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-La noche que Céline Herondale murió estaba embarazada de ocho meses - continuó diciendo Clary- Valentine le había estado dando pociones, polvos; probaba en ella lo que había estado probando en sí mismo, con la sangre de ángel, con la esperanza de que el hijo de Stephen sería tan fuerte y poderoso como sospechaba que sería Jonathan, pero sin las peores cualidades de éste. No podía soportar que su experimento se desperdiciase, así que con la ayuda de Hodge le abrió el vientre a Céline y sacó al bebé. Ella llevaba muerta muy poco tiempo...

-Eso no es posible - dijo Jane consternada.

Clary siguió adelante como si la rubia no hubiese hablado.

-Valentine cogió a la criatura e hizo que Hodge la llevara a su propio hogar de infancia, en un valle no lejos del lago Lyn. Por eso estuvo ausente toda la noche. Hodge se ocupó del bebé hasta el Levantamiento. Tras eso, puesto que Valentine fingía ser Michael Wayland, se trasladó a la casa de los Wayland y lo crio como si fuese el hijo de Michael Wayland.

- Entonces, - Jane sentía un nudo en la garganta que le impedía hablar con fluidez - ¿ Jace no es tu hermano ?

- No, no lo es - Clary se veía más feliz que nunca - Aunque Sebastian si lo es.

-Así que técnicamente -dijo Simon-, incluso aunque Jace no está emparentado contigo, sí que has besado a tu hermano.

-¡Simon! -Clary estaba consternada-. ¡CÁLLATE!

Giró sobre su asiento para ver si alguien escuchaba, pero, por suerte, nadie parecía hacerlo. Estaba sentada en una silla de respaldo alto sobre el estrado del Salón de los Acuerdos, con Simon y Jane a su lado. Jocelyn estaba de pie en el borde del estrado, inclinada hacia abajo para hablar con Amatis.

A su alrededor, el Salón era un caos mientras los subterráneos que habían llegado procedentes de la Puerta Norte entraban en tropel, franqueando las puertas y apelotonándose contra las paredes. Jane reconoció a varios miembros de la manada de Luke, incluida Maia, que le sonrió ampliamente desde el otro extremo de la habitación. Había hadas pálidas, frías y bellas como carámbanos, y brujos con alas de murciélago y pies de macho cabrío, e incluso uno con astas, con fuego azul chisporroteando en las puntas de los dedos mientras se movían por la habitación. Los cazadores de sombras daban vueltas de un lado a otro entre ellos, con aspecto nervioso.

Luke había desaparecido entre la multitud. Jane lo divisó al cabo de un instante, hablando con Malachi, que sacudía la cabeza violentamente. Amatis permanecía a poca distancia, lanzando al Cónsul miradas asesinas. Jane no sabía cómo mirarla. Si lo que le había contado Clary era cierto, eso significaba que Jace era su hermano. En cuestión de unas horas había dejado de estar sola para tener una madre y un hermano.

-No me hagas lamentar jamás haberles contado nada de esto, Simon -dijo Clary, mirándole furiosa -Además, besaba fatal.

-O quizás simplemente fue asqueroso, porque él era, ya sabes, tu hermano. - dijo Jane algo asqueada.

-No digas eso donde mi madre pueda oírte o te mataré -dijo ella con una segunda mirada iracunda-. Ya me siendo como si estuviera a punto de vomitar o desmayarme. No lo empeores.

Jocelyn regresó del borde del estrado a tiempo de oír las últimas palabras de Clary -aunque, por suerte, no lo que ellos habían estado hablado- y le asestó una palmada tranquilizadora en el hombro a su hija.

-No estés nerviosa, pequeña. Estuviste tan magnífica antes. ¿Necesitas algo? Una manta, un poco de agua caliente...

-No tengo frío -respondió ella en tono paciente-, y no necesito un baño, tampoco. Estoy perfectamente. Sólo quiero que Luke suba aquí y me diga qué está pasando.

Ciudad de Cristal ( III )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora