Cap. 25

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Ellen




Despierto de mi siesta de golpe al escuchar el enorme alboroto que hay fuera. Incluso si estuviesen utilizando la aspiradora no significaba que su sonido fuese más fuerte que lo que se escuchaba en el edificio.

Me estiro demasiado anestesiada por el sueño, pero aún así me levanto como puedo y de repente ya no hay más sonidos.

No se escucha nada mas.

No puede ser.

–¿En serio, todo esto solo para que me despertara? —refunfuño estrujando mis ojos, deseosa por volver a lanzarme a dormir —Por amor a Lana del Rey, se que puedo levantarme.

Echo las sabanas a un lado decidida a que puedo hacer todo por ella, y bueno, si no puedo hacerlo por mi artista favorita tampoco podré hacerlo por mis ganas de llenar mi estómago.

O si.

Sacudo mi cabeza como si fuese un cachorro después de un baño y trato de espabilar.

–Despierta o te van a despedir —uso mis dedos abriendo mis ojos hasta que me canso —¡Ay no no! De ningún modo aceptaré esa conversación con la escoba de Mamá.

Utilizo toda mi fuerza mental levantando todo mi cuerpo finalmente, abandono mi cama y corro hacia el baño antes de volver a caer en los hechizos de las sabanas. Abro el grifo del lavamanos y echo agua sobre mi cara.

Aprovecho para mirarme en el espejo y sonrío para mi misma, pero eso dura muy poco cuando alcanzo a ver los chupetones en mi cuello, encima de mis pechos y no quiero imaginarme como debe estar mi abdomen más lo que le sigue.

Si Mamá me...

No, no podría decirlo siquiera.

Lo extraño de todo esto es que nada me hace incomodar, cada cosa que experimento con el me gusta más de lo que imaginé. He soñado con estar atada sobre su cama sin poder mover ni un solo músculo, tendida sobre esa superficie completamente desnuda mientras lame mi sexo sin poder saciarse, o consentir a mis pechos como siempre le ha gustado.

Cuando menos lo creo estoy mordiendo uno de mis labios fuertemente y de inmediato siento la humedad en mis bragas, estas hundiéndose más y mas hasta hacerme sentir incómoda así que me las quito.

Las arrojo sobre el canasto de la ropa sucia, no cambiaría por nada la comodidad que siento.

En el espejo también puedo notar mis pezones duros como roca a través de mi vestido.

Maldición, como brilla mi suerte.

¿Ahora que hago?

Nadie me advirtió sobre que los pensamientos sucios causaran tanto en mi cuerpo, siempre confié en que lo tendría todo bajo control y que la calentura no sería suficiente para derribar mi fuerza mental.

Lo increíble de mi situación es que estoy tomando la peor decisión sobre evitarlo, ya que pensar en un hombre como Brandon no es caso que se pueda hacer invisible.

He visto hombres guapos, poderosos e inteligentes, incluso estuve a punto de ser conquistada por uno, pero en ese momento pude conocer mis límites y lo detuve antes de que iniciara algo entre los dos.

Ahora soy como un juego perdido, Brandon me supera mucho.

Es prioridad en cualquier aspecto de mi vida, si cada que abro un ojo mi cabeza no da para más.

Solo él y él.

Con eso no me refiero a que sea mi centro de todo, gracias a él he aprendido que puedo dividir mi amor en miles de formas, pero que cuando se trate de mi no debe haber un límite.

Queen of Daddy  | +21 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora