Queen of Daddy | +21 |

Capitulo 7: parte II

Maratón: 3/...

Ellen

¿Sientes eso?

Eso que se rompe.

¿Eso que muy dentro de ti te cuestiona si de verdad eres suficiente para alguien? ¿O que mientras no se canse de ti todo estará bien dentro de lo que parece posible?

Se que podría parecer absurdo que asocie esas preguntas por completo a lo que estoy sintiendo ahora, sería justo que me lleve a conclusiones de las que quiero saber el contexto, antes de sobrepensar con lo acabo de ver.

Lo primero aquí es que: soy humana.

Tengo inseguridades, probablemente desde que nací porque siempre supe de lo que es capaz mi mente con tal de hacerme ver insignificante, ella es mi propia y peor enemiga.

Con Brandon pude dejar atrás un poco de todo aquello que estaba en contra de verme avanzar, de encontrar una versión doblemente perfecta de mi, pero ganar se ha vuelto mi lucha más inútil.

Han sido tantas batallas a las que me he enfrentado, ahora estoy un poco cansada.

Presiento que algo se va a desatar.

La Ellen que entró por esa puerta se encuentra sin dirección. No sabe hacia donde dirigirse, no sabe que decir, como expresarse ante esto, aunque le vale mierda cuando tiene tantas preguntas por hacer.

Mi cabeza está tan sobrecargada que mi único impulso debería ser huir, no hacerle frente a Brandon teniendo está enorme carga.

Un deseo de venganza se enciende dentro de mi.

En una pequeña parte de nuestro contrato hablaba sobre la prueba de fidelidad y muchas veces me hice la pregunta si eso también aplicaba para él.

La pequeña versión demonio de mi necesita devolverle un poco de lo que siento ahora, ver que tanto puede aguantar lo mismo que siento yo ahora mismo.

En mi teléfono busco el número de contacto al que nunca pensé escribiría, apesar de que me lo dio por si tenía alguna emergencia y necesitaba a alguien tan pronto como fuera posible.

Ese era mi caso ahora.

Ellen: necesito que vengas a la Mansión Moere, me avisas en cuanto llegues. Es urgente.

Listo.

Vas a caer Brandon Moere.

Su mirada sigue puesta en mí mientras estudia todos y cada uno de los gestos en mi cara, los que fácilmente podría tener un misero spoiler de lo que estoy pensando.

Jamás en la vida he sido vengativa, puedo jugarlo con mis dos manos si eso fuese necesario para determinar mi palabra.

–Hermosa.

Cruzo mis brazos en un intento de ocultar los nervios que azotan el cuerpo por completo, mis manos se aprietan a cada lado sin que él pueda notarlo.

–Vamos a su habitación —le pido tratando de parecer menos enojada, pero la hostilidad es falsamente disimulada.

¿Cómo puede este hombre alterar mis sentidos tan peligrosamente?

Es increíble.

Todo de él lo es.

Brando Moere.

Le fascina joder en mi cabeza.

–Te di el camino de las rosas y estás tomando el de las espinas, no sabes cuanto voy a disfrutar ver como te devuelves a pasos agigantados —una sonrisa ligera le adorna los labios y no sé para que hay tantos hombres en el mundo si no pueden superarlo a él.