Cap. 5

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Acorralada, como también acalorada por tanta cercanía por parte del señor Moere, es como me encuentro en tan solo un segundo.

Entre sus brazos que están a cada lado de mi cuerpo bloqueando mi única salida y su mirada que se enfoca solo en mi cara, de inmediato siento el calor de mis mejillas extenderse hasta mi cuello.

Que vergüenza que me esté viendo así.

Cada día confirmo que estar cerca de este hombre podría provocarme mil infartos consecutivos. Explorar su belleza desde mi ángulo resulta un verdadero placer y poder total, podría simplemente besarlo de una vez por todas para acabar con la tensión en el aire, pero recuerdo lo cobarde que soy.

Yo respiro, pero no lo suficiente normal como para terminar con el nerviosismo que implican a mis sucios pensamientos. Son los más culpables de no obedecer y olvidar lo que sucedió en la ducha, es tiempo pasado y no vale la pena revivirlo. Solo fue un pensamiento.

–Señor Moere.

–¿Te gusta que te cubran la boca? No paras de hablar, Ellen.

Respira profundo juntando sus labios para dejar escapar un suspiro de la siguiente manera: con sus dedos acariciando uno de mis brazos ligeramente y con cuidado de no tocar de más.

–Ya...no tengo tanto espacio —le suelto sorprendiendolo. Que me disculpe, a veces se me cruzan los cables y no precisamente rojo y verde.

No se que más hacer para que esto termine, por eso me entretengo mirando alrededor. El lugar es amplio y luce como un espacio muy acogedor, a pesar del montón de cosas que lucen bien acomodadas pienso que no tiene nada de interesante salir de aqui sin haberlo memorizado.

Es hermoso, cada estructura lo es.

Es la primera vez que entro a este lugar y me avergüenza mucho el no haberme interesado en los alrededores, si cada retazo es algo hermoso por ver. Lo mas maravilloso de todo es el arte en las paredes capaz y se ha ganado mi total atención, verlo desde mi punto e imaginar lo satisfactorio que se sentiría estar más cerca, es como si volara y asi pudiese acariciar cada línea recta y curva de las pinturas.

Es del tipo de arte que pertenece mágicamente a estas paredes, son especiales y me hace preguntármelo ¿Me dejaría tocar ese espacio tan especial?

Si la respuesta fuese un si yo sería la chica más afortunada.

–¿Terminaste? —me pregunta llevándose toda la atención y cualquier calma que había conseguido tener.

–Admiraba las paredes, señor...

–¿Quién era ese chico con el que hablabas esta mañana? ¿Algún familiar tuyo que desconozca tu trabajo? —prácticamente me sume a un largo interrogatorio sobre la visita de Marco. Aunque no pueda hablar y solo me dedique a mirarlo con desconcierto —Ellen.

–¿Por qué debería responder?

–Porque quiero saber la identidad de esa persona.

–No es alguien peligroso.

–Te besó —suelta en mi cara con rapidez.

¿Cómo sabe todo esto?

¿Acaso me estaba espiando?

Que delicado, señor Moere.

Cierto, se me olvidaba que es su Mansión y probablemente, haya como cien cámaras ocultas en cada rincón del edifico con tal de tenerlo todo controlado.

–Lo hizo porque estaba muy emocionado de verme, se que esta conducta no es permitida, pero le juro que no volverá a pasar.

Espero que Marco no vuelva, no podré rechazarlo.

Queen of Daddy  | +21 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora