(Joel)
Me despierto con calor. Abro los ojos y me encuentro a mi dulce Joana tumbada a mi lado. Debió venir por la noche. Pongo mi brazo en su cadera y la abrazo para dormir, esta vez, oliendo a ella.
Siento como se retuerce entre mis brazos y vuelvo a abrir los ojos para encontrarme a Joana con la camiseta del pijama subida. Normal, no para quieta. Aprovecho la ocasión para besar su abdomen y subir con un reguero de besos hasta esos deliciosos labios a los que soy adicto.
- Buenos días pequeña -susurro en su oído.
- Buenos días nene -contesta mientras nuestros labios se rozan.
- Me encanta despertar a tu lado.
Ella sonríe y se tumba encima de mí para poder dormir más. Los dos, tumbados en la cama, nos damos caricias mutuas hasta que, nuestros queridos padres interrumpen nuestro momento de paz.
- Mira donde estaban. ¡Hora de levantarse!
- No que estuviésemos haciendo nada malo.
- ¿No tienes nada que decir? -es mi turno para hablar.
- Sí. Tengo mucho que decir y me lo he estado callando papá. No voy a ser tan irresponsable como para hacer algo de lo que me pueda arrepentir en el futuro. Solo pido que nos dejéis un poco de intimidad. No tenemos la intención de haceros abuelos, pero sí de ser una pareja normal. Y no nos dejáis. ¿Es mucho pedir dormir por las noches juntos? ¿Tener una noche romántica al mes?
Ambos se miran sorprendidos por todo lo que acabo de decir. Joana se abraza a mí y yo la pego lo más que puedo a mi cuerpo mientras nuestros padres meditan la petición que les acabo de hacer.
- Pensándolo bien, creemos que tienes razón. Podréis dormir juntos y tener citas -Pol termina con la incertidumbre en la que nos encontramos.
- Pero como escuchemos unos ruidos por la noche se acaba todo -y ahí está mi padre con la parte mala.
Les damos las gracias y os besamos para celebrar que ya tenemos un poco más de libertad. Me visto para poder bajar a desayunar con mi dulce novia.
En el desayuno hablamos de lo que vamos a hacer durante el día. Hoy voy a llevar a Joana a pasar un día romántico sin que nadie nos vigile. Tengo que aprovechar el día para decirle que soy suyo y que la amo. Hoy me he levantado valiente.
Acabo de desayunar el primero. Tengo muchas cosas que hacer antes de llevarme a Joana. Todo tiene que salir perfecto para ella. Pido consejo a Fabio, que es con el que mejor me llevo de toda la casa y me da una idea que incluso a mi padre le gustaría. Mi padre, sí, antes tengo que hablar con él.
Accede encantado a ayudarme. Me facilita mucho las cosas y sé por qué. Una pequeña tradición más de los hombres Márquez. Pol también tiene su parte en nuestro plan. Tiene que entretener a Joana en lo que yo lo preparo todo para que fuera el día más feliz de su vida. Casi todos tenemos algo que hacer. Me gusta ver que todos me apoyan y nos quieren ver felices. Tardamos dos horas en tenerlo todo preparado, pero ya puede empezar el día.
Veo a Joana bajar por las escaleras y siento que, con ella, también lo hace mi corazón. Fuera nos espera Fabio con el coche. Iremos al parque donde le pedí que fuera mi novia y donde nos besamos por primera vez.
- ¿Vamos pequeña?
- A donde tú me lleves.
Llegamos al parque y nos despedimos de Fabio por un rato. Hoy será nuestro chófer. Nos adentramos en el parque y me arrodillo en el mismo lugar donde hace seis meses lo había hecho.
- Joana, ¿quieres celebrar nuestros seis meses juntos disfrutando de las sorpresas?
- Sí Márquez. Claro que quiero -su respuesta es una réplica a la de la pregunta original.
Me levanto y, tomándola por la cintura, le doy un beso en la mejilla haciendo que se sonroje. Tomo su mano después y la llevo hasta los columpios donde me siento y ella lo hace encima de mí. Nos columpio mientras nuestras miradas no se separan la una de la otra. Es un momento mágico. Nos sonreímos y ella se aferra más a mí. Sus brazos en mi espalda hacen que en mi estómago se empiecen a notar las mariposas que solo ella sabe provocar. Paro el columpio cuando sus ojos están cerrados. Los abre poco a poco y antes de decir nada, sale corriendo al jardín. Me lo está poniendo muy fácil.
La alcanzo bajo el arco de rosas rojas que había puesto. Su arco favorito. Hago que se gire y uno nuestros labios en un beso en el que le demuestro todo el amor que siento por ella. Pétalos de las flores empiezan a caer durante el beso, los niños zarandeando el arco. Un beso perfecto.
Nos separamos y veo sus labios rojos e hinchados. Aviso a Fabio de que nos puede venir a buscar al mismo tiempo que sigo admirando la belleza de mi pequeña.
El siguiente destino es la playa. Pero no una playa cualquiera, la playa a la que llevamos a mi hermano pequeño Dani este verano y en la que la gente empezó a decirnos que seríamos buenos padres. Ese día pudimos ver un futuro juntos tenía sentido.
- La playa -dice en un suspiro.
Joana ama la playa. Dice que es el lugar que lo une todo y le encanta hacer fotos. No entiendo a que se refiere con ese todo, pero ella es feliz así. Saco su cámara de mi mochila y la coloco delante de sus ojos. La toma en sus manos y va a hacer fotos desde las rocas.
- La playa lo une todo. Une el mar con la tierra. Une el frío con el calor. Une a las personas. Y, lo más importante, une nuestro amor -yo lo que hago es unir nuestros labios en un beso lento.
El día se acaba y, tras hacer unas fotografías al atardecer, nos dirigimos a la última parada del día: el Petit Fourmi. El yate de la familia Márquez. Le vendo los ojos a mi niña y la llevo al puerto.
- ¿Dónde estamos?
- Confía en mí, pequeña.
- Eso ya lo hago.
Llegamos al yate, la cojo y subo a bordo. Lo primero que ve al destapar sus ojos es la cena que tengo preparada en la cubierta.
- ¡Qué bonito! Te quiero.
- Y yo a ti mi amor.
Nos sentamos en la mesa y empezamos a cenar a la vez que hablamos del día.
- Revivir nuestro primer día de novios ha sido precioso. El mejor regalo que me harán nunca. Te amo.
- Todo merece la pena si es por ti. Yo también te amo.
Acabamos de cenar y, tumbados en una de las hamacas nos pusimos a admirar las estrellas.
- Me hace sentir tan pequeña -suspira.
Se apoya en mi pecho mientras acaricio su espalda. Beso su cabeza al darme cuenta de que se ha quedado dormida. La cojo y la llevo al camarote en el que dormimos abrazados el uno al otro.
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Una vida en conjunto (EJDP2)
Fanfiction¿Qué pasó con los chicos después de "El jefe de papá"? Las familias han crecido y ahora viven todos juntos. Las aventuras no faltan para los chicos y sus mujeres.