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Mientras que caminaban por las calles de Alcante, Jane no dejaba de sentirse extraña. Era como si hubiese sido creada para aquel sitio, pero eso no dejaba de crearla aquella sensación de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. En los últimos días su mundo se había convertido en una frágil burbuja, y le aterraba la idea de que algo o alguien pudiese reventarla.

— ¿ Qué sucede ahora ? — le preguntó Jace sacándola de sus pensamientos — Estás temblando, y además no dejas de quedarte atrás.

— Lo siento — se disculpó haciendo una mueca de disgusto — Ando totalmente distraída. Además, no me termina de gustar este plan tuyo de ir en busca de Clary.

— Si no te gusta el plan ¿ para que rayos vienes ?

— Porque básicamente me suplicaste que te acompañara, Jace.

— Eso no es cierto.

— Sí,si lo es — replicó ella — No es mi culpa de que no tengas el valor suficiente para enfrentar a tu hermana tú solito.

Cuando vio que Jace bajó la cabeza con rostro afligido, Jane se arrepintió de haberse referido a Clary como hermana del chico. Sabía que ese era un tema demasiado sensible para él.

Se detuvieron frente a una casa alta del canal. Ésta estaba pintada de un rojo intenso, casi chillón, con una única runa trazada sobre ella en dorado. Jace respiró profundamente y tocó la puerta con los nudillos. De repente Jane se sintió extrañamente nerviosa, como si estuviese a punto de hacer el mayor descubrimiento de su vida. La puerta se abrió de golpe, y apareció una mujer con un vestido oscuro, su rostro se veía parcialmente salpicado de cólera. Su cabello era largo, una enmarañada nube castaña salpicada de gris que escapaba de dos trenzas; los ojos azules resultaban familiares. Una luz mágica brillaba en su mano.

— ¿ Puedo ayudarlos en algo ? — dijo no de muy buena forma.

— Mi nombre es Jace Wayland, soy el...hermano de Clary, — el chico hizo una mueca de dolor, como si las palabras le quemasen la garganta — y ella es Jane Hall, una amiga nuestra.

— Ya veo — respondió la mujer examinandolos — Clary no está en casa. Ha debido de escaparse nuevamente.

— ¿ Nuevamente ? — Jane pareció confundida.

— Así es — asintió la mujer — Desde que llegó aquí no ha hecho otra cosa que saltar a escondidas por la ventana — se hizo a un lado dejándo un espacio libre en la puerta — Pasen y pónganse cómodos. Sería una pena que se fueran sin verla después de haber venido hasta aquí.

Los chicos aceptaron la invitación, y se internaron en la casa. Era un lugar realmente acogedor, aunque humilde.

— Gracias por la amabilidad, señora...

— Diganme Amatis — dijo interrumpiendo a Jace.

— Entonces, gracias por la amabilidad, Amatis.

— No hay de que — sonrió levemente — Haré un poco de té. Sientanse como en casa.

Pasaron a la cocina, siguiendo a Amatis, la cual los guiaba con cierto grado de emoción. La cocina tenía paredes amarillas desconchadas y una anticuada cocina negra de hierro colado contra una pared. La mujer agarró una tetera de color rosa pálido y comenzó a preparar el té.

— No sé a dónde a ido esta vez, — comenzó a decir — pero realmente espero que regrese pronto. Ya no estoy en condiciones de hacerle de niñera a nadie. Estoy muy vieja.

— Pero si luce usted muy joven — soltó Jane sin pensarlo.

Amatis se dio la vuelta y le regaló una sonrisa tímida.

— Y lo soy, pero mi alma no me acompaña.

— Es cuestión de vejez interna, no externa — concluyó Jace — El problema es la energía, no el tiempo.

— Exacto — rió ella.

Algo en aquella mujer, le resultaba tenebrosamente familiar a Jane. La rubia sintió vergüenza de sí misma cuando se dio cuenta de que llevaba ya varios minutos mirando fijamente a la mujer.

El ruido de la puerta al abrirse inundó el pasivo silencio que se había formado tras la conversación.

—¿Clary? —La voz insistente de Amatis hendió el silencio—. ¿Eres tú?

Al no recibir respuesta, Amatis fue rumbo a la entrada.

Las voces comenzaron a llegar desde lejos, pero se oía Lu suficientemente alto como para entender las palabras.

  —Tu hermano ha venido a verte con una amiga. Te esperan en la cocina.

  —¿Jace está aquí?

  —¿No debería haberle dejado entrar? Pensé que querrías verle.

  —No te preocupes, está bien —dijo Clary, manteniendo el tono ecuánime con cierta dificultad—. Es sólo que estoy cansada.

  — Bueno, estaré cerca si me necesitas.

  Clary entró a la cocina, y se detuvo en seco mientras miraba fijamente a Jace. A Jane todo aquello le resultaba de lo más incómodo, y cada segundo que pasaba se arrepentía cada vez más de haber aceptado acompañar a Jace.

—Bueno —dijo él—, estás de vuelta. Empezaba a pensar que te habías caído a un canal.

  Clary se limitó a mirarle fijamente, muda.  Jace se recostó en la silla, echando un brazo informalmente sobre el respaldo.

  —Pareces agotada —añadió él—. ¿Dónde has estado todo el día?

  —Estuve por ahí con Sebastian.

—¿Sebastian? — ésta vez fue Jane la que habló, sonando más sorprendida de lo que esperaba.

  —Me acompañó a casa anoche —dijo Clary —. Por ahora, es la única persona en esta ciudad que ha sido remotamente amable conmigo. De modo que sí, salí con Sebastian.

  —Ya veo. — dijo Jace con el rostro inexpresivo—. Clary, he venido a disculparme. No debería haberte hablado del modo en que lo hice.

  —No —dijo ella—; no deberías haberlo hecho.

  —También he venido a preguntarte si reconsiderarías regresar a Nueva York.

  —Cielos —replicó Clary—. Otra vez…

  —No es seguro para ti permanecer aquí.

  —¿Qué te preocupa? —preguntó ella en voz apagada—. ¿Qué me encarcelen como han hecho con Simon?

La expresión de Jace no cambió, pero se balanceó hacia atrás en la silla, las patas delanteras alzándose del suelo, casi como si hubiese sido empujado.

  —¿Simon…?

  —Sebastian me ha contando lo que le sucedió —prosiguió ella en el mismo tono de voz sin inflexión—. Lo que hiciste. Cómo lo trajiste aquí y permitiste que lo metieran en prisión. ¿Estás intentando conseguir que te odie?

— Creo que no pinto nada en esta conversación — interrumpió Jane — Será mejor que los deje solos.

N/A: Personaje nuevo UwU.
Estén atent@s porque Amatis es importante, sin ánimo de hacer spoiler.

Los amooo.

Ciudad de Cristal ( III )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora