La sonrisa amable de Mikey comenzó a deformarse en una mueca un tanto fría y escalofriante.
Seira se alejó de él con su respiración entrecortada y las manos sudando por los nervios. No sabía explicar lo que sentía con exactitud, pero cada vez que le miraba a los ojos de sus entrañas emergía un calor intenso que la ahogaba:
- Estás equivocada Seira solo quiero ayudarte, pero no me dejas hacerlo, siento que no confías en mí
La chica apartó la mirada hacia otro lado, no, sin duda no confiaba en él. Desde que escuchó que fue él quien mato a Baji sentía una presión en el pecho, sin embargo, era Mikey quien le había dado un lugar al que pertenecer, gracias a él había conocido gente que jamás hubiese podido conocer por su cuenta:
- ¿Es por qué no soy Baji? - soltó de pronto
A la peliazul se le heló la sangre, su tono de voz y la pregunta la dejaron atónita. No había tenido tiempo para analizar con exactitud lo que sentía por el pelinegro:
- Que tiene que ver el en todo esto, estoy cansada Mikey quiero entrar en casa
El rubio la miró a los ojos, la chica no podía distinguir su pupila, le daba miedo, no parecía él:
- ¿Prefieres estar con el maltratador de tu padre?
Aquella fue la gota que derramó el vaso, sintiéndose totalmente insultada apretó el puño hasta que sus nudillos quedaron blancos y lo estampó en su cara.
El rubio escupió al suelo la sangre acumulada por el golpe, su rostro no había cambiado ni un poco, como si no fuese capaz de sentir dolor y esperase aquella reacción:
- Eres un idoita, te lo advierto Mikey, no te acerques a mi, a la mierda con tu pandilla
Dicho esto entró en casa, nada más hacerlo se dejó caer en el descansillo y observo la foto que tenía con su hermano, aquella que vio rota en aquel recuerdo que no recordaba haber vivido.
Unos minutos después sonó el timbre de la casa, Seira pensó que el líder de la Toman había llamado para devolverla el golpe, se levantó y abrió la puerta:
- Te he dicho que no - sus gritos cesaron al ver de quién se trataba - ¿Chifuyu?
Era el chico que había abierto la puerta de la casa de Baji el otro día, era el subcapitán de la primera división de la Toman:
- ¿Puedo hablar contigo?
El contrario estaba completamente golpeado, tenía cicatrices y vendas por toda la cara, aún así parecía muy sereno.
Seira levantó una ceja, por precaución salió de casa y agarró su mano con naturalidad, era algo que solía hacer después de todo:
- Vamos a otro lado - contestó mirando a ambos lados asegurándose de que su padre no estuviese cerca
Chifuyu trató de soltar su agarre, pero no pudo, está era firme y fuerte, pudo notar que sus manos estaban terriblemente lastimadas, pero aún así eran suaves y cálidas.
Se detuvo a observar un poco mejor a la famosa chica que invadía los pensamientos de su amigo. Era sin duda una preciosidad, nadie podía ser capaz de discutir eso.
Andando o más bien uno tirando del otro llegaron hasta un parque. Seira soltó su agarré y se sentó en un banco dejando escapar un suspiro, aún estaba algo frustrada después de la conversación con Mikey:
- Baji me pegó para poder entrar en Valhalla, pero no lo hizo para acabar con la Toman, tiene algo más en mente - se levantó con las manos en los bolsillos - Kisaki
La pelinegra frunció los labios, necesitaba a Kisaki como puente entre el futuro y el pasado, necesitaba saber de él y hacerle pensar que estaba de su parte. Recordó sus palabras en el futuro "para mi sorpresa no me traicionaste" al parecer había logrado su comentido si tenía la confianza de ir a verla borracho:
- ¿Por qué me cuentas esto?
Se esperaba una respuesta diferente, esperaba que Chifuyu la acusase de estar de parte de Kisaki o peor, de ser la mente maestra de todo aquello:
- Porque eres especial para Baji, él me dijo que tú no eras capaz de ser parte de todo aquello y que debías tener una razón para estar allí, no quiere involucrarte
Una sensación cálida invadió su pecho y no puso evitar sonreír ante aquella declaración.
Aquella sonrisa fue diferente, era reconfortante y bonita, el suave rostro de la chica parecía iluminado y sus mejilla más inchadas:
- Creo poder entender a Baji - dijo el chico en voz baja para no ser escuchado
Esta vez fue el rubio quien agarró la muñeca de la chica con una sonrisa igual de amplia, la puso en pie y señaló un puesto de helado al otro lado del parque:
- Ven, elige uno
La chica se negó insistentemente, no la gustaba ser invitada y no llevaba dinero consigo, había gastado lo último en aquella tarta para Baji. Llegaron al puesto y al ver que la ojiazul seguía negándose añadió:
- Entonces compartiremos uno
Dicho esto pidió un helado de chocolate y dos cucharitas para poder comerlo, después le entregó una a su nueva amiga:
- Prueba, no sabía que sabor podía gustarte más
Debido a la presión accedió al pedido del chico y probó el helado. Hacia tiempo que no comía uno, su hermano solía comprarlo para ella, siempre que volvía a casa lastimado al día siguiente le compraba algún dulce a modo de disculpa para mantener su silencio:
- Me gusta - dijo con nostalgia
Chifuyu le dedicó una sonrisa y ambos se sentaron de nuevo en el banco:
- Chifuyu - dijo la chica llamando su atención - había algo que quería preguntarte
El nombrado giró su cabeza y la miró con la cabeza ladeada esperando que hablase:
- ¿Quién es exactamente Kazutora?
Su mirada cambió por completo, y clavó la cuchara en el helado mientras Seira aprovechaba para coger más:
- Él mató el Sinichiro Sano, el hermano de Mikey
Sus ojos azules se abrieron de par en par, aunque en este caso no fue por la información que acababan de darle, si no por el nombre que acababa de mencionar, Sinichiro Sano, el capitán de la pandilla de la que su hermano formó parte hasta el día de su muerte y... Su mejor amigo. Aquel fue el hombre que no lloró en el funeral de Haruto, aquel que la consoló con la manos temblorosas y una mirada apacible
ESTÁS LEYENDO
Blue Fire (Tokyo revengers)
FanfictionDe tanto temer al monstruo se acabó convirtiendo en él. Esta es la historia de Seiryu, el dragón de ojos azules que obsesionó al diablo.