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Sorprendida, Jane sólo pudo asentir y mantener la puerta abierta.

-De acuerdo. Entra.

-Gracias.

Aline pasó junto a ella con brusquedad y entró en la sala. Se quedó paralizada al ver a Simon sentado en el sofá junto a Clary, con la boca entreabierta por el asombro.

-¿No es ese...?

-¿El vampiro? -Simon sonrió ampliamente.

La leve pero inhumana agudeza de sus incisivos resultaba apenas visible sobre el labio inferior cuando sonreía de aquel modo.

Aline se volvió hacia Jane.

-¿Puedo hablar contigo a solas?

-No -dijo Jane, y se sentó en el sofá junto a Simon-. Cualquier cosa que tengas que decir, nos la puedes decir a los tres.

Aline se mordió el labio.

-Bien. Mirad, hay algo que quiero contarles a Alec, Jace e Isabelle, pero no tengo ni idea de dónde encontrarlos precisamente ahora.

Jane suspiró.

-Movieron unos cuantos hilos y se instalaron en una casa vacía. La familia que vivía allí se marchó al campo.

Aline asintió. Gran cantidad de gente había abandonado Idris desde los ataques. La mayoría se había quedado, pero bastantes otros había recogido sus cosas y se habían marchado, dejando sus casas vacías.

-Están perfectamente, si es eso lo que quieres saber. Mira, yo tampoco les he visto desde la batalla. Podría enviarles un mensaje a través de Luke si quieres...

-No sé. -Aline se mordisqueaba el labio inferior-. Mis padres tuvieron que contarle a la tía de Sebastian en París lo que él había hecho. Se disgustó mucho.

-Pues como cualquiera si su sobrino resultara ser un cerebro diabólico -comentó Simon.

Aline le lanzó una mirada sombría.

-Contestó que eso no se correspondía en absoluto con su manera de ser, que debía de haber algún error. Así que me envió algunas fotos suyas. -Aline introdujo la mano en el bolsillo y sacó varias fotografías ligeramente dobladas, que le entregó a Jane-. Mira.

Jane miró. Las fotografías mostraban a un muchacho de cabellos oscuros que reía, apuesto en cierto modo, con una sonrisa pícara y una nariz ligeramente demasiado grande. Parecía la clase de chico con el que sería divertido salir por ahí. Además, no se parecía en nada a Sebastian.

-¿Éste es tu primo?

-Ése es Sebastian Verlac. Lo que significa...

-Que el chico que estaba aquí, que decía llamarse Sebastian, es alguien totalmente distinto. -Jane se dedicó a pensar en las fotos con creciente agitación.

-He pensando que... -Aline volvía a mordisquearse el labio-. Pensé que si los Lightwood sabían que Sebastian, o quien quiera que fuese ese chico, no era realmente nuestro primo, a lo mejor me perdonarían. Nos perdonarían.

-Estoy segura de que lo harán. -Clary intentó que su voz sonase todo lo amable que pudo-. Pero esto es mucho más importante que eso. La Clave querrá saber que Sebastian no era simplemente un muchacho cazador de sombras mal aconsejado. Valentine lo envió aquí deliberadamente a espiar.

-Lo cierto es que fue muy convincente -dijo Aline-. Conocía cosas que sólo mi familia conoce. Sabía cosas de nuestra infancia...

-Eso hace que uno se pregunte qué le sucedió al auténtico Sebastian -indicó Simon-. A tu primo. Parece que abandonó París, en dirección a Idris, y nunca llegó aquí. Así pues, ¿qué le sucedió durante el camino?

Ciudad de Cristal ( III )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora