suéltame - exigió la contraria y movía su brazo sin éxito
Takemichi avanzó hasta la chica de cabello corto y agarró su brazo temiendo que una discusión empezase, tenía miedo de que Hina enfadase a Seira:
- Hina, creo que hay un malentendido - trataba de explicar el chico sin mucho éxito
Seira soltó la mano de la de ojos café pensando que la situación se había calmado, sin embargo, justo cuando iba a darse la vuelta, recibió un golpe en la mejilla:
- ¿Eres amiga de ellos verdad? No voy a dejar que os aprovechéis de Takemichi, debería darte vergüenza
Seira acarició la zona golpeada por la contraria. Un sentimiento extraño corría dentro de ella. No le había dolido el golpe, había creado una resistencia increíblemente fuerte a base de soportar las palizas de su padre.
Draken agarró la muñeca de Hina, haciéndola parar en seco, la de flequillo estaba temblando, pero se mantenía firme. Por otro lado Mikey solo miraba a la ojiazul con una ceja levantada, no había reaccionado al golpe:
- Disculpate - ordenó
Takemichi agarró por el hombro a Draken y gritó que la dejase ir y que no la tocasen.
El más pequeño avanzó hasta él con semblante serio y detuvo su puño a pocos centímetros de su cara:
- Era broma, jamás golpearía a una chica - hizo una pausa y se acercó a su oído, su tono de voz había cambiado - pero si vuelven a tocar a Seira podría hacer una excepción, ella es la única que no pueden tocar
La pelinegra continuaba con la mano en su mejilla y la mirada perdida. Mikey se acercó a ella mientras Draken felicitaba a Takemichi por la forma tan feroz de defender a su chica:
- ¿Nos vamos Seira-chan? - tendió su mano, pero al ver que no la cogía rodeó su cintura - ayer no pude hablar contigo
La chica simplemente se dejó llevar y salió de allí con el rubio. Seguía sin reaccionar, algo andaba mal con ella:
- Seira - la llamaba - Seira - terminó por gritarla Mikey
La chica dió un pequeño respingón ante la llamada de su amigo y lo miró a los ojos:
- ¿Estás bien? - preguntó
Asintió un par de veces algo nerviosa encontrándose la cara del chico algo más cerca de lo normal.
Se apartó rápidamente avergonzada, por culpa de las palabras de Takemichi ver a Mikey a los ojos se le hacía difícil:
- Seira-chan vámonos, quiero hablar contigo a solas
Ambos se montaron en la moto y se fueron de allí hasta la afueras de la ciudad, donde se detuvieron en un parque abandonado.
El rubio se bajó de la moto y miró a pelinegra a los ojos. Era una mirada diferente a la usual, como si fuese más seria y viese atraves de ella :
- Seira, quiero que te unas a la Toman, quiero que seas la capitana Sexta división, pondré gente a tu mando
A la chica le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo, recordó a su hermano, odiaba la violencia, pero por encima de todo odiaba a las bandas que la promovían sin ninguna razón, ellas se llevaron a su hermano y destrozaron a su familia. Había visto a la gente llorar en su funeral, varios de ellos amigos de su banda, lloraban por él apretando los puños, aquello le provocaba náuseas y despertaba en ella un sentimiento violento:
- No - contestó tan cortante como el hielo
Mikey la observó, su mirada estaba perdida, lo miraba, pero no lo veía. Sentía que lo atravesaba. Se acercó a ella, quizá más de lo que hubiese estado bien visto
- Pero quieres hacerlo
Aquellas tres palabras la crearon un nudo en la garganta y recordó las palabras de su hermano cada vez que le preguntaba el porqué de todo aquello "ya lo entenderás"
Apretó los puños, nunca había formado parte de nada, ni de un grupo de clase, ni de un equipo deportivo, ni siquiera había tenido amigos, pero había algo más, algo más oscuro dentro de ella, algo que en ese entonces ella no sabía interpretar, pero la perseguía y con lo que luchaba constantemente. Aquel día, cuando Hina golpeó su mejilla se dio cuenta, de que aquel oscuro deseo era más fuerte que ella:
- Acepto
Recordó el día del funeral de su hermano, todos lloraban, todos menos ella. No le quedaban lágrimas. La miraban como si estuviese loca, pero le dolía, le dolía el corazón, le dolía tanto que quería matar a todos los de aquella sala y gritar. Entonces entró un joven, era alto, de pelo oscuro, ojos negros y mirada serena, se parecía un poco a Mikey. Había un aura que lo rodeaba, un aura especial, tranquilizadora. Miró hacia la tumba del hermano de la chica, se agachó y susurró algo en su oído, como si estuviese dormido, nadie lo había escuchado, nadie expecto Seira:
- Lo hiciste bien, todos estamos orgullosos de ti, descansa
No lloró, se acercó a la pelinegra y acarició su cabeza un par de veces, la niña lo miró con incredulidad. Al igual que vino se fue, sin embargo, la chica notó algo cuando acarició su cabeza, a aquel chico... le temblaban las manos.
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Blue Fire (Tokyo revengers)
FanfictionDe tanto temer al monstruo se acabó convirtiendo en él. Esta es la historia de Seiryu, el dragón de ojos azules que obsesionó al diablo.