Capítulo 12

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(Pol)

Me acabo de despertar y, cuando llego a la cocina, veo que hay movimiento en el jardín.

- ¿Qué hacéis levantadas tan pronto?

- Eina y Rubí nos han despertado para jugar.

Las sonrío a las dos y vuelvo a la cocina para hacer el desayuno para los tres. Un café para mí, un zumo de naranja para Isel y un ColaCao para Joana. Mientras lo dejo todo sobre la mesa, las chicas entran seguidas de las dos mascotas de la familia.

- Vosotras dos tenéis comida en vuestros boles. Y vosotras, señoritas, a la mesa.

Nos sentamos y empezamos a desayunar en silencio. No sé cuanto tiempo llevan despiertas, pero no importa. Las chicas me cuentan que sus planes de hoy son pasar el día con las perras.

- Entonces hoy vais a dormir como bebés -dice Marc al entrar en la cocina.

El mayor de los Márquez se sienta a mi lado y revisa en el móvil las notificaciones que tiene pendientes. No despega la vista de la pantalla hasta que algo llama su atención.

- Hora de desayunar para los bebés -dice antes de seguir leyendo.

- Pero si no lloran.

En cuanto Joana termina, los bebés empiezan a llorar. Marc sonríe y yo me río. Marc siempre tiene los horarios marcados y casi nunca falla. Eso o los bebés solo comen cuando Marc dice que tienen hambre.

- Buenos días chicos.

La vitalidad de Leli por las mañanas es envidiable. Nos avisa que las chicas están dando el pecho a los bebés y coge su café antes de salir al jardín para desayunar en soledad.

- No ha perdido la costumbre.

- Desde que el psicólogo se lo recomendó para superar el trauma no deja de hacerlo. Hasta en los circuitos, si siente que puede ser un mal día, lo hace. La relaja y eso hace que podamos disfrutar de un día sin ataques de ansiedad. La sienta bien y eso es bueno para todos -explica Marc.

Desde que se acabó el tema de Kent, Leticia está mucho más tranquila. Sonríe más veces al día y es capaz de pasar más tiempo a solas fuera de casa. Recuperar la confianza en sí misma y que se diese cuenta de que se puede defender sola ha sido un gran paso para ella. Además, toda esta historia nos hizo darnos cuenta de lo fuertes o débiles que podemos llegar a ser en determinados momentos.

(Isel)

- Papá, ¿tú que vas a hacer hoy?

- Supongo que me ocuparé de unos cuantos papeles que tengo pendientes en el despacho. No me apetece que tu tío Emilio me mate. Y después improvisaré un poco.

- ¿Alguna vez haces algo divertido en casa tío? -pregunta Joana haciéndome reír.

- ¿Algo divertido? Esta tarde os vais a enterar pequeñas.

No sé que va a hacer papá esta tarde con nosotros, pero yo termino mi desayuno y siento que me lamen la pierna. Al mirar para abajo, veo que Rubí está debajo de la mesa. Me levanto, recojo el vaso y el plato de las tostadas y salgo al jardín con la perrita de mi madre.

- ¡Mamá! -la llamo-. ¿Tienes algo que hacer hoy? -pregunto cuando me siento a su lado.

- Hoy tengo cita con el médico y, por la tarde, tengo que atender algunos emails. Por lo demás, estoy libre. ¿Quieres que hagamos algo?

- Quiero dar un paseo con Rubí fuera de casa, pero no me dejáis salir sola.

- Puedes ir a la playa con ella. Es nuestra y podrías ir sola. Papá te puede vigilar desde el despacho. Solo tienes que avisarlo.

- Gracias mamá -la abrazo y entro en casa seguida por nuestra husky.

En la cocina me encuentro a las tías y tíos con los bebés y el resto de mis primos y mi hermano. Los saludo a todos cuando paso corriendo por el lado de la mesa y llego hasta la puerta del despacho.

- Tienes que quedarte aquí Rubí. Ahora salgo.

Llamo a la puerta y entro cuando papá me dice que entre. Se sorprende al verme a mí, creo que esperaba a alguno de los tíos, pero no me lo dice.

- Quiero ir con Rubí a la playa. Mamá me ya dicho que puedo ir sola si te aviso para que me veas desde la ventana del despacho. ¿Puedo ir?

- Claro princesa, pero ten cuidado de que Rubí no se meta en el agua.

- Gracias papá. Voy a vestirme.

Salgo del despacho y me encuentro a Joana. Le cuento mis planes y dice que quiere venir conmigo y llevar también a Eina. Avisamos a papá de los nuevos planes y subimos a nuestras habitaciones para vestirnos.

- Rubí para. Tengo que acabar de vestirme -le digo cuando no deja que coja la ropa.

Cuando acabo de vestirme, espero en el pasillo a Joana que ha tenido el mismo problema que yo con Eina para vestirse. Las dos nos hemos puesto el bañador porque, a lo mejor, después vienen los mayores y nos podemos meter en el agua.

- Vamos -dice Joana cuando llega a donde estoy aquí.

Asiento y bajamos las escaleras. Abajo nos encontramos con el tío Alex que nos pide que lo esperemos. No entendemos porqué nos para, pero después viene con nosotras a la playa.

- Ahora sí que os podéis meter en el agua.

El tío se queda en la orilla y nosotras entramos en el agua con las perras. Las dos nos salpican y juegan con nosotras hasta que queremos salir del agua.

- Empieza a estar fría el agua.

El tío Alex nos da toallas para que nos podamos secar y, cuando lo hicimos, Rubí y Eina nos vuelven a mojar cuando se sacuden.

- Creo que no quieren que os sequéis -dice el tío Alex riéndose.

El resto de la mañana la pasamos en la orilla corriendo de un lado para el otro y haciendo carreras con nuestras mascotas. Rubí y Eina ganan todas las carreras y nosotras acabamos muy cansadas.

- Volvamos a casa pequeñas. Que hay que ayudar con la comida.

Seguimos al tío Alex hasta la valla por la que entramos en nuestro jardín. Cuando abre la puerta, Rubí y Eina corren como dos cohetes. El tío nos dice que corren hasta la puerta de la cocina para beber agua.

- ¿También van a comer?

- No porque no deberían tener comida en sus boles. Solo pueden comer unas pocas veces al día para que no se pongan gorditas.

Caminamos por el jardín detrás del tío y, cuando llegamos a la cocina, nuestras dos madres nos cogen sin decir nada y nos llevan al baño para quitarnos toda la sal del mar del pelo.

(Joana)

- ¿Te lo has pasado bien en la playa?

- Mucho mamá. A Rubí y Eina les gusta mucho la playa.

- Lo que les gusta de verdad es estar en el agua. Luego habrá que bañarlas a ellas también.

- Yo te ayudo mamá.

- De eso se ocupa tu padre cariño. Ahora, vamos a vestirte y bajamos a comer.

En la cocina están todos esperándonos para comer. Durante la comida, todos contamos lo que hemos hecho durante la mañana y el tío Marc nos dice que es lo que vamos a hacer por la tarde.

- Como dos princesas de esta casa me han dicho que soy un aburrido cuando no estoy en un circuito, he pensado que esta tarde vamos a jugar a todo lo que vosotros queráis -la tía Leli se ríe un poco y dice que nos vamos a divertir mucho.

Una vida en conjunto (EJDP2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora