Cap. 12

2.7K 122 2
                                    

Brandon Moere






Pierdo el sentido de todo cuando me encuentro con la marca de unos dedos en su antebrazo, la marca comienza a transformarse en un moraton más oscuro con un tono purpura como si fuese hecho a propósito y contra su voluntad.

El corazón le retumba con fuerza en el pecho y no deja de verme con timidez. Su entrada al edifico me alertó en tan solo segundos, y ahora estas marcas...

Estaba acostumbrado a ver de este tipo en mi Madre, exactamente en sus antebrazos, que Ellen las tenga revive los recuerdos que creí a ver enterrado en el fondo de mi cabeza.

Le levanto la mirada y ella aprieta sus labios conteniéndose. Sus mejillas se cargan un sonrojo que termina justo en su cuello, el sudor cubre su frente y siento el temblor en sus manos cuando las tomo.

–Tranquila —le susurro y deposito un beso en su frente que ella acepta de inmediato cerrando sus ojos —¿Quién se atrevió a tocarte? Dime, Ellen.

Ella respira profundo dispuesta a hablarme.

Tan difícil es ganarme su confianza, pero le demuestro que no soy un jodido robot y se escuchar.

–Solo fue un malentendido.

–Alguien te lastimó, dime.

–No.

–¿Y esto qué es? —le señalo el ahora moratón purpura.

Lame sus labios avergonzada.

–Me confundieron con otra persona y ya está, estoy perfectamente bien, gracias por preocuparte.

Ladeo mi cuello, soltando sus manos.

–La próxima vez será algo peor, quién sea que te haya confundido al parecer no estaba bien de la cabeza, y te aseguro que si vuelves a encontrartelo no te dejará escapar.

–Puede que no, pero no quiero mas problemas.

–No seas terca —saco mi teléfono del bolsillo y seleccionó el contacto de secretaria, repica una vez y me contesta inmediatamente —Si, necesito que contrate un nuevo chófer y lo envíe a mi oficina con urgencia.

–No...no —Ellen intenta protestar y le cubro la boca ahogándole las palabras que por nada del mundo quiero escuchar. Si no puedo asegurarle la protección, entonces no merece esto del contrato si no la tendré en mi radar de visión.

Quiero esta niña conmigo porque me siento seguro de que es la indicada.

Necesito una reina.

Ellen tiene una personalidad bastante peculiar. Apuesto a que sigue muerta del miedo aunque su orgullo pueda más que ello y solo así se la da la facilidad para ocultarlo.

Tengo tantas curiosidades de Ellen.

Con eso es imposible tener un momento libre en el que ella no esté en mi cabeza trabajando en mi cordura. Cuando consideré esto de entrar al BDSM o lo que se asimile a ello no pensé que sería tan adictivo, fue una nueva faceta que descubrí de mi y apenas lo hice no me contuve e inicié con ello con chicas más mayores que Ellen porque consideraba que tenían más experiencia, pero joder...también he descubierto que la inocencia no es que le vaya de mala forma a mi polla que se enciende con solo ver a la Ellen inocente deshacerse en mis brazos.

Toda la vida he sido sumiso a mi deseo sexual y no quiero que este deje de correr en mi sangre. Si hay algo que puede hacerme caer es tenerla en frente y no poder tocarla como lo quiero.

Esto absorto a negar mis instintos, pero tampoco a hacerlos a un lado como si esto no valiera.

Tan solo una lagrima suya se convierte en una bala directo a mi pecho y no puedo evitarlo cuando la arollo con mis brazos pegándole a mi pecho en un gesto súper protector.

Queen of Daddy  | +21 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora