Cap. 31

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Un mal momento es suficiente para cambiarte la vida, antes de Ellen nada podía arruinar mi momento y ponerme completamente loco, desesperado por llevarme por delante a quien fuera.

–¿Dónde está Susane? —le pregunto porque sé inmediatamente que Susane ya lo tenía localizado y tal vez no me dijo por las mismas razones que ya conozco.

Ellen afloja su agarre en mi cintura como si eso la hiciera perderse,  comienza a llorar de repente, alertándome.

Le tomo por los hombros y la obligo a mirarme.

>>¿Qué sucede, por qué lloras así tan desconsolada?

–Ella...

Miro a papá con curiosidad al ver como se retira su teléfono del oído queriendo ser discreto, pero no lo logra.

Algo pasa, y odio no poder saberlo como lo hago todo el tiempo. Susane salió por esa puerta con esa seguridad hasta el tope de que me traería a Ellen, por eso no tuve ni un poquito de inseguridad al ver lo decidida y la pistola que había escondido en su espalda. Para una persona que solo cumplía los deberes de secretaria ella estaba muy ansiosa por irse a los balazos con cualquiera, solo por cumplirme los caprichos.

Mujer tonta.

Siempre me ha querido como una Madre, aunque yo siempre la he visto como una persona a mi servicio y con grandes virtudes para trabajar con alguien como yo.

¿Por qué nadie me dice que pasa?

No soy un niño, también se afrontar las cosas, ya lo he hecho muchas veces y una más no hace la diferencia.

–Bebé, habla —le insisto y ella solo me abraza.

–Ella no pudo venir conmigo porque...

–Ellen, si no me dices ahora mismo saldré e iré a ver por mi mismo lo que sucedió con mi secretaria.

Esta intriga me está matando.

Respira profundo dispuesta a calmarse.

–Él...le disparó, la descubrió queriendo salvarme y simplemente le disparó a sangre fría.

Un pequeño pinchazo se instala en mi estómago.






MINUTOS ANTES...


Ellen.



En mi cabeza no había espacio para la calma, solo lo veía hacer llamadas y preguntar cuantos aviones estaban disponibles para viajar hacia Corea del Sur.

Si, estaba planeando llevarme con él, cuando aún sabía que no soy la hija que busca porque él se había encargado de desaparecerla debido a la locura en la que se vio envuelto.

La paranoia no dejaba mi cuerpo, discretamente solo podía mirar hacia las puertas mientras buscaba un indicio de que no tenían seguro y podía escaparme si lo intentaba con todas mis fuerzas.

Quería ver a Mamá y a Papá, necesitaba los brazos de Brandon aferrados a mi cuerpo de la misma manera que yo. Los necesitaba tanto que el miedo de no volver a verlos se multiplicó horriblemente en mi.

No había ido a verlos en días, los extrañaba demasiado como también los abrazos fuertes de Papá quien no quería soltarme una vez me tenía atrapada y los besos de Mamá que me hacían amarla más cada día.

Justo en este momento extraño todo aquello, incluso al idiota de Marco que siempre supo como hacerme enojar, o...

Brandon.

Queen of Daddy  | +21 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora