Cap. 16

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Te cuento sobre mi casi primera vez en el sexo, por segunda vez, pero no reservaré detalles.

No creía que podría haber cometido el peor error de mi vida hasta que estuve a punto de entregarme a quien consideraba el amor de mi vida, solo porque tratada de obligarme a mi misma a creerlo así.

Un hotel cinco estrellas en Manhattan, una habitación más cara que toda la ropa de mi closet, una decoración excesiva y una vista hermosa del lugar. De hecho la más hermosa con la que había deleitado a mis ojos.

Un novio hermoso y perfecto dispuesto a brindarme la mayor comodidad posible para que no huyera de él.

Marco podría ser el hombre más detallista del mundo cuando se trataba de conseguir lo que se proponía, pero también era un patán sino lo lograba.

Llevarse mi virginidad era como uno de sus objetivos.

Esa noche Marco quería terminar con aquella barrera que yo había puesto entre los dos, aquella condición que tanto odiaba y no nos dejaba ser esos novios que realmente deseaba que fuésemos.

Con la libertad de follar en cualquier rincón o lugar que se le antojara.

Marco Heineken debía darse ese tipo de libertades con una sexualidad activa con una pareja que lo dejara controlar hasta el último detalle, pero para Ellen Simon nunca era lo adecuado hasta que logró convencerla.

Está de más decir que solo bastó una cena bien preparada, una decoración mona y unas sabanas caras para que pudiera desnudarme.

O tal vez fue lo que le di a entender mientras luchaba por mantener mis piernas cerradas.

Lo cierto es que luché por confiar en que Marco sabría como complacerme, estuve completamente desnuda y casi dispuesta frente a sus ojos, solo que él no supo que hacer con tanto...

Una vez desnudo y mas excitado que de costumbre solo hacía falta que deslizara un preservativo sobre su polla para tenerlo entre mis piernas.

Era inevitable no contar sus torpezas.

Creí que el deseo que ambos nos teníamos le daría la inteligencia suficiente para entender lo que quería mi cuerpo, aunque solo obtuve unos horribles apretones en mis pechos que me hicieron llorar de dolor.

Para él solo bastó una disculpa para después tomar su erección y colocarse en mi entrada con su tan envidiable experiencia. Mi parte conformista se hizo presente en ese momento.

No todas las primeras veces tenían que ser perfectas como yo lo esperaba con la mía.

No dejaba de ser un terrible error.

Luego dejé escapar mi parte codiciosa en cuanto lanzó el primer empujón contra mi sexo, apenas había introducido la coronilla de su polla cuando lo empujé lejos de mí con un dolor punzante que me hizo llorar con arrepentimiento.

Había sido una tonta, tendría todo el tiempo del mundo para perder mi virginidad.

Marco solo cedió alejándose de mi, asustado por la sangre que había sobre el preservativo. En consecuencia, me dejó en claro que todo lo que me había dicho sobre ser un experto fue más que un comentario sucio para envolverme y por fin perder su virginidad con su novia ingenua.

Me había mentido de la peor manera.

No quise volver a tener ningún tipo de contacto con él, tampoco me cerré a la oportunidad con alguien mas.

Con Daddy Moere siento que nada es incorrecto.

Es ese alguien que necesita mi cuerpo para ser libre, que me seduzca la piel como aquel chico nunca supo hacerlo. Ninguna palabra que me hayan dicho alguna vez es tan sincera como la suya y nunca me hizo correrme a chorros como lo hace el simple toque de la polla de Brandon deslizarse de arriba hacia abajo entre mis sensibles pliegues.

Queen of Daddy  | +21 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora