Capítulo 6

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(Fabio)

Tengo la sensación de que Leli y Marc son diferentes al resto. Porque sí, Val, Laura y Diana están embarazadas. Otra vez vamos a ser padres todos juntos, menos Leli y Marc.

- Habrá que preparar la villa a prueba de bebés. Tendremos que repensar la reforma que queríamos hacer –Marc nos hace conscientes de lo que está por llegar a la villa.

- No hace falta. Solo ponemos puertas en las escaleras y dejamos las reformas para más adelante. Cuando los peques crezcan. La villa está bien así –Leli, la voz de la cordura en esta casa.

Las chicas están de 14 semanas y queda mucho tiempo para que los niños nazcan. Además tenemos las cunas y demás muebles de cuando nacieron nuestros hijos mayores. Estamos preparados para los bebés.

- Marc, ve a dejar embarazada a tu mujer y así podemos arreglar la casa para todos.

- Val, te quiero mucho. Pero tú pídele sexo a tu marido. Que yo estoy muy bien sin un bicho dentro de mí.

- ¿Bicho? –pregunta Marc mirándome.

- Venga ya. Es un bicho hasta dentro de unos meses de embarazo. Pero que da igual, que no quiero un bebé.

Leli se levanta de nuestra improvisada reunión y la persigo hasta la playa privada que tiene la villa.

- No vengo a decirte nada sobre los bebés. Solo vengo a que me expliques que pasó la semana pasada cuando Marc me pasó como un avión en carrera.

- Te debo un regalo francesito. Tu información nos vino muy bien para ganarte –veo como me hace ojitos.

No puedo enfadarme con ella. Fui yo el que se fue de la lengua con alguien de otro equipo. Además, está bien que no todas estén embarazadas. Cuatro mujeres con las hormonas disparadas no puede ser bueno. O sí, pero es que no quiero comprobarlo.

- Vas a tener que ayudarnos con las chicas.

- No te preocupes. Yo os ayudo. A ver si Marc puede prescindir de mí como mecánica y me puedo quedar con las chicas y los niños en casa los fines de semana.

Dejo a Leli tranquila y voy con los chicos a nuestro despacho. Alex y Pol están mirando algo en sus móviles y Marc revisa unos papeles en el escritorio.

- Menudo funeral tenéis aquí montando. Vamos a ser padres. Deberíais estar felices.

Los tres me miran como si hubiese dicho algo fuera de otro mundo. Me dicen que están mirando nombres para los bebés y Marc, bueno, él simplemente está mirando los planos de un terreno que quiere comprar.

- ¿Nombres? ¿Habéis bebido? ¡Ni siquiera sabéis que son! -no dejo que me contesten porque Marc me está sacando del despacho.

- No lo pagues con ellos. Las chicas ya los han cazado, pero voy a intentar salvarte a ti –me dice-. Nena, Fabio y yo nos vamos con las motos. ¿Te quedas con Diana?

- Claro. Yo me quedo con ella. Disfrutad de la libertad –Leli nos guiña el ojo.

Vamos hasta el garaje donde tenemos toda nuestra equipación y subimos las motos a la furgoneta. El circuito nos queda cerca de la villa, pero en el camino le pregunto a Marc si puede dejar que Leticia se quede en casa con las chicas durante los embarazos.

- Supongo que puedo prescindir de ella. Aunque es mi mejor mecánica, no se lo digas a Santi. La próxima vez os guardáis las pollas en los pantalones. Vaya temporada me espera, sin una mecánica y durmiendo solo.

- Te lo compensaremos. Nosotros cuidaremos de Leli cuando se quede embarazada.

- No. Vosotros vais a cuidar de Joel e Isel para que yo pueda estar con mi mujer.

- Marc

- Tranquilo Fabio. No la voy a dejar embarazada.

En cuanto llegamos al circuito Marc, se ocupa de las motos mientras yo me cambio de ropa. Cuando salgo, mi moto ya está preparada para subirme a ella, así que, no espero a Marc que ha vuelto a meterse en la furgoneta para cambiarse.

Abro gas y mi adrenalina hace que se me olvide todo lo que tenemos en casa. Vuelta tras vuelta me voy sintiendo mejor conmigo mismo. Mis músculos se destensan y empieza la verdadera diversión cuando Marc se pone en modo competitivo y nos ponemos serios a ver quién de los dos lo hace mejor.

- No ha estado nada mal francesito.

- Yo también soy piloto profesional –bromeo con él.

Pasamos un par de horas más en el circuito hasta que Marc recibe la llamada de Leli y tenemos que volver a casa. No es que las cosas vayan mal, pero hasta a Leli y Diana les han empezado a dar pena Alex y Pol. Las chicas no dejan de agobiarlos con los bebés. No sé por qué. Ya hemos pasado por otros embarazos.

- Esta vez no tienen a sus padres cerca. Entiendo que quieran estar con los chicos todo el tiempo posible.

- Marc, no es justo. ¿Qué van a hacer cuándo nos vayamos a los Grandes Premios? Porque, como se comporten igual, a Leli nos la llevamos. No pueden ser tan egoístas.

Marc intenta calmarme durante todo el camino de regreso. En cuanto entramos por la puerta, los niños nos reciben corriendo. Les encanta cuando les contamos cosas de los entrenamientos, pero hoy no es el caso. No tenemos nada que contarles porque estaba tan obcecado con que los chicos son idiotas que, aunque me lo he pasado genial con Marc en la pista, no tengo ni idea de lo que hemos hecho. Ha sido todo tan automático que no me he enterado de nada.

- La próxima vez os contamos cosas. Que ahora hay que cuidar de las tías y los nuevos bebés –me invento para que no sigan insistiendo.

- Te podías haber caído de la moto por ir con el piloto automático. Ni se te ocurra volver a hacerlo –dice Marc antes de irse a duchar.

Después de mi ducha estoy tan cansado que decido quedarme en la cama hasta la hora de la cena.

- ¿Te encuentras bien?

- Claro amor. Es solo que estoy cansado del entrenamiento.

- Ya claro. Por eso Marc me ha dicho que te ha llamado la atención por no estar atento –Marc es un chivato, pero entiendo que se lo haya dicho a Diana.

- No lo volveré a hacer, pero ahora ven. Quiero cuidar de mi mujer y mi bebé.

Una vida en conjunto (EJDP2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora