Cap. 21

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Brandon Moere







Cuando el auto se detiene frente a la puerta de mi Mansión lucho para que no me salga la sonrisa que me quema los labios por aparecer.

Ella es la primera en bajar del coche con la suficiente prisa para que no la vaya a atrapar, desaparece por la puerta principal sin mirar y solo bajo sabiendo lo que me espera.

–Buenos días, señor —me saluda uno de los guardaespaldas, pero nadie se atreve a preguntarme porque me fui sin ellos.

Valoran mucho el precio de las cajas de dientes, y no quiero tener que enterarme que le han contado esto a mi Padre.

Le doy las llaves de mi auto e inmediatamente uno de ellos lo lleva al mismo lugar de siempre junto a los demás. Lujosos, rápidos y de último modelo como los pedí.

En segundos estoy dentro y Susane quien me espera en la puerta me hace un gesto de saludo.

–Señor.

–¿Cancelaste todas mis citas para hoy? —le pregunto abordando el pasillo con ella detrás repicando los tacones cual mujer desesperada por alcanzarme.

–Cambié las fechas para la siguiente semana ya que su Padre insiste en que no deje pasar las oportunidades, además...usted no quiere verlo por aquí —me recuerda y asiento dándole la razón.

Lo que ha hecho es un sacrificio, si las personas que buscaban mi presencia en esas fiestas o reuniones empresariales estaban muy desesperadas, entonces tendremos que enfrentarnos a la furia de mi Padre.

Y como siempre será de todo menos importante para mi, así es como trabajo y mis métodos los manejo como quiero.

–Susane.

–A la orden.

–No quiero que nadie me moleste esta noche —agrego y de un tirón abro la puerta de mi habitación —Si es posible ordena que mi cena esté preparada mucho antes y luego puedes decirles que mañana tienen día libre.

–¿Se irán todos?

–Menos una sola persona, tengo mejores planes.

Susane me ve atónita como si no supiera de quien le hablo y la mirada que le doy la hace espabilar.

–Como ordene.

Asiento.

Comienzo a quitar los primeros botones de mi camisa mientras ideo la noche perfecta que pienso tener si o si.

–Asegúrate de que no se de cuenta.

–Disfrute su baño.

Segundos después se escucha el sonido de mi puerta al ser cerrada con delicadeza y una vez no hay nadie en la habitación decido desabrochar los broches de mi pantalón junto a la correa que quito desesperado por liberar la dureza dentro de mi bóxer.

–Maldición —mascullo del dolor que muero por aliviar con el dulce sexo que no sale de mi cabeza, es como un tatuaje tallado en mi mente y que se encarga de torturarme cada que la imagino dispuesta en mi cama.

He deseado a una mujer como cualquier hombre con necesidad de placer lo haría. Días en donde me sentía agotado y lo único en lo que podía pensar era en liberarlo de la forma más creativa como lo era follar con cualquier desconocida para después no querer volver a saber de ella, pero Ellen...

No es solo una niña con un pequeño tesoro entre esas piernas, dulce y extremadamente delicioso. A parte de todo esto, nunca había conocido una mujer que sea increíblemente única, especial e irreemplazable.

Queen of Daddy  | +21 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora