Ellen Simon
La sumisión es probablemente la mejor manera para reconocer que me gusta ser dominada, pero mas me encanta desobedecerle aunque nunca haya sido así con mis Padres.
Hacer algo que siempre quise con Brandon se siente como una victoria peligrosa, este hombre tiene muchas formas para hacerme pagar y eso es suficiente para correr el riesgo.
Un cambio de posición me lleva a otras creyendo que por fin comenzará la tortura, me muero por tener un poco de eso que nunca experimente pero que a mi y a mi sexo parece estarle afectando bastante.
La superficie de su escritorio ni siquiera es un problema gracias a la comodidad que me regala él mismo. Completamente, desnuda. Mi sosten se fue a la mierda en el minuto en que me colocó sobre mi espalda y decidió que la vista sería mucho mejor con mis pechos al aire, o mejor, en su boca como lo están ahora.
Mi pezón izquierdo es castigado con dureza por su lengua, ansioso por dejarlos justo como mi sexo debido a los manotazos.
Un último roce de su lengua y vuelvo a tener sus labios junto a los míos mientras su mano izquierda recorre cada extensión de mi abdomen. La tibieza de su mano me hace desearlo de maneras indescriptibles, pero el solo me hace llorar por necesidad acariciando entre mis pliegues evitando tocarme donde deseo.
Estoy entre la presión de su lengua lamiendo mis labios, luego con sus dientes estirando de ellos y por último sus dedos queriendo no entrar en mi.
-No es justo -lloriqueo demasiado exhausta, nunca había vivido esto, pero se siente como si me estuviesen negando la cura para una enfermedad.
-Mi nena tiene demasiados privilegios, se merece un collar de perro y una buena fusta en el culo -susurra mordiendo mi oreja a la vez que me acaricia y eso me hace estremecer.
-Entonces...
-No serás de nadie mas porque con eso estás aceptando un destino que no haz pedido con seguridad.
Trago en seco, además de que el calor de sus dedos abandona mi sexo también lo hacen sus labios de mi cara.
Me dedico a observarlo mientras camina alrededor de su escritorio con solo un pantalón de chándal, con su espalda descubierta y sus pies descalzos.
Quien diría que este hombre se fijaría en alguien tan pequeña e incomprensible, una chica que parece perfecta, pero está tan llena de dudas sobre que será de su futuro.
Pudo haber elegido a una auténtica mujer experta en el arte de la sumisión y gozar de los privilegios de una profesional que podría dejarlo completamente satisfecho en todas las ocasiones, en su lugar eligió a una chica virgen, inocente y que sostenía una definición sumamente diferente de lo que es ser un Babygirl.
<<Una completa sumisa no temerá al dolor, soportará todas las horas de sexo necesarias que prefiera su Daddy y deberá serle completamente fiel>>
Miro a Brandon en todas sus facetas: a veces dulce, en unas demasiado coqueto y romántico, en otras demandante y en fin no deja de ser el hombre increíblemente misterioso que me hace temblar cada centímetro de piel.
El autor intelectual de cada regla que hay en ese contrato, el mismo que desea cumplir cada uno de esos aspectos en el sexo ¿aún así podría amar a esta chica ingenua?
Un segundo...acabo de mencionar la palabra prohibida.
<<Amor>>
Giro mis ojos y con una de mis manos aún libre me golpeo la sien ligeramente.
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Queen of Daddy | +21 |
RomansaÉl ya se encuentra aburrido de tratar con mujeres que no elevan sus expectativas, quiere algo más nuevo y fresco, alguien para llenar de placer bajo sus llamadas cadenas de placer. -Serás mi nueva adquisición. -¿Serás un amo para mi? -Daddy, grabate...