36 capítulo

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Mikey apretó el ceño con fuerza y avanzó hasta quedar cara a cara con Seira. La chica lo miraba a los ojos desafiante, su mirada era vacía y azabache, algo diferente de la que guardaba en sus recuerdos y a la de la foto que guardaba con tanto cuidado:

- Entonces iré con vosotros, tengo asuntos que discutir contigo

El hombre que minutos antes le había agarrado por el cuello de la camisa parecía estar a punto de decir saltar de nuevo, pero fue detenido por su guapo compañero. Seira le había hechado el ojo a este último desde que llegó, parecía serio y sin duda el más razonal de los tres:

- No, no hay nada que discutir, vete antes de que tenga que usar la fuerza

Los guardias apuntaron a los miembros de la Toman, sin pensarlo dos veces, a orden de su jefa:

- Maldita desagradecida, como pudiste hacernos esto, sabes todo lo que tuvimos que pasar por tu culpa, traidora - gritó Koko desde atrás

Detuvo sus palabras al ver que Mikey alzaba el brazo en señal de querer silencio y sin apartar su mirada de los bonitos ojos azules de los del "dragón azul"

- Ponle un bozal a tu perro Mikey - reía la chica con malicia

El jefe desvió su mirada hacia abajo, Seira continuaba agarrando la mano de Chifuyu con firmeza y esto estaba acabando con su paciencia:

- Tengo entendido que Kisaki os ha causado algunos inconvenientes - rodó los ojos hacia Takemichi - recibirá un castigo por ello y nos desentendemos de sus acciones en solitario.

La cara de Seira palideció, acaso el sabía de... No podía ser, aquello no tenía sentido, era simplemente imposible, debía ser una coincidencia, pero aún así necesitaba a Kisaki para volver al pasado, si Mikey lo encerraba o peor, si llegaba a matarlo, quedaría allí atrapada.

El pelinegro echó a andar pasando de largo cuando fue detenido por la pequeña mano de la chica que agarraba su chaqueta como un niño para no perder a su padre en medio de una marabunta. Sonrió, había soltado a Chifuyu para aferrarse a él:

- Discutamos entonces, escucharé lo que tengas que decir si beneficia a mi organización

Todos andaban a través del enorme jardín de la mansión, Mikey avanzó un poco hasta igualar el paso de Seira y agarró su mano, esto era algo que en el pasado solía hacer con frecuencia en eventos sociales para que Seira no se fuese de su lado. Este acto envió un escalofrío a lo largo de toda la espina dorsal de la chica, pero no lo apartó. Takemichi escuchó como los dientes de Chifuyu chirriaban e Inupi suspiró ante la enrrabietada mirada de Koko

Al llegar a la residencia la chica soltó la mano del jefe con molestia y anduvo hasta encontrar lo que parecía un salón con un enorme sofá de terciopelo rojo y una lámpara de araña bañada en oro:

- Desinfectante - le dijo a uno de sus guardias

Una vez se hubo echado aquel liquido con olor a alcohol por toda la mano que Mikey le había agarrado y todos estuvieron sentados, la peliazul rodeó la habitación con guardias en trajes negros. Su estética era muy parecida a la de Neo en Matrix y todos seguían el mismo patrón de sumisión ante sus órdenes, sin exponer pensamientos u oponerse a ella, no parecía que fuese gente a su orden, parecían... Perros amaestrados:

- Bien, que quiere el gran Mikey de esta humilde servidora - dijo llevándose uno de los bombones de la mesa a la boca

- Creo que es algo que deberíamos discutir a solas, como siempre

Seira alzó una ceja mientras saboreaba aquél chocolate de marca suiza, estaba acostumbrada al sabor del cigarro y aquello le pareció extremadamente dulce, sin duda prefería el sabor amargo del tabaco.

Observó a Mikey algunos segundos, supiese o no de su relación con Kisaki, no podía arriesgarse a quedarse allí, si lo llegaba a encerrar o a matar por causar problemas no podría seguir con sus planes en el pasado así que de momento debía complacerlo:

- Está bien

Con un gesto mandó que revisasen que el rubio no tuviese armas y echó a todos del lugar, Chifuyu y Koko mostraron algo de resistencia, sin embargo, ambos fueron convencidos por sus compañeros para marcharse, los guardias salieron tras ellos.

Seira y Mikey quedaron a solas en aquel enorme salón. Ninguno empezaba la conversación, el rubio paracia querer asegurarse de que los demás estuviesen lejos:

- He venido a darte una última oportunidad - exclamó después de unos minutos y colocarse a su lado en el sofá - si vuelves olvidaré todo, te daré protección, dinero y un lugar al que pertenecer, yo puedo darte la estabilidad que nunca has conocido

La chica comenzó a reír a carcajadas mientras el contrario mantenía una expresión serena en el rostro, estaba acostumbrado a su locura, pero parecía haber algo distinto en ella. La mujer se cruzó de piernas y se inclinó hacia el para tomar su rostro entre sus manos:

- Yo no he olvidado nada Mi-key - dijo de forma juguetona acariciando sus mejillas - no he olvidado como me planeaste la muerte de Baji, como me dejaste huérfana y como me condenaste a aquel oscuro lugar durante años, debo darte las gracias ¿sabes? Observa a tu alrededor

El líder a petición de la ojiazul rodó los ojos alrededor de la habitación, era preciosa, llena de remates dorados, muebles de sequoia, ventanas de más de tres metros y alfombras echas a mano cada pequeño centrimetro de aquel lugar estaba mimado al detalle:

- Todo lo que ves no pienses ni por un segundo que es gracias a ti, en tu vida vas a poder tenerme y no hay nada que puedas ofrecerme porque yo me ocupé de tenerlo todo

Mikey seguía sentado en el sofá con las piernas ligeramente abiertas, acomodado. Seira de forma provocativa se subió encima y pasó sus brazos por alrededor de su cuello quedando cara a cara, seguía calmado a pesar de sus intentos por jugar con su mente:

- Todo esto nunca te hará feliz, nunca vas a experimentar lo que es el amor de verdad Seira-chan, nunca vas a ser parte de nada y esta vida terminará por consumirte

Esta vez fue el chico quien jugó sus mismas cartas, la agarró de la cintura y la pegó a él:

- Tu y yo somos iguales, si insistes en abandonarme no me dejas más remedio que tenerte a la fuerza

El momento fue interrumpido cuando Koko entró por la fuerza en el lugar seguido de dos guardias y Chifuyu. Este último frunció el ceño al ver la posición en la que se encontraba la ojiazul y el pelinegro parecía estar a punto de explotar:

- No aguanto ni un minuto más aquí, voy a arruinarte Seiryu, es una promesa, maldita rata embustera

La mujer alzó una ceja, aquello parecía tremendamente personal que desconocía completamente, se levantó de su asiento e ignorando las disculpas de sus guardaespaldas que no pudieron detener a Koko avanzó hasta él quedando cara a cara y añadió con una sonrisa:

- Si yo fuese tú... También querría ser yo


Blue Fire (Tokyo revengers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora