Capítulo 32

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(Marc)

Siento los labios de mi esposa sobre mis ojos todavía cerrados. Noto como se coloca a horcajadas sobre mí y se mueve sensualmente. Suelto un gruñido y ella me regala una de esas risas que tanto me gustan. Abro los ojos y la pego a mí.

- Despiértame otra vez.

- Pero, ¿y si te despierto así? –dice y empieza a dar saltos encima de mí.

- Mucho así mejor princesa.

Empezamos a besarnos. Nos damos media vuelta y ahora es su espalda la que está contra el colchón. Voy levantando poco a poco la camiseta que lleva mientras cubro de besos su abdomen. Sigo quitándole el pantalón corto que tiene y mis labios se posan en los suyos. Me vuelve loco que no lleve ropa interior. Volvemos a girar y ahora mi princesa está quitando mi bóxer con la boca.

- Ven aquí –la arrastro hacia arriba y la penetro.

Nos besamos sin descanso en lo que nuestros cuerpos se funden en uno. Es ese momento pasa lo que menos me espero.

- Marc tu... perdón.

- Joder Fabio. ¿No podías esperar?

- ¿Cómo voy a saber que estabais

- Ya da igual. ¿Qué pasa? –pregunto mientras Leli se baja de mí.

- Ha sonado el teléfono, Alex lo ha cogido y se ha quedado paralizado. No dice nada ni se mueve.

- ¿Mi hermano? Es imposible.

- Marc, la llamada ha debido de ser muy fuerte. Tenemos que bajar –me dice mi mujer.

- Sí. Porque a mí ya se me ha bajado otra cosa.

- Lo siento. Es que no me lo esperaba.

- No importa Fabio. Era importante. Ahora bajamos –contesta Leli.

Fabio nos deja a solas y podemos vestirnos. Lo hacemos rápido para ver lo que nos ha dicho Fabio porque no nos lo acabamos de creer.

- Marc por favor, haz algo. No ha dicho ni hecho nada desde que colgó el teléfono.

- Lo intentaré Val, te lo prometo. Pero ya conoces a mi hermano.

Al entrar en la cocina lo veo sentado en uno de los taburetes de la isla. Mira hacia abajo y no puedo descifrar lo que sus ojos transmiten. ¿Dolor? ¿Miedo? ¿Sorpresa? No lo sé y tengo que hacer que me hable. Lo tengo jodido.

- Alex, me has sacado de la cama cuando estaba a punto de darte otro sobrino. ¿Qué era esa llamada?

- Era... Era la mujer de Rossi.

- ¿Y qué quiere? Yo ya no tengo nada que ver con su marido.

- Valentino está muerto.

Las palabras de mi hermano me hacen palidecer. Ya no quería saber nada de Rossi, pero tampoco le deseaba la muerte.

- ¿Qué ha pasado?

Alex rompe a llorar, lo que me da a entender que lo que ha pasado es algo fuera de lo común.

- Alex, dime lo que ha pasado. No puedes sufrir tú solo.

(Alex)

Me he levantado pronto y estoy en el jardín dando de comer a todos los animales. Sí, también a Titán. En cuanto acabo, me pongo a desayunar en completo silencio. Solo yo estoy despierto.

- Buenos días mi amor.

- Val mi vida. Buenos días –la saludo con un beso.

- Buenos días pareja.

Una vida en conjunto (EJDP2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora