Queen of Daddy | +21 |

Epílogo

Ellen.

La Mansión Moere reluce frente a mi y  cada vez se me hace mas difícil no fruncir el ceño bastante enojada por lo que avasalla en mi conciencia, nunca lo había estado de tal forma que mi cabeza quisiera explotar de la ira.

¿Cómo se atreve?

La niña tonta se termina enamorando de él, pero el señor simplemente se volteó y me dejó con la palabra en la boca, como si solo fuera otro espectro de todas las mujeres que se han terminado enamorando de él.

De sus encantos, de sus...

Quisiera estrellarle la escoba de Mamá en esa cabeza testaruda.

El seguridad que está en la puerta me reconoce de inmediato y ni siquiera le regalo un saludo porque paso a toda maquina como si fuese un tren en busca de su destino, en este caso el mio tiene como objetivo a Brandon Moere con una de mis sandalias en su frente.

Las puertas delanteras no me detienen, nada lo hace porque  voy tan dispuesta que agradezco que nadie se cruza en mi camino.

Atravieso el mismo pasillo lleno de recuerdos, el mismo en el que alguien siempre se encontraba vigilandome, siempre tan pendiente de que esta niña no arruinara el ambiente tan tranquilo de la Mansión.

La verdad es que extraño la presencia de Susane en cada pasillo, en los alrededores e incluso en mi habitación mientras llevaba consigo un balde agua listo para arrojarmelo.

No sabía que era capaz hasta que vi como ella murió por mi, de la misma manera ella estaba dispuesta a otras cosas más simples como lanzarme agua.

Miro el pasillo por última vez añorando su presencia.

Con tal sentimiento sigo recorriendo el lugar, ahora tengo un objetivo y hasta que no lo cumpla no podré deshacerme de la impotencia que no deja de retumbar en mi pecho.

No tiene comparación con la rabia, si Mamá me escuchara decirlo diría que soy demasiado tonta por pensarlo.

Rabia e impotencia en una misma palabra no califica como parte de lo que siento ahora.

Nada se compara.

Abro puertas, ninguna me detiene aunque esté la posibilidad de que Brandon ni siquiera se encuentre en su cueva, en la que quiso mantenerme para saciar sus deseos.

¿La pequeña niña se enamoró?

A él ni siquiera le importa que se trate de un descuido si él no siente lo mismo por mi.

Inevitablemente, dejo escapar esas lágrimas que intentan detener mi paso oscureciendo un poco mi visión. Quien diría que darme la oportunidad con alguien mas me tendría tan desesperada, tan necesitaba, tan decepcionada...

No se como llego a la puerta de su habitación, aún así entre lágrimas no he fallado al encontrarla.

Tengo que enfrentar a Brandon Moere, hoy.

Imbécil.

Empujo hacia dentro y sigo adelante con más furia de la que traía ya, y si había posibilidad de que se me vaya en un segundo está lo suficientemente comprobada cuando lo encuentro desnudo sobre su cama con la mano alrededor de su miembro, además de otra cosa parecida a un enorme anillo que...

–Vaya.

Santas chanclas.

–Yo...vine a... —mi garganta se seca, mi sexo se aprieta inmediatamente y la humedad me mancha las bragas sin pudor.