(Lau)
Hace un año que vivimos en una pequeña falsa realidad en la villa. Nuestros hijos mayores decidieron tomarse un año sabático tras acabar el instituto, pero el año se ha acabado y tenemos que despedirnos de ellos porque se van a la universidad.
- ¿Explicadme por qué no pueden estudiar en Mónaco?
- Pol, tienen 19 años. Hay que dejarlos decidir y apoyarlos. Si se equivocan, saben dónde estamos -sorprendentemente Marc no está afectado porque su princesa se vaya de casa. Bueno, quizás Leli le haya dicho que no lo exteriorice demasiado.
Tenemos suerte de que no todos los niños se van hoy, pero Joel y Joana sí que tienen sus maletas listas y su avión sale en cinco horas. Es la última vez que los tenemos en casa por un largo periodo de tiempo.
- ¿Cómo puedes estar tan bien?
- Simplemente no lo estoy. Es mi hijo mayor, mi primer bebé. Pero quiere estudiar y ha elegido lo que cree que es mejor para él y yo lo tengo que apoyar. Pero ya he comprado muchos pañuelos para llorar.
Aunque sé que lo dice de broma, no me cabe la menor duda de que alguna lágrima sí que va a echar. Pero es que todos nos hemos acostumbrado a tener a todos los niños en casa y se van a ir.
- Mamá, ¿qué vamos a hacer hoy?
- Tu padre y los tíos quieren que hagamos algo todos juntos antes de que os vayáis, pero no sé que quieren hacer.
- Iré a preguntar a papá.
Joana se va a buscar a Pol y yo me quedo en la cocina con las chicas. El desayuno se ha alargado algo más de lo normal y, a las once de la mañana, seguimos recogiendo nuestro mini desastre de la cocina.
(Marc)
- Podemos ir al circuito. Todos sabemos manejar motos o cámaras de fotos.
La idea de Fabio es la que más nos gusta a todos y no hay más que decir. Ya tenemos plan para hoy. Justo en el mejor momento porque Joana viene a preguntar que es lo que vamos a hacer. En cuanto Pol le cuenta el plan se le ilumina la cara. A ella siempre le ha gustado vernos correr y hacernos mil fotos.
- Vamos a preparar las motos y las subimos a las furgonetas.
En cuanto mi hermano lo dice, los dos nos ponemos en marcha y vamos al garaje para preparar todo lo que necesitamos en el circuito. Nos lo vamos a pasar bien.
(Joana)
Acabamos de llegar al circuito y no puedo ser más feliz. Tengo que ser sincera y me invade un poco el sentimiento de pena porque voy a echar de menos estar en casa con todo, pero también estoy muy feliz porque Marc y papá nos han comprado un pisito en París a Joel y a mí para que podamos ir a la universidad y tener nuestro espacio personal fuera de casa.
- ¿En qué piensas mi amor?
- En que vamos a ser muy felices en París, pero los voy a echar de menos a todos.
- Sabes que podemos volver a la villa cada fin de semana.
Aunque lo dice, no es lo que más le apetezca. Tiene muchas ganas de ser independiente y de que podamos tener más momentos a solas de los que tenemos ahora en la villa. Lo entiendo y, probablemente, una vez nos vayamos, no tenga tantas ganas de volver. No lo sé.
- Bueno, sube a tu moto que quiero haceros fotos a todos.
Joel me sonríe, me besa y se va a la moto. La tía Leli ya se la ha dejado preparada y le da un beso antes de que entre en pista con el resto.
- ¿No te unes a ellos? -le pregunta mamá a la tía.
- No. Hace mucho que no me subo a una moto y no me apetece hacerlo.
Mamá no vuelve a decir nada, pero creo que no se cree lo que le ha dicho la tía. Yo no digo nada y me acerco a la pista para hacer fotos más de cerca de los saltos que dan.
(Joel)
Después de pasar tres horas en el circuito volvemos a la villa donde comemos en familia. Ahora sí que entiendo a Joana y sé que voy a echar de menos estos momentos en los que estamos todos.
- Podéis volver a casa siempre que queráis.
- Lo sé mamá -le contesto.
En París
Les hemos pedido a nuestros padres que nos dejen instalarnos solos en nuestra nueva casa. Hace un mes que empezamos a amueblarla y solo nos queda llevar nuestras cosas más personales, pero las tenemos en la maleta y no necesitamos ayuda.
- Vamos a estar bien mi amor.
Las palabras de Joana me reconfortan, pero siento algo de soledad. No sé, me falta gente. Siempre he estado rodeado por mucha gente y, aunque me encanta estar a solas con Joana, siento que voy a necesitar algo de tiempo para acostumbrarme a esta nueva situación.
En cuanto llegamos a nuestro apartamento nos quedamos en el salón sin saber qué hacer. No tenemos muchas ganas de ordenar, así que nos sentamos en el sofá abrazados hasta que, sin darnos cuenta, llega la hora de la cena y vamos hasta la cocina donde nos hacemos un sándwiches.
- ¿Quizás debimos dar clases de cocina antes de venir?
- O traernos muchos tupers de la villa.
Los dos nos reímos antes nuestras nulas habilidades en la cocina. Sabemos que no vamos a pasar hambre porque, antes de que pase eso, nuestros padres nos contratan un chef para que nos cocine todos los días o, en su defecto, una de nuestras madres se muda con nosotros.
- ¿Listo para ser el mejor periodista del mundo?
- ¿Lista para ser la mejor diseñadora gráfica del mundo?
- Estoy lista. Además, tengo el trabajo asegurado en el equipo de MotoGP.
- ¿Cómo?
- Ni se te ocurra hacerte el sorprendido, que sé que tú también tienes trabajo en él. Es una empresa familiar.
- ¿Familiar?
- Sí.
- Entonces tendremos que tener un heredero para la empresa -Joana se queda en blanco-. Es broma. Pero vamos a la cama. Mañana tenemos que ir a clase nena.
- Pero a dormir.
- Claro mi amor...
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Una vida en conjunto (EJDP2)
Fanfiction¿Qué pasó con los chicos después de "El jefe de papá"? Las familias han crecido y ahora viven todos juntos. Las aventuras no faltan para los chicos y sus mujeres.