Capítulo 1

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(Alex)

Hace unas semanas que nos mudamos a Mónaco. Mi hermano encontró una villa en la que podríamos vivir todos juntos y, sin decirnos nada, la compró. Sin embargo, tuvo mucha suerte porque a todos nos gustó la idea y, unos meses más tarde, aquí estamos todos conviviendo.

Además, los niños han crecido mucho y ya tienen ocho años. No paran quietos por toda la casa y las chicas, aunque no lo confiesen, echan de menos tener bebés en la familia. Bueno, igual no todas, Leli no está para bebés. Nuestra chica dura sigue con nosotros en el mundial y peleando por el título.

- Hermanito, ¿has deshecho la maleta?

- Joder Marc, acabamos de llegar. Deja que disfrute de la paz de la casa.

Mi querido hermano solo saber tocar los huevos cuando estamos en casa. Este loco no puede descansar, no sabe lo que es eso. Y, lo peor, es que mi cuñada no tiene energías para aguantarlo. En fin, a ver si los niños se lo llevan a jugar a la play.

Dejo a mi hermano en el salón mirando si todo está en orden y subo a mi habitación donde me encuentro a mi mujer con una toalla alrededor del cuerpo.

- Me gusta mucho que me recibas así después de un Gran Premio.

- Pues te vas a quedar con las ganas nene. Porque no me voy a duchar cuando a ti te apetezca.

- ¿A no? –veo como niega con la cabeza-. Pues ahora sí que te vas a desnudar porque te pienso quitar esta toalla.

Mi acerco a ella, pero cuando estoy a punto de coger escucho a Fabio por el pasillo llamarnos a todos para una reunión.

- Te juro que mato al que quiere la reunión.

Bajamos al salón principal donde ya nos está esperando todo. Incluso los niños están en uno de los sofás. Pero lo que más me sorprende es que no es mi hermano el que ha convocado a la familia, sino que ha sido el mismo Fabio.

- ¿Por qué habéis tardado tanto en bajar? –pregunta mi cuñada con sorna.

- Porque quería hacer con mi mujer lo mismo que te hace Marc a ti los fines de semana de trabajo –justo al acabar veo como su cara se sonroja.

- Bueno, las peleas entre Márquez las dejamos para el final –empieza diciendo Fabio-. He convocado a la familia para deciros que mi hermano va a venir en unos días y quería saber si le podemos dejar una de las habitaciones de invitados.

- ¿Se va a quedar el tío Marco en casa? –pregunta Hugo emocionado.

Fabio, Pol, Marc y yo nos miramos y no nos hace falta decir nada para saber que todos pensamos lo mismo. Marco, aunque no vive con nosotros, ha crecido con nuestros hijos y ya es parte de nuestra gran familia. Así que, si sumamos eso al entusiasmo de Hugo por ver a su tío, pues la decisión ha sido muy fácil de tomar.

- Claro que se puede quedar en casa Fabio. Incluso podemos decorar una habitación para él –contesta Leli por todo.

El resto de las mujeres de la casa cogen a Leli y se la llevan a nuestro despacho porque son inquietas y ya quieren buscar cosas para la habitación de Marco. Creo que Fabio no sabe donde ha metido a su hermanito.

Por nuestra parte, los chicos y yo dejamos a los niños en su sala de juego y salimos al jardín. Nos sentamos en la mesa que tenemos fuera y empezamos a hablar de los planes de futuro.

- Hace meses que estamos en esta casa y siento que nos faltan cosas –dice mi hermano.

- ¿Quieres otro garaje para más motos? –le pregunta Pol riéndose.

- No idiota, aunque mejor no me des ideas. Estaba pensando en que nos mudamos a la villa tal cual la compré. Quizás nuestras mujeres quieren darle una reforma. Hacerla más nuestra y adaptarla a los niños y bebés.

- ¿Bebés? Marc, ¿qué nos estás ocultando?

- Yo nada. Leticia y yo con los mellizos estamos muy bien. Si se queda embarazada me mata. Dirá que es porque tengo miedo de que me gane el mundial. Pero vosotros sí que podéis ampliar la familia.

Las palabras de mi hermano no sé si es que nos asustan o es que nos hacen más conscientes de lo que nos piden en silencio nuestras esposas. El resumen de todo, Marc nos acaba de joder. No sabemos que decir, ninguno habla y nuestras caras deben reflejar el desconcierto que sentimos en ese instante. Un bebé ¿Soportaría estar lejos de Val embarazada otra vez? Con Mireia fue horrible y, esta vez, no creo que fuera distinto. Pero Val no para de hablar de los niños cuando eran bebés y lo monos que eran. Tengo que hablar con Val.

- Marc, vaya manera de jodernos el día.

- Pol, yo no tengo la culpa de que mi mujer sea piloto. Yo estaría más tranquilo si se quedase en casa como las chicas, pero no. Tiene que subirse a la puta moto y jugarse la vida como una inconsciente.

- ¡MARC MÁRQUEZ ALENTA! –la voz de Leticia nos asusta a todos-. ¿Yo soy una inconsciente por hacer exactamente lo mismo que haces tú? Vas a tener que explicarlo muy bien para que no te mate –podíamos ver el cabreo en sus ojos.

- Mi amor –mi hermano se levanta de la silla-, no malinterpretes mis palabras. Es solo que no me gus Me da miedo que te pase algo.

- Marc, no te creas que puedes engatusarme con palabras bonitas. No has dicho que te dé miedo que me pase algo, has dicho que soy una inconsciente por ser piloto. ¿Qué es lo que me diferencia de vosotros?

Estamos todos mirando la batalla de estos sin hacer nada hasta que aparece Diana con varios boles de palomitas.

- Esto es mejor verlo con algo de picoteo –nos dice repartiendo las palomitas.

Todos aceptamos las palomitas y seguimos viendo como se pelean esos dos hasta que Marc se la lleva a la habitación y nos quedamos sin saber como acaba la pelea.

- Tío Alex, ¿dónde están papá y mamá?

- Están en la habitación Joel.

- ¿Voy a tener un hermano? –Pol escupe el agua nada más escucharlo.

- No cariño. Solo están hablando –le contesta Val.

- Pues vaya. Isel y yo queremos un bebé.

Una vida en conjunto (EJDP2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora