Cap. 13

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Ellen Simon



Lirios, nunca pensé que el color de una de esas flores definiría lo que quiero realmente con este hombre con solo verlos.

Esa mirada de anhelo, de deseo...que me provoca mandar todo a la mierda y entregarme sin tantos rodeos. Soy capaz porque lo que me está ofreciendo tiene un cierto estímulo en mi, si hace mucho me encontraba tan convencida de que si el no fuese el indicado no me hubiera mostrado este paraíso, pero no quiero hacerlo porque esto remueve una parte sensible de mi. Quiero hacerlo porque me apetece y no aguanto más esta abstinencia en la que vivimos involuntariamente.

¿Qué tan mal me iría si me lanzará con él en busca de todo eso que nos descargue de impulso?

Mi antigua vida, a comparación con esta, con lo que experimento, era totalmente aburrida y sin un sentido exacto.

No sabía lo que era arriesgarme.

Aunque suena a contradicción, después de todo vivir en Manhattan no es tan increíble como hacerlo en Italia.

Aquí encontré a esa persona directa que siempre pedí, con él tengo tantas opciones posibles, pero sigo queriendo experimentar algo más que una relación aburrida.

¿Qué puede tener Brandon Moere para mi?

Es ingenioso, de acuerdo con todas esas cualidades que no terminan de definirlo hace todo lo posible por conseguir lo que quiere sin importar cuán difícil sea.

Si mi Madre lo conociera, esto sería lo primero que me diría:

"¿Por qué tú no haces lo posible por conseguir lo que quieres también?"

Y es que eso no tiene nada que ver con lo que nos pasa a este hombre y a mi, es diferente.

¿En que sentido?

Bueno, en el sentido de las palabras, los sentimientos y pensamientos.

Mientras me encuentro frente a él queriendo darle la respuesta que tanto desea mi corazón martillea tan fuerte que se me comprime la garganta apagándome la voz.

–No me vas a responder, no estás preparada para algo así y por eso estás dudando de lo que ambos queremos —su calma me abandona y se aproxima a un banco de color blanco para tomar asiento en el.

Lo sigo sigilosamente deseando que no me eche de aquí. Me siento a un lado de él y veo como resopla después de pasar una mano por su rostro.

>>Esto no se trata de presión. Quiero entenderte, deseo profundamente saber que piensas en esa cabecita tuya como para no decidirte por lo nuestro.

–Pero si no hay un lo nuestro.

Él asiente, convencido de que si lo hay aunque que me esfuerce en negarselo.

–Solo que no confías en mi, aún mostrándote el secreto más oculto de mi nunca confiarás.

–Escúchame primero.

–¿Para qué? Si me vas a decir lo mismo de siempre, Ellen si no quieres ya está, no habrá nada entre nosotros —se endereza para mirar hacia las flores e ignorarme —Trabajarás en el edificio hasta que quiera, no necesitas devolver el contrato si...

Lo tomo del mentón y cubro sus labios con los míos ahogando sus tercas palabras con besos cortos y suaves que se suben de tono cuando sus brazos me atraen hacia su regazo sin importar que el vestido que llevo se alce por encima de mis muslos. Ya extrañaba su contacto. Le rodeo el cuello con mis brazos contradiciendome a mi misma. Su lengua no me da de abasto succionando mis labios con lentitud logrando que un gemido suave se escape de mi, el beso se vuelve intenso cuando él sonríe contra mis labios y las manos que antes rodeaban mi cintura atrapan mi culo apretandolo con ganas para encajarlo en la erección que contiene su pantalón apunto de romperse.

Queen of Daddy  | +21 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora