Si hablamos de mis relaciones amorosas, definitivamente no sería un tema por el cual deba sentir emoción por contar. Mi pasado es tan deprimente como mi primera, única y última relación, resultó que no era lo suficientemente interesante como para dejar toda mi atención a su merced.
Al cambiar de país decidí que lo mejor para mi era olvidar. Unas que otras personas me regalaron el vago consejo de que se olvida, pero no se borra lo que se vivió en el pasado, y se los creí.
Desee tener la capacidad de borrar muchas cosas en mi vida, automáticamente, las cosas no cambiarían de la noche a la mañana o por arte de magia, aún así tenía la esperanza de por lo menos dejar atrás los recuerdos de lo que llevo tatuado como si fuese una segunda piel. Tal vez y sea la única manera para poder seguir, cubrir los pequeños retasos de lo que fue y conocer a alguien que me pareciera interesante.
Brandon Moere podría serlo a pesar de lo difícil que parecía ante mis ojos.
Como esperaba, su pregunta me tomó por sorpresa y con lo poco que sabía llegué a creer que me estaba haciendo la propuesta, pero no. En mi cabeza solo era una simple duda que él quería aclarar.
No era una sobre mi, y a decir verdad por mi aspecto dejaba mucho que decir.
Solo suspiré.
–No creo que sea indicada para ser una de esas chicas, si lo quisiera dejaría mucho que decir de mi al comportarme de esa forma —respondí y tome los bordes de mi bata para cubrirme lo necesario —No se otras, pero ser una opción entre muchas no es tener prioridad. Y yo si quiero ser una prioridad.
Él también suspiro un poco incómodo con lo que había dicho, pareció que no le agradaba la imagen que yo misma había creado sobre él.
–No he dicho que serías parte de un combo, sabemos correctamente que haz sido tu la que haz dicho todo en plural.
–¿Y si fuese una baby eso implicaría que me fuesen fiel?
–Tu lo haz dicho, ser una baby es un derecho que el Daddy debe respetar si ella cumple con las reglas.
–¿Y de que tratarían esas reglas? —inquirí dispuesta a entender todo lo que pudiese aclararme.
No es que me interese tener esa condición, además no soportaría trabajar para alguien como sirvienta y ser una baby a la vez.
¿Qué haría con el deseo de tocarlo?
Nunca podría ocultarlo. Mi adolescencia fue suficientemente obvia con el tema de las hormonas, es algo que por más que traté de controlar terminó venciendome y por poco me hundo en el poso por seguirles el juego.
Brandon Moere no despegaba su mirada, comenzaba a creer que me estudiaba, quería conocer hasta el más mínimo gesto de mi cara.
–Es algo confidencial entre quienes deciden tomar la condición. Antes de que reciba la última palabra la futura baby o no debe estar de acuerdo con las reglas y saber cuán dispuesta estará a cumplirlas.
–¿El Daddy sería bueno con ella? —eleva una comisura de sus labios viéndome con atención, contacto visual al cien por ciento. Descruza sus brazos llevando sus manos a los bolsillos de su pantalón de chándal, lo siguiente es que lame sus labios captando mi total atención.
<<Incluso observarlo es aditivo>>
–Solo si la baby es buena chica.
El sudor entre mis piernas recorre mis muslos poniéndome nerviosa, la luz está encendida y solo eso es suficiente para mantenerme alerta. Mis labios se resecan y debo lamerlos evitando que me descubra, así no se nota tal reacción.
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Queen of Daddy | +21 |
RomanceÉl ya se encuentra aburrido de tratar con mujeres que no elevan sus expectativas, quiere algo más nuevo y fresco, alguien para llenar de placer bajo sus llamadas cadenas de placer. -Serás mi nueva adquisición. -¿Serás un amo para mi? -Daddy, grabate...