Abrió los ojos, encima de ella una lámpara de araña bañada en oro nublaba su vista. Giró la cabeza ambos lados, en el lado izquierdo una mesita de noche y sobre ella una pistola y unas esposas, al lado derecho... Una mujer a medio tapar por las sábanas.
Era una chica francamente hermosa. Tenía el pelo largo y lacio de color castaño. Sus nariz era alta y respingona y sus pestañas muy largas y curvadas. Tenía un cuerpo delgado y muy proporcionado. Su pecho subía y bajaba al son de las respiraciones.
Se miró a ella misma. Llevaba puesto un vestido lencero, bastante corto, de color azul marino.
De pronto sintió como la mujer la abrazaba por la espalda y abría sus grandes ojos, estos eran de color marrón anaranjado, como una piedra preciosa:
- Seiryu ¿Lo pasaste bien anoche? ¿Tienes que irte? Me gustaría desayunar contigo, no tenemos muchos días para vernos últimamente.
La mencionada abrió la boca sorprendida, ¿su yo del futuro bateaba para ambos lados? Miró una vez más a su compañera. En verdad era una preciosidad, podía llegar a entenderlo y no le desagradaba para nada.
Frunció el ceño y tragó saliva recordando que no había venido a jugar y que tenía un par de cosas pendientes:
- Lo siento preciosa, te llamaré, tengo un par de asuntos que atender
La contraria levantó una ceja mientras veía a la ojiazul levantarse de la cama, las sábanas no cubrían del todo su cuerpo desnudo, esto hizo que la, ahora peliazul, se sonrojase:
- ¿Preciosa? - exclamó
Seira encontró unos pantalones de cuero en el armario de aquella lujosa habitación con vistas a toda la ciudad:
- Nunca me has llamado así, siempre me llamas por mi nombre, Yuzuha
La chica comenzó a sudar frío y la miró mientras trataba de colocarse forzosamente aquel apretado pantalón:
- Ah sí, sí, Yuzuha, claro
La morena frunció el ceño, parecía muy afectada por su actitud y por su expresión no parecía ser la primera que lidiaba con ese tipo de situaciones:
- Sé que es difícil para ti lidiar con todo esto y más después de lo de Mikey, sé que tienes cientos de compañeros para hacerte compañía por las noches Seira y sé que te dije que no iba a ser codiciosa - hizo una pausa - pero no puedo continuar así, no puedo ver cómo te destruyes y como arruinas todo a tu alrededor. Se que quieres matarlo... Pero hacerlo no te va a liberar
Abrió los ojos ¿Después de lo de Mikey? ¿Matarlo? ¿Acaso hablaba del rubio? A que se refería exactamente con eso:
- Parece que no has sido capaz de volver a amar, ¿Quién era él? ¿Por qué era tan especial? Aquel hombre que no dejas de buscar en los demás.
En ese momento algo se revolvió dentro de ella y a su mente llegó la imagen de Baji. Recordó la última vez que lo vió, como respiraba con dificultad y como la sangre se escapaba entre sus manos. Recordó la foto que su yo del futuro siempre llevaba con ella. Quizá tenía razón, quizá nunca fue capaz de olvidarlo.
Trató de buscar algo para ponerse en la parte de arriba y Yuzuha cogió entre sus manos la camisa con la que había llegado con la intención de retenerla:
- Te lo daré si te quedas conmigo hoy
Seira pegó un fuerte suspiro, se colocó un sujetador de color negro y le guiñó un ojo a la atractiva chica:
- Puedes quedartelo
Y tras aquellas palabras salió de lugar sin nada encima más que aquellos pantalones de cuero y aquel sujetador de encaje.
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Blue Fire (Tokyo revengers)
FanfictionDe tanto temer al monstruo se acabó convirtiendo en él. Esta es la historia de Seiryu, el dragón de ojos azules que obsesionó al diablo.