16 capítulo

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Mikey hizo una señal, dando a entender que pretendía subir, Seira asintió y abrió la ventana.

El capitán de la Toman subió minutos después cayéndose al entrar, a Seira se le escapó una carcajada y el rubio tapó su boca "Shh" le dijo

Se sentó en su cama con comodidad y se dejó caer hacia atrás, la chica hizo lo mismo a su lado y ambos quedaron cara a cara:

- ¿Él te hizo eso? - preguntó

Tragó saliva con pesadez y se giró para mirarlo a los ojos:

- Sí, tengo algo de miedo, se ha vuelto más agresivo desde que mamá se fue, amenaza con matarme

Mikey agarró su mano quedando ambos tumbados en la cama cara a cara:

- Mátalo

El viento entró en la habitación haciendo que está golpease la pared,  Seira abrió los ojos sorprendida, en la mirada de Mikey no se veía ni un ápice de humanidad, era distante, se veía a ella misma en sus ojos, su mente le jugó una mala pasada y sintió que era ella misma la que hablaba a través de aquellos ojos azabache, dudó.

Dudó de cuáles eran sus opciones, dudó sobre si matarlo estaría justificado con lo que había sufrido desde que su hermano se fue. Cuando Mikey posó su mano sobre su mejilla para acariciarla, una lágrima escapó de sus ojos, como si fuese ella misma quien se consolaba a través de él, como si hubiese necesitado aquello desde hace mucho tiempo.

"Ya lo entenderás"

Las palabras de su hermano resonaron en su mente una vez más. "No, no lo entiendo, tengo miedo, no quiero morir, no quiero que mi padre me mate, no quiero ser abandonada, no soy igual de fuerte que tú, no importa cuánto entrene, aún me da miedo el dragón del que hablabas en tus historias, tengo miedo de que me coma, tengo miedo de no poder salvarle" pensó en silencio mientras agarraba la mano del rubio con fuerza.

Mikey la agarró de la cintura y pegó a su pecho, acarició su cabeza con delicadeza:

- Libérate de él Seira

Aquel día lloró durante toda la noche y el capitán se quedó allí consolandola hasta que se quedó dormida. Al irse dejó un nota y su chaqueta resguardandola del frío.

Al despertar a la mañana siguiente Seira tenía ojeras y el cabello despeinado, leyó la nota "eres fuerte" se miró en el espejo, tenía un aspecto desaliñado, como si no hubiese salido de casa en días.

No le apetecía ir a clase, quería quedarse tumbada en la cama escuchando música y hundiéndose en su miseria. No le apetecía hablar con nadie ni poner buena cara.

Pensó en su madre, todas las mañanas tenían alguna discusión debido a que ella siempre se despertaba tarde. Su madre le gritaba que debía tomarse los estudios enserio y desayunar bien. Su hermano siempre le daba la razón asintiendo desde la mesa de la cocina con una sonrisa cínica.

Nunca creyó echar de menos cosas que antes daba por sentado que siempre serían así.

Releyó la nota de Mikey, eres fuerte, lo pensó, ella nunca se había sentido capaz de aquella cualidad, era muy diferente de Takemichi o de su hermano.

Miró la hora y suspiró, comenzó a vestirse, quizá ir a clase era lo más conveniente para ella, evitaría pensar y comerse la cabeza.

Tenía ganas de ver a Baji, no podía evitarlo, últimamente su cabeza no dejaba de pensar en él. Pensó que quizá después podría pasarse un rato por su casa y estar un rato con él o al menos ver a su madre y darle las gracias por todas las veces que ella le llevaba comida.

Sin darse cuenta llegó a las puertas de la escuela, notó algo raro, la gente se detenía a mirarla y susurraban a su espaldas como si fuese una especie de delincuente hasta que un chico de cabello granate se acercó a ella, lo reconoció debido a que lo recordaba de la pelea con Kiyomasa, era amigo de Takemichi:

- Seira, hay alguien buscándote, no paran de preguntar por ti - se acercó a su oído - si fuese tú no me acercaría, uno de ellos parece peligroso - se sonrojó - pe-pero yo puedo ayudarte a ...

A la ojiazul le hervía la sangre, no podía tener un día de descanso ni siquiera con todo lo que ocurría en casa:

- Mierda, voy a matarlos - soltó sin pensar ignorando las últimas palabras del chico

El de ojos oscuros puso cara de espanto y abrió la boca de par en par:

- Yo...siento mucho molestarte, no quería... Adiós, lo lamento - dijo nervioso antes de desaparecer

Seira se dió cuenta de sus palabras y se golpeó mentalmente, aquellas palabras no iban para él.

Suspiró y continuó andando, con un poco de suerte no la verían y podría ir a clase en paz. Llegó a la puerta con una sonrisa cuando de pronto alguien la agarró del cuello de la camisa.

Por acto reflejo agarró a su atacante del brazo empujándolo hacia el suelo, derribandolo y colocándose encima a punto de quebrar su brazo a la fuerza. No le había gustado como la habían agarrado, como si fuese una simple muñeca.

Lo miró, sus ojos color ámbar se posaron en su suyos aturdidos. Se fijó en los tatuajes de su mano "pecado" en la izquierda y "castigo" en la derecha.

Rápidamente soltó un grito y se apartó de encima a punto de un ataque de nervios:

- T-t-tu, oh dios- exclamó mientras lo señalaba con el dedo índice

Hanma se levantó sacudiendo su ropa y Kisaki observaba la escena con desagrado colocándose la gafas:

- Deja de ser tan dramática, llevamos gritando tu nombre desde la entrada

Seira seguía sin apartar la mirada de Hanma, no podía creer que tuviese que encontrarse con él allí:

- ¿Nos conocemos? No dejas de mirarme, pero yo estoy seguro de que si hubiese visto a una chica como tú me acordaría perfectamente - preguntó con una sonrisa de superioridad

La chica se levantó rápidamente y recobró la compostura, Kisaki golpeó el estómago de Hanma:

- No lo creo - respondió

- Él es Hanma, he venido aquí porqué necesito tu ayuda, vamos a otro lado

Blue Fire (Tokyo revengers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora