Cap. 1

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Ellen Brooke Simón








La primavera se acerca llevándose las ganas de salir de casa, es el primer día de trabajo en la Mansión Moere y las ganas de vomitar no faltan al recordar quien es su dueño.

El magnate más poderoso y difícil de impresionar.

Me mudé a Italia con mis Papás hace mas de cinco meses por problemas en la escuela con unos que otros chicos con los cuales no me llevaba del todo, eran toscos y odiosos en cada oportunidad que me los encontrara de frente. Para ellos era el pan de cada día y para mi otro día menos sin paciencia hasta que exploté sorprendiendo a cada persona que creyó que no me defendía porque era débil, sin pensar que lo hacía por una razón en especial.

Era la última escuela en donde me habían aceptado.

Para mis Padres ya era suficiente, si no podía estudiar debido a los problemas de alguna u otra forma debía ayudar con los gastos del hogar, no querían que su única hija se criara como una mantenida aún teniendo sus brazos y piernas intactas.

Nuevas reglas se sumaban en la casa cada año, comenzaba a ofuscarme de tantas prohibiciones que tenía aún siendo tan joven. Quería ser libre, experimentar el mundo así sin paños ni espejos.

Descubrir lo que quería de este mundo, pero mientras pensaba en mi futuro mi Madre llamaba desde la sala.

–¡Se enfría el desayuno, Brooke! —tan solo escuché y terminé de acomodar mis ondas de forma que se viera mi rostro un poco mas.

–¡Solo un segundo, cúbrelo de las moscas!

Acomodo mis pulseras, y por último recojo mi mochila colocándola en mi espalda.

Ya es tarde.

–¡Brooke! —vuelve a gritar alterando mis nervios.

Es que esa mujer...

–¡Si sigues gritando no iré!

–¡Te bajo con la escoba, pero de que vas, vas! —pataleo desesperada, mi Madre a veces me vuelve loca.

Tomo la maleta que hice apenas con unos cuantos vestidos cortos, medias bucaneras y mi ropa interior, zapatos cómodos, terminando con mis productos de higiene personal. Los sostenes no es algo que me guste, pero llevo unos cuantos por si al jefe no le gustan las chiquillas provocativas.

Recuerdo que es a trabajar por lo cual iré a esa casa, pero más bien parezco una visita con todo el maquillaje que llevo en la cara y el estilo tan ordenado que lleva mi cabello.

Cuando bajo las escaleras Mamá se queda perpleja observándome con una ceja elevada mientras me escanea de pies a cabeza.

>>¿Y tú? No me digas que llegas tarde a tu primer día de trabajo solo por estar maquillandote ¡Espero y no sea cierto, Ellen Brooke!

Resoplo.

Dejo la maleta a un lado de la puerta para luego plantarme frente a Papá.

–¿Cómo me veo, papito?

Él levanta su mirada del periódico luego de beber de su tasa de café. Lleva su traje habitual, listo para ir al trabajo al igual que yo.

Suspira antes de hablar.

–Princesa, es tu primer día de trabajo no una fiesta de adolescentes —dice y vuelve la vista a su periódico.

–¿Lo ves? —cuestiona Mamá colocando sus manos en su cintura.

–Tu también me vas a decir que la belleza es demasiado para tu propia hija —le hago un puchero y él me observa por medio de sus lentes.

Dejo caer mis hombros volviendo a caminar hacia la puerta para tomar mi maleta e irme.

Queen of Daddy  | +21 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora