En todo el lugar se escuchó el grito desgarrador de Seira al ver el estado de Baji.
Subió corriendo toda la montaña de coches y se abalanzó para hacer presión sobre la herida sangrante, aún respiraba:
- Baji, resiste, no te duermas, Baji - lo llamaba la chica
Comenzaron a escucharse los sonidos de las sirenas, todo el mundo huía del lugar, la pelea había terminado. Algunos dudaban entre irse o quedarse para ayudar, chifuyu optó por quedarse.
Mikey bajó del altillo y posó su mano izquierda en el hombro de la pelinegra, en medio de todo el caos, quién seguía haciendo presión en la herida mientras lloraba aterrada, el rubio se agachó para quedar a su altura:
- Deberías marcharte, si la poli te encuentra después de haber huido te llevarán - Susurró en su oído - ven conmigo
Seira alzó su mirada a la expresión pacífica del chico, nadie más había escuchado sus palabras además de ella:
- Púdrete ¿me oyes? Voy a matarte, te juro que voy a matarte Manjiro Sano eres un desgraciado
El rubio bajó del lugar con una sonrisa en el rostro y las manos en los bolsillos, la policía llegó al lugar y al de pocos minutos una ambulancia, Chifuyu y Seira fueron los que se quedaron con Baji.
La ojiazul lloraba en brazos del vice-capitan de la primera división mientras esté apretaba los dientes y trataba de consolarla. Estaba muerta de miedo, temblaba y se sentía culpable por no haber estado allí unos minutos antes, aquello era su culpa, aún sabiendo lo que iba a pasar no hizo nada.
Al llegar al hospital tras unas dos horas de expectación Seira se sentó al lado del de ojos celestes a la espera de noticias positivas.
La pelinegra se resguardó en el hombro del más alto y este la rodeó los hombros con su brazo dejando que descansara.
Desde que habían llegado al lugar no había parado de correr de un sitio a otro preguntando por el pelinegro. Necesitaba saber de él para no colapsar:
- Estoy enamorada de él - soltó de pronto - es todo lo que me queda aquí
Chifuyu soltó un suspiro amargo, lo sabía. Baji no había dejado de hablar de ella ni un solo día. Siempre parecía tener algo nuevo que decir de ella, a veces enfadado, otras veces feliz, sin embargo, el día de la paliza en Valhalla cuando dejó de golpearlo al ver entrar a la chica, lo supo. Vio en sus ojos la duda, por un momento pensó que dejaría todo atrás y que correría en su busca, que cambiaría de parecer, que gritaría cuanto la quería, pero no lo hizo:
- Dime, dime quién lo apuñaló Chifuyu - rogaba la chica totalmente rota entre sus brazos
No tenía el valor de decirla que él mismo se había hecho eso para proteger a Kazutora. Aquello terminaría por destruirla, pero dentro de poco se enteraría de la verdad:
- Nadie lo apuñaló, él mismo tomó esa decisión para proteger a Kazutora de Mikey
Las manos de Seira comenzaron a temblar, se sentía impotente, insuficiente y condenada a no ser ni una opción. Sabía que por la mente de Baji en ningún momento había estado presente su figura, que todo lo que le importó fue la Toman.
¿Y ella? ¿Dónde quedaba ella? ¿Acaso era ella la prioridad de alguien? ¿Acaso existía alguien que pudiese corresponder todos sus esfuerzos? ¿Acaso su padre tenía razón? ¿Merecía amor? Golpeó la pared con fuerza y de nuevo la última frase de su padre tomó posesión de su mente. Daba igual cuanto lo intentaste, nada funcionaba:
- Mierda - Susurró entre dientes
Sus nudillos estaban hechos polvo, su mano estaba llena de heridas abiertas y cortes. Chifuyu detuvo su golpe y agarró su mano entre las suyas:
- No te hagas esto Seira, tu no tienes la culpa
La ojiazul terminó por rendirse y volver a sentarse un sitio, estaba destruida, la muerte de su hermano, el suicidio de su madre, el asesinato de su padre y la posible castrofe de Baji la estaban llevando a un pozo sin fondo del que no podía salir.
Pasaron algunos minutos, el rubio se prestó a ir a por unas bebidas y dejó a la chica sola en la sala de espera. En ella entraron de pronto tres personas, Mikey, Draken y Takemichi.
El último corrió a abrazarla completamente apenado y abrumado. Tenía tantas ganas de decirle que lo sentía... El del tatuaje del dragón se sentó a su lado:
- ¿Tenéis noticias? - preguntó
Seira negó con la cabeza y se sobresaltó al ver que Mikey se ponía de cuclillas para quedar a su altura y mirarla a la cara con curiosidad:
- ¿Por qué no salimos un rato a fuera Seira-chan? Estar aquí encerrada no te hace bien, hablemos
De pronto se abalanzó sobre él furiosa, lo agarró de cuello de la camisa y con los ojos acuosos de haber llorado:
- Mikey - goleó su pecho con poca fuerza - Mikey - la pegó a su pecho
No había comido ni dormido en todo el día, estaba cansada de tanto llorar y a penas tenía fuerzas para estar de pie. El capitán de la Toman la agarró y la cogió el brazos como una princesa. Seira se movía rabiosa, pero el contrario no respondía a sus débiles ataques.
Cuando salieron por la puerta y fueron al un lugar más apartado el rubio la dejo en el suelo con cuidado y pegándola contra la pared la encerró entre sus brazos para que no se fuese:
- ¿Vas a aceptarme y volver a la Toman?
Seira escupió a sus zapatos y esbozó una sonrisa maliciosa enseñando sus colmillos:
- Vete al infierno ¿Crees que puedes encargañar a todos con esa sonrisa amable y esa cara inocente? No lo eres Mikey, vas pudrirte solo ¿Crees que no lo sé? Sé que mataste a mi padre ¿Acaso planeaste todo? ¿Por qué?
Los ojos negros del contrario eran gelidos y escalofriantes como los de un muñeco, no parecía tener intención de moverse a pesar de que se notaba la inmensa incomodidad de la chica:
- ¿Crees que nadie entiende como te sientes Seira? - la agarró de la barbilla y se acercó peligrosamente - yo lo hago, sé qué lloras recordando a tu hermano, se todas las noches en las que has rezado para que tu padre te aceptase y dejase de lado su maltrato, sé que rogabas para que tu madre te llevase con ella y que nunca volvió a por ti, se la frustración que te crea no ser una prioridad para nadie, que fuiste abandonada por todos y te dejaron aquí sola.
Lentamente se acercó a sus labios, podía sentir el aire salir de su boca y su mano acariciando si mejilla:
- ¿Vas a dejarme solo por segunda vez? No voy a permitirlo Seira, aunque tenga que encerrarte... por favor quiéreme
"Hubiese deseado poder amarte" otra vez aquella estúpida frase consumiendola, por un momento se vió a sí misma en Mikey. Se vió rota y tan desesperada como él ¿Acaso tenía razón? ¿Él podía entenderla? ¿A que se refería con dejarlo solo por segunda vez?
Dejo de luchar contra él tratando de apartarlo y simplemente se perdió en el vacío emocional que sus ojos le prestaban:
- Tú eres mi única prioridad
¿Acaso aquello era verdad? ¿Acaso estaba tan desesperada por ser amada como él? ¿Acaso lo que odiaba de Mikey era lo que veía en ella misma? ¿Acaso él no iba a abandonarla? Tenía miedo de quedarse sola, un miedo punzante y que la apretaba el cuello, ella tenía la culpa, tenía la culpa de estar rota, pero él estaba igual de roto que ella.
Se rindió y cerró los ojos esperando el beso del rubio que nunca llegó. Cuando los abrió de nuevo este había recibido un golpe, el remitente había sido Chifuyu quién lo había tumbado y alejado de ella y lo miraba furioso.
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Blue Fire (Tokyo revengers)
FanfictionDe tanto temer al monstruo se acabó convirtiendo en él. Esta es la historia de Seiryu, el dragón de ojos azules que obsesionó al diablo.