Brandon Moere
–Hoy es el cumpleaños de mi Papá —a lo lejos escucho a Ellen decirme y abro los ojos para encontrarla justo en mi cara. Es perfecta.
Amo cada cosa de ella, incluso las inconfundibles pecas que se asoman alrededor de su pequeña y hermosa nariz. Siento curiosidad de repente por saber si nuestros hijos la heredarán, sueño con poder ver llegar ese momento.
–Hey, preciosa —dejo un beso sobre su nariz y no me pierdo el sonrojo que toma sus mejillas hasta su delicado cuello. Por cierto, tiene las marcas de mis dedos.
¿Darme celos con Jonas?
Funcionó muy bien, pero también terminó mal para ella con múltiples castigos como resultado. No es que no siga enojado con los dos, de mi amigo me encargaré más tarde, le haré saber que tan mala idea fue que haya aceptado ese sucio plan de hacerme sentir un imponente, que en medio de aquello sus manos estuvieran encima de mi mujer.
Ese hijo de puta no sabe lo que acaba de hacer, le haré pagar con su miserable vida.
Casi la besó.
Estuve a punto de volverme loco cuando estuvieron tan cerca de hacerlo, luego vi esas jodidas manos subiendo por sus muslos en dirección a su trasero y todo se volvió rojo, me olvidé de la maldita falsa escena, de la persona que estaba debajo de ella.
Por un momento pensé en arruinar esa cara, romper esas manos y sus piernas. Si no hubiese sido por ese puñetazo que me devolvió a la realidad, Jonas estaría sin sus manos e inválido de por vida.
No puede tocar a mi mujer y conservar sus manos intactas, tuvo suerte de haberme traído de vuelta o no le aseguro si todavía seguiría con vida.
–¿Por qué me hiciste esto? —le tomo la mano que está en mis bíceps para ponerla justo en mi corazón, el que solo late por ella —Se supone que te elegí porque me interesó algo diferente, nunca pensé en algo normal, me moriría del aburrimiento.
–Yo soy normal, y no es como que estés aburrido de mi. Si es así no se nota ni un poco.
Le tomo el mentón y la acerco, con mis dientes estiro su labio inferior.
–Me gusta cuando me contradices y en como termina —me tomo mi tiempo para besarla, es lento mientras nuestras lenguas danzan una sobre la otra y enredandose sin planes de dejarse.
Sin darme cuenta me pierdo completamente en ella, el sexo está completamente en pausa, aún así disfruto tanto sus besos como si estuviese tocando su propio cuerpo, su ser. A través de ellos tomo todo de ella y al mismo tiempo le entrego todo de mi, cada pieza de la que no se haya adueñado todavía porque tampoco pienso dejarla sin el rastro de su esencia.
–Esto es mio y de nadie mas —dejo mi mano sobre su pecho justo encima de su corazón, los fuertes latidos batiendose contra mi mano —Quiero marcar mi nombre aquí para toda la vida, que no exista un hombre en esta tierra que pueda borrarme.
Sus latidos aumentan, ella me ve.
Su mirada dice todo lo que su boca se muere por decirme, solo que no es necesario si la mirada dice más que mil palabras y la suya me habla en múltiples idiomas.
Es amor.
Amor puro y justo.
>>Déjalo salir —un suspiro deja sus labios, mi mano restante no se queda atrás y decide que pertenece a su cara, así que le tomo del mentón mientras que a mi pulgar se le da por preferencia tocar su labio superior. Lo estiro amando como su boca está tan roja por mis besos, por las veces que la tuve de rodillas y con mi miembro en su boca.
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Queen of Daddy | +21 |
RomanceÉl ya se encuentra aburrido de tratar con mujeres que no elevan sus expectativas, quiere algo más nuevo y fresco, alguien para llenar de placer bajo sus llamadas cadenas de placer. -Serás mi nueva adquisición. -¿Serás un amo para mi? -Daddy, grabate...